Hubo tiempos mejores

Todos dudan. Hace nada eran campe¨®n de Liga y campe¨®n de Copa. Ahora son dos equipos desilusionados, sin ingenio, sin ritmo, sin gas. Dos equipos incapaces de emocionar a nadie, de darle alegr¨ªa al partido. Ninguno o casi ninguno est¨¢ convencido de lo que debe hacer, todos dudan entre pasar o regatear, nadie adivina lo que va a hacer el compa?ero, nadie se anticipa, nadie se ofrece. No hay presteza, no hay chispa. Un partido as¨ª s¨®lo pod¨ªa dejar como saldo, un autogol.Mart¨ªn V¨¢zquez. Atra¨ªa las miradas m¨¢s nost¨¢lgicas de un partido nost¨¢lgico, un partido de lo que pudo ser y no fue, como la propia carrera de Mart¨ªn V¨¢zquez. Alguien me lo defini¨® hace tiempo como un buen reloj que funciona mal, lo contrario que Butrague?o, un mal reloj que funciona bien. Mientras estuvo sobre el campo su clase flot¨¦, sobre la mediocridad del partido. Lo mejor que vimos lo hizo ¨¦l.

Luis Enrique. Es un jugador confuso como pocos. Casi siempre elige lo menos indicado y eso perjudica sus condiciones naturales, que son innegables. Pero tiene el m¨¦rito de sobreponerse a un ambiente crecientemente hostil. Todo el mundo est¨¢ convencido de que el Madrid ya no es su causa pero ¨¦l se sobrepone y aplica sus energ¨ªas al cien por cien, sin entregarse a la tentaci¨®n del abandono. Y eso tiene un m¨¦rito, tal y como est¨¢n las cosas.

David-Guti. Salieron a un partido mortecino y le dieron alguna vida. Se colocaron en la zona de la media punta de sus equipos y activaron algo los circuitos, pero sus compa?eros no estaban para grandes cosas.

La mayor decepci¨®n. Con 1-0 en contra y un Madrid temeroso, el Depor dio la peor medida. El coraje de Alfredo por la banda, las puntuales aportaciones de David, y nada m¨¢s. Ni siquiera prisas en el descuento.