Ra¨²l sepulta al Rayo
El Valladolid coge aire con 22 minutos explosivos de su extremo
JOS? MIGU?LEZ Todo lo que sucedi¨® ayer en Vallecas pas¨® a partir del minuto 68. Fue en ese preciso instante cuando Cantatore sac¨® de la bolsa de viaje a Ra¨²l y el Valladolid aparcado ordenadamente hasta entonces junto a su porter¨ªa, se decidi¨® a ir en busca del partido. Fue saltar al campo el joven extremo, envenenar con sus revoltosas carreras el ¨²ltimo tercio del campo, y, al instante, apareci¨® la victoria visitante.
Ra¨²l tiene incrustada la velocidad en el cuerpo. Es una bala que Cantatore esconde en la rec¨¢mara hasta el ¨²ltimo momento. Un arma que encaja a las mil maravillas en la invariable pol¨ªtica del chileno, ¨¦sa con la que el Valladolid ha logrado fabricarse todos sus sue?os de salvaci¨®n. Cantatore divide los partidos en dos: los 70 minutos iniciales y los 20 finales. En los primeros, en los que sus jugadores se aplican por entero a dormir el partido y bloquear las v¨ªas de creaci¨®n del rival, no debe suceder absolutamente nada. En la fase final, el Valladolid estrena su ataque y persigue el triunfo. O sea, una actitud ventajista, pero en realidad arriesgada: Cantatore reduce el encuentro a un cuarto de hora; y en ese corto periodo de tiempo se tiene que hacer todo.
Cantatore repiti¨® ayer en Vallecas la misma f¨®rmula. Inutiliz¨® el juego durante una hora larga con un planteamiento conservador que ahog¨® al Rayo y ense?o la cara s¨®lo al final, cuando apareci¨® Ra¨²l. El extremo lo hizo todo: dobl¨® a la defensa del Rayo con su electricidad, construy¨® media docena de ocasiones a golpe de velocidad y firm¨® las acciones de los dos penaltis (el primero tuvo toda la pinta de no ser tal). Por si fuera poco protagonismo, Ra¨²l hasta se llev¨® un se?or pu?etazo de Palacios. Carmona M¨¦ndez, pese al grifo de sangre que se abri¨® en su nariz, pas¨® por alto el lance.
Con el 0-2, el Valladolid recogi¨® aire para la recta final del campeonato (se aleja del descenso y deja de su lado el balance particular con el Rayo). A los de Vallecas les sucedi¨® justo lo contrario: se han quedado sin oxigeno a las mismas puertas de la Se gunda Divisi¨®n. La promoci¨®n, un mal menor hasta ayer, se ha convertido ya en la ¨²nica esperanza del Rayo. El (equipo sigue en plena ca¨ªda de puntos (s¨®lo ha sumado uno de los ¨²ltimos 21 disputados) y sus due?os empiezan a sentirse, v¨ªctimas de una conspiraci¨®n arbitral, se?al inequ¨ªvoca de que ya ven todo perdido. A la deteriorada salud del Rayo le queda a¨²n un foco de luz: la visita a M¨¦rida de la pr¨®xima jornada. A vida o muerte.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.