Llega Mary Poppins
Aqu¨ª no hay trampa ni cart¨®n. Vamos a vivir emociones tan intensas que nos hace falta un m¨¦dico. ?C¨®mo va eso, doctor? Y usted, se?ora, ?qu¨¦ necesita? ?Un piso? Pues mire lo que tengo aqu¨ª: ?las llaves de un piso! ?No llore! Aqu¨ª estamos para hacer feliz a la gente. (Isabel Gemio se dirige a un matrimonio maduro de los muchos que componen el p¨²blico). Y a ustedes, ?qu¨¦ les hace infeliz? ?Han perdido su perro? ?C¨®mo se llamaba? ?Chico? ?Por qu¨¦ no le llaman? Pero m¨¢s fuerte, ?m¨¢s fuerte! ?Miren lo que viene por ah¨ª? ?Chico! ?Fant¨¢stico! ?Ay, qu¨¦ fant¨¢stico! Esto no estaba planeado, pero no me lo pierdan m¨¢s. ?Qu¨¦ maravilloso es ver a la gente feliz!(Clamor del p¨²blico. Entra en escena Bert¨ªn Osborne). Pero, bueno, bueno, qui¨¦n viene por aqu¨ª. ?Bert¨ªn Osborne! ?Menuda sorpresa! ?Esta s¨ª que no me la esperaba! (Gemio se enjuga el sudor de la frente con el dorso de la mano). Ahora, una historia, con olor a azahar y alegr¨ªa, de un amor correspondido. La siguiente pareja quer¨ªa casarse otra vez. ?Qu¨¦ hemos podido hacer por ellos? V¨¢monos a C¨¢diz, ?que esto no se pu¨¦ aguant¨¢! (Un v¨ªdeo muestra c¨®mo la pareja de C¨¢diz se casa por segunda vez, bajo el madrinazgo de Gemio y con sevillanas rocieras). ?Qu¨¦ bonito, qu¨¦ bonito!
(A Conchi le ha dado un ataque de histeria cuando Gemio se le ha acercado con el micr¨®fono). Conchi, quiero que se tranquilice, que s¨®lo van a ocurrir cosas agradables. No quiero que le pase nada, porque si no, me muero yo. Confie en m¨ª. ?Desde cuando no ve a sus tres hijas? (Conchi balbucea entre sollozos). ?Veinti¨²n a?os! ?Y donde las dej¨®? ?En Oporto! (Suena un fado). ?Pues mire qui¨¦n viene por ah¨ª! (Aparecen las hijas y se funden con la madre en un largo abrazo). ?Impresionante, impresionante! (El p¨²blico se seca las l¨¢grimas con pa?uelitos de papel). ?Ay, qu¨¦ emoci¨®n!
Vamos a irnos ahora a un bar de la carretera de Andaluc¨ªa. Ah¨ª est¨¢ Carlos, un estudiante de Inform¨¢tica de Almer¨ªa, que no sabe lo que va a ocurrir. (Conexi¨®n en directo con el bar. Carlos mira alucinado un monitor de televisi¨®n desde donde le habla Gemio. Se establece un di¨¢logo. "?Te gusta mucho Marta S¨¢nchez?", pregunta Gemio. "S¨ª", responde el muchacho. "?Es ella tu pasi¨®n?" "S¨ª". "?Por ella mueres?" "S¨ª". Aparece en el bar Marta S¨¢nchez, escotad¨ªsima, que besa a Carlos. ?l llora). (Unas chicas, culitos respingones en braguitas al aire libre, bailan Supercalifragil¨ªsticoespialidoso) ?El ballet maravilloso de Marcello! ?Qui¨¦n fuera una Mary Poppins para hacer realidad los sue?os! Vamos a ver a este se?or. Usted trabaj¨® en muchas pel¨ªculas norteamericanas de las que se rodaban en Espa?a en los sesenta, ?no? ?Con qui¨¦n? ?Con Sof¨ªa Loren! Pues mire la sorpresa que le tenemos preparada: ?Sof¨ªa Loren! (Aparece Sof¨ªa. El veterano de las pel¨ªculas le ense?a a hacer una tortilla de patatas. La tortilla se cae al suelo. "?La m¨ªa tortilla!", exclama Sof¨ªa). !No pasa nada! ?Es una de las cosas extraordinarias del directo!
Llega Pl¨¢cido Domingo; a la refugiada bosnia Shura le traen a su madre desde un campamento de Tuzla; Gemio suda la gota gorda, pero su energ¨ªa parece inagotable. ?Es Mary Poppins, los Reyes Magos y Papa Noel juntos! Uno lleva tres horas delante del televisor y ya no puede m¨¢s, pero uno no pertenece a esos privilegiados que componen las audiencias millonarias, como la que sigui¨® (4,6 millones de media) el mi¨¦rcoles el estreno en Antena 3 de Sorpresa, sorpresa. ?Qu¨¦ noche, qu¨¦ noche!
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