La emisi¨®n de los nuevos episodios est¨¢ prevista de madrugada 'Doctor en Alaska' vuelve hoy a La 2
Vive y deja vivir. Al fin y al cabo de eso se trata Cicely, ese l¨ªrico y perdido pueblo de Alaska el que todo es lo que parece, aunque lo que se venga envuelto en cultivado surrealismo y haya en la serie que lo aIberga, este Doctor en Alaska que vuelve hoy a La 2 con los ¨²ltimos episodios, un pu?ado de personajes tan ex¨®ticos como inusualmente tolerantes. La hora de emisi¨®n es, una vez m¨¢s, intempestiva: 0.20.
Los familiarizados con este pueblo que se dej¨® caer en la televisi¨®n norteamericana m¨¢s o menos por las mismas fechas (1990) que el de Twin Peaks, aunque nada tengan que ver uno con el otro, saben que en Cicely est¨¢n pasando siempre cosas que ponen a prueba la capacidad de esa peque?a comunidad multicultural y multiracial -fundada en el cambio de siglo por dos lesbianas "que quer¨ªan crear una colonia de librepensadores"- para convivir en la diferencia.Joel Fleishman (Rob Morrow), el joven m¨¦dico jud¨ªo desterrado aqu¨ª para pagar la deuda de la subvenci¨®n de sus estudios, ha cambiado la desesperaci¨®n ante el cementerio rural que imaginaba -es un militante neoyorquino- por la curiosidad y la l¨®gica de la raz¨®n, por una m¨¢s razonable flexibilidad.
C¨®mo prestar o¨ªdos si no a los dictados sabios de Marilyn (Flaine Miles), su recepcionista nativa americana; al coqueteo con la dimensi¨®n desconocida de Maggie (Janine Turner), la piloto-taxista con la que mantiene regulares escaramuzas; al potaje filos¨®fico del pinchadiscos local, Chris (John Corbett), tan dispuesto a disertar a trav¨¦s de la emisora local sobre Kafka como sobre f¨ªsica cu¨¢ntica; o la escisi¨®n existencial de Ed (Darren E. Burrows), el mestizo de Alaska que no sabe si tirar para Hollywood o hacerse cham¨¢n.
A quien le preocupe la televisi¨®n como veh¨ªculo posible de cultura, ha de encontrar en Doctor en Alaska m¨¢s que cumplida satisfacci¨®n. El juego constante de referencias culturales, como corresponde a una de estas series -los classy dramas del mundo anglosaj¨®n- que terminan con un enf¨¢tico fundido en negro sobre el nombre del productor ejecutivo, funciona en este caso como h¨¢bil gui?o c¨®mplice que hace que el p¨²blico de la serie se vea reconocido y distinguido.
As¨ª, citados o directamente recitados con uno u otro pretexto, han desfilado en manos del paisanaje de Cicely desde la obra completa de Alexis de Tocqueville a cultas alusiones a Shakespeare, Kierkegaard, Nietzsche o Baudelaire, pasando por Cien a?os de soledad de Garc¨ªa M¨¢rquez o el Billy Budd de Herman Melville.
?ltimos cap¨ªtulos
Nada de esto, como tampoco el motivado peque?o gran grupo de aficionados que la serie recolect¨® en su pase anterior, le ha servido a Doctor en Alaska para librarse de su retorno a La 2 en los aleda?os siempre preocupantes de la madrugada. Ser¨¢n los ¨²ltimos episodios. La comunidad de Cicely se despidi¨® en el verano de 1995. No por falta de p¨²blico, sino porque Rob Morrow hac¨ªa tiempo que estaba m¨¢s interesado en proseguir su carrera cinematogr¨¢fica que la televisiva. A la coprotagonista, Janine Turner, la pudimos ver en el Cliffhanger, con Sylvester Stallone. Our Town, un tema interpretado por Iris DeMent para el ¨²ltimo episodio -"I love you, my town / You'll aIways live in my soul"- hizo desempolvar muchos pa?uelos. Doctor en Alaska se hab¨ªa convertido en una de las series m¨¢s queridas y con mejor prensa de la televisi¨®n. Y as¨ª sigue, tambi¨¦n en Europa, pese al horario.
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