Germ¨¢n Coppini sigue viendo "malos tiempos para la M¨²sica"
El cantante gallego reaparece con "Carab¨¢s"
En su casa siempre ha habido gatos. El ¨²ltimo se espatarr¨® contra el suelo al caer desde la ventana del cuarto piso de su vivienda. La fijaci¨®n de Germ¨¢n Coppini con los felinos le ha llevado a titular Carab¨¢s su ¨²ltimo disco, con el que reaparece musicalmente tras siete a?os de silencio. "Carab¨¢s es mi propio mundo imaginario, pero tambi¨¦n es un homenaje al personaje del Gato con Botas", asegura el cantante, que insiste en este ¨¢lbum en su l¨ªnea como int¨¦rprete abanderado del pop latino. "No quiero pasar a la historia, quiero dar el co?azo. Soy un impertinente que quiere hacer mucho ruido".
Coppini presume de haber empezado de cero unas cuentas veces. La acogida musical que tuvo en el pasado, cuando cantaba No mires a los ojos de la gente o Me pica un huevo, nada tiene que ver con la situaci¨®n actual. "No me regodeo en los trabajos antiguos, pero me parece incre¨ªble que de golpe y porrazo quisieran borrar una ¨¦poca que musicalmente dio mucho que hablar. Me irrita bastante que algunos de los m¨²sicos de mi generaci¨®n no tengan ni casa de discos". ?l ha pasado siete a?os en esa situaci¨®n.Ahora en Carab¨¢s, su cuarto disco en solitario desde que se deshizo Golpes Bajos, repite en 16 temas su fijaci¨®n por crear personajes en cada una de las canciones: "Son peque?os guiones con un principio y un final", asegura consciente del fondo narrativo de sus textos. El cantante que capitane¨® las primeras hornadas del punki con el grupo gallego Siniestro Total, habla de s¨ª mismo en muchos de los temas.
Intentar plasmar otras cosas le cuesta. Germ¨¢n Coppini se ve reflejado en sus canciones. "Estrella margarita es una canci¨®n dedicada a mi madre muerta; Coraz¨®n de papel describe los, problemas sentimentales que te dan de vez en cuando cuando vives en pareja, y Querido amigo cuenta los ¨²ltimos d¨ªas de un enfermo de sida".
El cantante reconoce tambi¨¦n que sus letras se han vuelto m¨¢s "llanas y populacheras" que antes. Ha pasado de Ayatollah no me toques la pirola a S¨¦ que me falta coraje, que no tengo explicaci¨®n, que acabo siempre en tus brazos...
Del punki, acostumbrado a recibir los escupitajos del p¨²blico que abarrotaba la desparecida Rock Ola queda su capacidad para arremeter contra todo. "Malos tiempos para la l¨ªrica no ha tenido nunca tanta vigencia como tiene ahora. Y para averiguarlo no hay m¨¢s que encender la radio y escuchar las radiof¨®rmulas", asegura, al tiempo que acusa a las compa?¨ªas de buscar ¨¦xitos discogr¨¢ficos con "ni?os de 15 a?os que no les den ning¨²n problema y a los que dar f¨¢cilmente su patada en el culo".
No es amable tampoco con los cantautores ni con los representantes. De los segundos dice que "son lo peor de este pa¨ªs. Te venden como Judas vendi¨® a su maestro". De los primeros le subleva hasta el nombre: "Est¨¢n ah¨ª a fuerza de revival. Son un virus que pasar¨¢ muy pronto", pronostica.
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