Recomponer Italia
?PUEDE ROMPERSE Italia? La m¨¢s elemental prudencia aconsejar¨ªa meditar. la respuesta tras la disoluci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, la divisi¨®n de Checoslovaquia y los Balcanes, los intentos separatistas de Chechenia... Pero la m¨¢s elemental sensatez nos dir¨ªa tambi¨¦n que las circunstancias son diferentes y que, en este caso, las cosas no pueden ir tan lejos.Umberto Bossi, l¨ªder de la Liga Norte italiana e inventor, si no de un nuevo pa¨ªs, s¨ª de un cierto ectoplasma territorial, la Padania o tierras del Po, est¨¢ jugando sus cartas, tras la victoria del centro-izquierda en las pasadas elecciones, con la audacia del aventurero y la irresponsabilidad del fr¨ªvolo. No est¨¢ todav¨ªa formado el Gobierno que dirigir¨¢ el cat¨®lico Romano Prodi, un Gobierno que con toda seguridad va a ofrecer a Bossi alg¨²n tipo de propuesta de reestructuraci¨®n territorial de la Rep¨²blica, y el l¨ªder nordista ya ha creado un presunto Gobierno padano con ministros de Exteriores, de Econom¨ªa y de todo lo acostumbrado, salvo (le las fuerzas armadas. Pero al mismo tiempo, con esa facilidad tan italiana para darle la vuelta al calcet¨ªn todas las veces que haga falta, anuncia que la secesi¨®n sigue siendo s¨®lo una opci¨®n pol¨ªtica entre otras.
Todos los italianos, incluidos los votantes de la Liga, saben que no puede haber secesi¨®n porque en Italia no hay, ni siquiera en el valle del Po, una masa cr¨ªtica que la apoye, mucho menos que est¨¦ dispuesta a jugarse algo por esa fantasmag¨®rica Padania. Buena parte de los que han votado a la Liga, incluso bajo la proclama de que lo hac¨ªan por la independencia, eran conscientes de que m¨¢s que proclamar un hecho diferencial estaban dibujando un argumento para futuras negociaciones. Nadie olvida, por lo dem¨¢s, que Europa adoptar¨ªa finalmente una actitud muy poco comprensiva ante ese intento de debilitar su asociaci¨®n por el sur y el centro del Mediterr¨¢neo. Y el que mejor lo sabe de todos ellos es el propio Bossi.
?A qu¨¦ se reduce, entonces, el espasmo de esos italianos del norte que, pese a las variantes dialectales, hablan la misma lengua que sus compatriotas y comparten una misma turbulenta historia? El prop¨®sito com¨²n de este voto de rebeld¨ªa frente a Roma es que cambie en profundidad la gobernaci¨®n de la Rep¨²blica y las relaciones de ¨¦sta con las regiones. Bossi se opone t¨¢cticamente a la integraci¨®n, en la moneda ¨²nica europea, aunque esta Italia del norte se sabe capaz de cumplir las directivas de convergencia de Maastricht. Y cuando el l¨ªder federalista-secesionista tacha a Roma de poder colonial, de loba que en vez de amamantar exprime a sus hijos para el despilfarro y la corrupci¨®n, toca una cuerda eminentemente sensible en las carteras de los contribuyentes, especialmente (le los del norte. Y la cartera es un poderoso motor de la historia, por m¨¢s que los propagandistas- de la cosa se crean obligados a invocar supuestas identidades ¨¦tnicas -el pasado celta- para redondear el argumento. Pero es una revuelta fiscal lo que est¨¢ en; la base de esta agitaci¨®n.
Por ello, el nuevo Gobierno italiano, en el que se han depositado tantas esperanzas de saneamiento y seriedad, de honradez y eficacia, habr¨¢ de tomar ¨¦l dossier del secesionismo de la Liga como algo prioritario y demostrar a los votantes de Bossi y de toda Italia que una reestructuraci¨®n territorial del poder es la primera respuesta a las inquietudes de un sector considerable de la ciudadan¨ªa. Ello equivaldr¨¢ a modificar de manera sustancial la obra centralizada del risorgimento, que respondi¨® a las, necesidades de su hora, pero que ya no es capaz de resolver los problemas del presente. En cualquier caso, digamos, como Cavour, que Italia far¨¢ da se. Italia sabr¨¢ recomponerse.
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