El Caja San Fernando avista la final
El equipo sevillano se impuso al TDK
El Caja San Fernando avista la meta. Anoche puso m¨¢s peso en su plato de la balanza. El TDK tiene m¨¢s pinta de v¨ªctima despu¨¦s de padecer la misma enfermedad que el Madrid en la serie de cuartos, aunque esta vez el Caja prepar¨® un partido de tanteo corto, apurando las posesiones como nunca. Anderson vivi¨® pl¨¢cidamente, Scott resolvi¨® con puntos las aver¨ªas en ataque y Kidd, c¨®mo no, gobern¨® el espacio a¨¦reo atrapando rebotes a pesar de la dura competencia que le plant¨® Harper Williams, el mejor del TDK.El arranque se ajust¨® al gui¨®n que prepar¨® Petrovic. Anderson, el hombre orquesta, administr¨® todo el ataque de su equipo. Lo hizo con brillantez y eficacia, ante el despiste de los rivales. L¨¢zaro consumi¨® buena parte de su paciencia dando manotazos al aire. En ataque el TDK tuvo que echar mano de la improvisaci¨®n, dado que el Caja hab¨ªa extremado la concentraci¨®n, sobre todo ajo el aro, con una apretada defesa individual. Cierto es que los locales tendieron una trampa arriesgada, abandonaron deliberadamente la presi¨®n en la periferia. Pero ni L¨¢zaro ni Esteller terminaban de soltarse las mu?ecas. La senda del partido se?alaba ventajas coyunturales muy inc¨®modas para los catalanes, siempre rondando los ocho puntos en su contra. No eran distancias largas, pero ten¨ªan la apariencia de irreductibles.
Creus sobrellev¨® mejor la persecuci¨®n de Anderson. El TDK tuvo otra virtud: nunca le perdi¨® la cara al partido. Willians empez¨® a crecer por encima de Kidd bajo los tableros, supliendo la deslucida aportaci¨®n de Frank, y Esteller volvi¨® del banquillo con la mano tonta (11 puntos de sopet¨®n). El Caja ya no supo sostener el list¨®n de sus anteriores ventajas. Se desvaneci¨®. El aprieto qued¨® resumido en el tanteo al que se lleg¨® al descanso: 44-43, una pausa celebrada porque un chaval de 12 a?os consigui¨® la canasta del mill¨®n.
La reanudaci¨®n trajo las estrecheces, ante la mirada preocupada de los aficionados locales.
El marcador se balanceaba a un lado a otro sin dictar sentencia alguna. Fue Doblado, silenciosamente, el que devolvi¨® la vida a su equipo. Encaden¨® una serie exterior suficiente para descompensar de nuevo el choque. Pero en apenas siete puntos se detuvo la nueva reacci¨®n sevillana. Otra vez el TDK apret¨® los dientes: el equipo rocoso de siempre. Williams, casi siempre, fue el que asumi¨® las grandes decisiones. Siempre apareci¨®, aunque su atrevimiento tambi¨¦n aire¨® varios errores en ataque (hasta tres veces hizo pasos en ofensivas trascendentales) que aprovech¨® el Caja para abrir brecha: 68-56 a falta de siete minutos. El partido circul¨® ya por el mismo camino, con Anderson, de nuevo, minando la moral del TDK, resuelto ya a agarrarse a los triples para no esfumarse de la cancha.
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