Un tribunal de EE UU rechaza una querella gigantesca contra las compa?¨ªas tabaqueras
La denuncia part¨ªa de millones de fumadores a trav¨¦s de 60 despachos de abogados
La baqueteada industria norteamericana del tabaco ha conseguido una Importante victoria con la decisi¨®n de un Tribunal de Apelaciones de Nueva Orleans de desestimar una gigantesca querella colectiva de millones de fumadores y ex fumadores. Las reclamaciones, canalizadas a trav¨¦s de sesenta despachos de abogados, tendr¨¢n que ser planteadas individualmente, seg¨²n los tres jueces del Tribunal Federal, porque incluyen asuntos tan innovadores y diferentes que no pueden ser juzgados en un s¨®lo proceso. El fallo sirve como precedene para otras demandas colectivas, instrumento favorito de los abogados especialistas en litigios y pesadilla de las empresas de EE UU.
A pesar de que las compa?¨ªas tabaqueras tienen otras muchas batallas en curso, tanto en los tribunales como en la Administraci¨®n, la decisi¨®n de Nueva Orleans supone la desactivaci¨®n de la mayor amenaza que pesaba sobre su futuro. Cuando, hace un a?o, un juzgado de distrito admiti¨® la posibilidad de querella colectiva en el caso de Dianne Castano y otros tres fumadores que acusan a las compa?¨ªas tabaqueras de haber ocultado que la nicotina causa adicci¨®n, se abri¨® la posibilidad de que 50 millones de fumadores y ex fumadores se sumaran al proceso, con lo que ello supon¨ªa en cuanto a posibles indemnizaciones y, a corto plazo, a reunir los fondos necesarios para librar una batalla jur¨ªdica larga y cara.Hasta el momento, los grandes recursos econ¨®micos de la industria han permitido que sus ej¨¦rcitos de abogados mantengan a raya las demandas individuales: las tabaqueras no han perdido jam¨¢s un s¨®lo caso en los tribunales.
Cotizaciones en alza
El Tribunal de Apelaciones no entra en los m¨¦ritos del caso Castano: lo devuelve a una instancia inferior y le niega el car¨¢cter de "querella-paraguas" porque entiende que "hace falta la sabidur¨ªa colectiva de jurados individuales antes de que este Tribunal comprometa la suerte de toda una industria o de millones de demandantes a un s¨®lo jurado".Los abogados consideraron el fallo como una derrota parcial, pero anunciaron que intentar¨¢n plantear de nuevo casos colectivos en los tribunales de los Estados. Los despachos implicados cuentan con un importante fondo econ¨®mico para afrontar los gastos de lo que ahora ser¨¢n 50 demandas colectivas. En otros estados se instar¨¢ a los querellantes a que inunden los tribunales con querellas individuales para forzar la unificaci¨®n de todos los casos en demandas globales.
Los representantes de la industria celebraron con alborozo la decisi¨®n, que, en opini¨®n de Brown & Williamson, "env¨ªa un serio mensaje a los abogados de las querellas colectivas para que Pongan fin a las locuras en los tribunales". El festejo -todo un alivio para las tabaqueras despu¨¦s de los reveses sufridos- lleg¨® a Wall Street, en donde hubo alzas espectaculares en las cotizaciones de las compa?¨ªas.
El fallo es especialmente importante porque fue el caso Castano el que rompi¨® lo que durante decenas de a?os hab¨ªa sido un frente unido en la industria del tabaco. En marzo de este a?o, Liggett, la menor de las cinco grandes compa?¨ªas de EE UU, lleg¨® a un acuerdo particular con los abogados de los querellantes que implicaba un reconocimiento de responsabilidades en la adicci¨®n de millones de personas. El acuerdo no queda modificado por la decisi¨®n de Nueva Orleans y la postura de Liggett tendr¨¢ repercusiones en los futuros procesos.
El respiro, en todo caso, no afecta al resto de los frentes abiertos en la guerra del tabaco: en dos grandes jurados se investiga si los ejecutivos de las empresas mintieron al Congreso hace dos a?os, cuando, bajo juramento, negaron manipular los contenidos de nicotina y fueron luego desmentidos por antiguos empleados. Se investiga tambi¨¦n si la industria ocult¨® sus hallazgos sobre las repercusiones del tabaco en la salud y sobre los riesgos que corren los fumadores pasivos.
Sigue adelante, por otro lado, una gran operaci¨®n concertada por los fiscales de 8 estados para recuperar el dinero gastado en enfermedades atribuibles al tabaco. Y se mantiene un debate en la FDA, el organismo que se ocupa de alimentos y medicinas, sobre la posibilidad de considerar el tabaco como una droga adictiva y someterlo, en ese caso, a una estricta regulaci¨®n.
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