El Atl¨¦tico gana la Liga 19 a?os despu¨¦s

Fue una fiesta hermosa y tranquila, la tarde que necesitaba el Atl¨¦tico para levantar la Copa despu¨¦s de tanta agitaci¨®n, de tanto miedo a los resultados y a la historia. Esta vez, no. El Atl¨¦tico no fall¨®. Ni tan siquiera dud¨®. Bati¨® al Albacete con comodidad, con las armas de siempre y con los h¨¦roes de costumbre: Pantic lanz¨® la falta del primer gol, Simeone la cabece¨® con su ¨ªmpetu habitual, Molina inici¨® el segundo con un saque largo y Kiko lo remat¨®. S¨®lo falt¨® Caminero. Pero todo el ideario del Atl¨¦tico estuvo en esos goles, que fueron celebrados estrepitosamente por una hinchada que no quer¨ªa m¨¢s sufrimientos. Quer¨ªa darse un ba?o de j¨²bilo y acabar con casi veinte a?os de sequ¨ªa. Y eso es lo que hizo durante toda la noche: vivi¨® la fiesta con la intensidad y la alegr¨ªa que s¨®lo procura el f¨²tbol.El Atl¨¦tico entr¨® en el partido a empujones. Lo hizo por necesidad, por la tensi¨®n que soportaba, por un evidente deseo de intimidaci¨®n y tambi¨¦n porque el Atl¨¦tico juega as¨ª. El Albacete recibi¨® la primera andanada con un susto considerable. Se mor¨ªa de aprensi¨®n, impresionado por la calentura que ven¨ªa de la grada y el aire desafiante del Atl¨¦tico. Ten¨ªa la condici¨®n de vencido, un equipo desmoralizado que pagaba otro peaje considerable: el Albacete no ten¨ªa un gramo de intenci¨®n y juego. Era una v¨ªctima.

El desarrollo del encuentro vino a retratar toda la temporada del Atl¨¦tico. Fue un ejercicio de convicci¨®n y deseo, de un f¨²tbol en¨¦rgico, pero sin refinar. A golpe de cornet¨ªn meti¨® al Albacete en su ¨¢rea. Luego Ilovieron las faltas en el per¨ªmetro del ¨¢rea y cada una de ellas se celebraba como un gol en el Manzanares. Hasta cinco faltas lanz¨® Pantic en el primer cuarto de hora y en la ¨²ltima entr¨® Simeone con todo para cabecear el gol que abri¨® la victoria. O sea, una jugada que respet¨® el gui¨®n de la temporada.

El tanto de Simeone liber¨® el miedo de la hinchada, que estall¨® de j¨²bilo. Despu¨¦s de tanta tensi¨®n, el fin de fiesta de la Liga result¨® de una extraordinaria tranquilidad en el Manzanares. Pocos partidos le han resultado tan pl¨¢cidos al Atl¨¦tico y su gente, que se dio un banquete de felicidad. Atr¨¢s quedaban dos d¨¦cadas de frustraci¨®n que hab¨ªan estigmatizado al equipo. Con el gol de Simeone se destru¨ªa la leyenda de equipo perdedor, de club irremediable. El Atl¨¦tico era campe¨®n y no hac¨ªa falta m¨¢s partido.

El Albacete nunca lleg¨® a cuestionar la victoria del Atl¨¦tico. Ni siquiera el empate. Se entreg¨® al sacrificio con una extraordinaria docilidad. As¨ª que toda la tarde discurri¨® entre abrazos y homenajes en la grada. En el campo, el Atl¨¦tico s¨®lo necesitaba un empuj¨®n m¨¢s para dar el finiquito al partido y a la Liga. El segundo gol lleg¨® muy pronto, tambi¨¦n a la manera del equipo de Antic y con dos de los grandes protagonistas del campeonato: Molina sac¨® largo, para el despeje de un central, pero el central era Tom¨¢s, que se equivoc¨® como un chiquillo en el control y dej¨® la pista libre a Kiko, que llev¨® la pelota hasta el ¨¢rea y la cruz¨® con seguridad.

El resto del partido se fue en celebraciones. Lo ¨²nico importante era la satisfacci¨®n que se viv¨ªa en el estadio y los gui?os de complicidad entre el equipo y su gente, una afici¨®n que ha respondido con fidelidad y sacrificio. En los malos tiempos y ayer, en la noche de una victoria que quedar¨¢ grabada en la memoria de la afici¨®n del Manzanares. Despu¨¦s de tantos a?os, el Atl¨¦tico es campe¨®n.