Espa?a cumpli¨® el tr¨¢mite ante una d¨¦bil Rumania
Son las paradojas del deporte. Tras cuatro victorias consecutivas sin muchos sufrimientos, el equipo espa?ol sigue dominado por la incertidumbre. La victoria sobre una d¨¦bil Rumania no aclar¨® si existe una soluci¨®n de garant¨ªas para suplir a Masip. Y el billete a Atlanta sigue en el aire: Croacia no pudo frenar en el otro grupo a Yugoslavia, el otro gran aspirante a la plaza ol¨ªmpica. Garantizado el primer puesto de su grupo, Espa?a juega hoy contra Francia (Ciudad Real, 19.00, La 2), a la espera del puesto que consiga Yugoslavia en la otra tanda.Rumania, que abrillant¨® la historia del balonmano con un equipo m¨ªtico en los a?os sesenta y setenta, ya no es lo que era. Vasile Stinga, su ¨²ltimo gran lanzador, lo explica as¨ª: "La protecci¨®n estatal ha desaparecido. Los mejores jugadores buscan el futuro en el extranjero; algunos de ellos no han querido venir a la selecci¨®n porque carecen de est¨ªmulos".
Pero los que han venido son m¨¢s altos y fuertes que los espa?oles, y sus tiradores siguen siendo temibles. Besta y Licu, sucesores aventajados, de Stinga, trajeron por la calle de la amargura a una defensa espa?ola que tard¨® mucho en asentarse.
Sin embargo, Garralda y Duisheb¨¢iev transf¨®rmaron el ¨¢rea contraria en una f¨¢brica de penaltis cuya ejecuci¨®n fue perfecta por parte de Guijosa y Urdiales. Espa?a logr¨® por fin despegarse poco antes del descanso (15-10), lo que permiti¨® una segunda parte fue mucho m¨¢s c¨®moda, hasta con ocho goles de ventaja (21-13). A pesar de ese amplio margen, Rafael Guijosa, justific¨® por s¨ª mismo el precio de la entrada con una exhibici¨®n magistral que le perfila como el mejor extremo del campeonato. Pero no se pudo cantar el bingo: ni las lesiones, ni las exclusiones ni el mal partido de Perun¨ªcic, considerado como el mejor lanzador del mundo, fueron suficientes para doblegar el poder competitivo de los yugoslavos ante Croacia. Puede ocurrir que, para ir a Atlanta, haya que ganar la medalla de oro.
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