Occidente en Bosnia
La llamada comunidad internacional insiste en que las primeras elecciones bosnias de la posguerra se celebren, seg¨²n lo estipulado en el acuerdo de Dayton, no m¨¢s tarde del 14 de septiembre. El diplom¨¢tico estadounidense Robert Frowick, jefe de la misi¨®n electoral de la OSCE en Bosnia, ha reconocido estar sometido a "enormes presiones" para certificar antes del 14 de junio que se dan las condiciones para unas elecciones "libres y justas" en ese pa¨ªs asolado por la guerra. Al insistir en que las elecciones se celebren en septiembre, EE UU, y Occidente en general, est¨¢ m¨¢s motivado por consideraciones de pol¨ªtica interna que por una preocupaci¨®n real por el futuro de la paz y la democracia en Bosnia. El presidente norteamericano, Bill Clinton, en particular, necesita unas elecciones tempranas en Bosnia para poder proclamar el ¨¦xito de su principal iniciativa de pol¨ªtica exterior y ordenar la retirada de las tropas estadounidenses de Bosnia en los ¨²ltimos d¨ªas de su campa?a para las elecciones presidenciales norteamericanas, que deben celebrarse el 5 de noviembre de este a?o.La presi¨®n para celebrar elecciones en Bosnia a cualquier precio coincide con el fracaso total de Occidente en la puesta en pr¨¢ctica de los elementos b¨¢sicos del proceso de paz de Dayton, como la retirada del poder en la Rep¨²blica Srpska de los criminales de guerra procesados, o la libertad de movimientos y el derecho al retorno de los aproximadamente dos millones de bosnios expulsados de sus hogares y pueblos. En ambos casos, los principales actores internacionales en Bosnia han dejado de lado el acuerdo de Dayton y los principios b¨¢sicos en aras de una dudosa conveniencia.
Est¨¢ ampliamente reconocido que no puede haber unas elecciones realmente libres y justas mientras los l¨ªderes pol¨ªticos y militares serbobosnios, Radovan Karadzic y el general Ratko MIadic, ambos procesados por genocidio, sigan en el poder en la Rep¨²blica Srpska. Pero los mediadores internacionales decidieron limitarse a aislarlos y marginarlos en lugar de capturarlos y enviarlos al Tribunal de Cr¨ªmenes de Guerra de La Haya.
Las ¨²ltimas dos semanas han sido especialmente desastrosas para los esfuerzos internacionales por expulsar del poder a Karadzic y MIadic. El alto representante internacional en Bosnia, el sueco Carl Bildt, sufri¨® una derrota espectacular en su ingenua creencia de que pod¨ªa desarrollar una "alternativa moderada" en Banja Luka, la mayor de las ciudades bajo control serbio, mediante la cual aislar¨ªa a Karadzic y a los otros partidarios de la l¨ªnea dura de Pale, la autoproclamada capital de la Republica Srpska. Durante toda una semana, Bildt se pase¨® ante los equipos de la radio y televisi¨®n internacional en Banja Luka, e incluso llev¨® all¨ª a altos cargos de la OTAN, como al secretario general, Javier Solana, o al comandante supremo, general George Joulwan, para demostrar el apoyo occidental al primer ministro serbobosnio, Rajko Karadzic, frente al criminal de guerra procesado Karadzic. Pero cuando Karadzic decidi¨® destituir a su primer ministro y sustituirlo por un ultranacionalista de l¨ªnea dura, Bildt y el resto de Occidente no dieron ninguna respuesta significativa. Karadzic se reforz¨® incluso en el poder en Pale y sigui¨® burl¨¢ndose de los esfuerzos internacionales por destituirle. El general MIadic, por otra parte, viaj¨® a Belgrado para asistir al funeral de su colega Djordje Djukic, demostrando un desprecio absoluto por la supuesta obligaci¨®n del presidente serbio, Slobodan Milosevic, de detenerle. ?Cu¨¢l fue la respuesta de Occidente?
La OTAN afirm¨® abiertamente que las fuerzas de la IFOR en Bosnia no arriesgar¨¢n "la vida de un solo joven soldado para detener a Karadzic y MIadic: no lo merecen". El Departamento de Estado norte-. americano decidi¨® "no reaccionar emocionalmente", por lo que sigue sin pedir sanciones contra Serbia por la negativa de Milosevic a poner en pr¨¢ctica lo que inici¨® en Dayton y firm¨® en Par¨ªs. Y se est¨¢ determinado a seguir adelante con los planes de celebrar elecciones "libres y justas", aunque la mitad de Bosnia sigue estando controlada en gran medida por los culpables del genocidio.
Benjamin Ferencz, principal fiscal estadounidense en los hist¨®ricos juicios de N¨¹remberg contra los criminales de guerra nazis, cree que hace falta una presi¨®n p¨²blica masiva sobre los Gobiernos occidentales para que sean m¨¢s sensibles a la necesidad de juzgar a los criminales de guerra. "Nadie quiere que hagan da?o a los soldados de la OTAN, pero ellos eligieron esa profesi¨®n. Imag¨ªnese lo que ocurrir¨ªa si los polic¨ªas de Nueva York decidiesen que no iban a perseguir a los criminales porque podr¨ªan herirles o matarles. ?En qu¨¦ clase de sociedad vivir¨ªamos?", afirm¨® en una entrevista concedida a la cadena de televisi¨®n Court TV.
La contemporizaci¨®n internacional con los criminales de guerra en Bosnia supondr¨ªa la legalizaci¨®n de la limpieza ¨¦tnica genocida si las tropas de IFOR no hacen mucho m¨¢s por garantizar la libertad de movimiento y el derecho al retorno de los que fueron expulsados de sus hogares en todo el territorio bosnio. En las ¨²ltimas semanas, esas tropas hicieron m¨¢s por impedir a las columnas de refugiados bosnios que visitaran aunque s¨®lo fueran las tumbas de sus seres queridos que por permit¨ªrselo. Permanecieron pasivos mientras hordas serbias armadas con palos y piedras amenazaban, y en algunos casos atacaban, a las personas que quer¨ªan visitar las ciudades bajo control serbio de Prijedor, Doboj, Trnovo y otras. Con ello, de hecho est¨¢n poniendo en pr¨¢ctica la partici¨®n de Bosnia en lugar de su reintegraci¨®n. Esa partici¨®n se pondr¨ªa a¨²n m¨¢s en pr¨¢ctica si las reglas de las elecciones permiten a los bosnios votar no s¨®lo en las localidades en las que figuraban en el censo de 1991, sino tambi¨¦n en las localidades donde viven ahora. Eso supondr¨ªa que los que ocuparon ciudades bosnias sometidas a limpieza ¨¦tnica decidir¨ªan qui¨¦n gobernar¨¢ esas ciudades en el futuro. Al no hacer lo suficiente por poner en pr¨¢ctica el acuerdo de Dayton, incluidas las disposiciones sobre la retirada de los criminales de guerra y sobre la libertad de movimiento y el derecho al retorno de los refugiados, Occidente tambi¨¦n est¨¢ plantando las semillas de futuras tensiones y conflictos en la zona.
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