La ola de calor dispara las urgencias hospitalarias entre un 20% y un 30%

La llegada del buen tiempo puede resultar una maldici¨®n para muchos, cuando se produce de sopet¨®n. La ropa de invierno cuelga todav¨ªa en muchos armarios y los colores oscuros absorben el calor sin piedad. Cansancio, sensaci¨®n de marco y decaimiento, dolores de cabeza, palpitaciones, hinchaz¨®n de los pies y de las manos y dificultades para conciliar el sue?o son algunos de los trastornos m¨¢s comunes, estos d¨ªas, ante la brusca subida de las temperaturas.Los problemas se agravan en el caso de los ancianos, muy propensos a la deshidrataci¨®n, las personas con sobrepeso y las que padecen trastornos cardiovasculares y respiratorios y puede incluso llegar a ser fatal si no se adoptan las adecuadas precauciones. Los datos del a?o pasado indican que por cada grado de temperatura por encima de los 35, se produjeron, entre 10 y 12 fallecimientos m¨¢s diarios de personas mayores en Madrid, relacionados directamente o indirectamente con el calor.

Temperatura ambiente

"El cuerpo necesita aclimatarse y pueden pasar todav¨ªa varios d¨ªas hasta que se acostumbra definitivamente a la nueva situaci¨®n", explica Antonio Molins, jefe del servicio de urgencias de la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz de Madrid. "La sensaci¨®n de que el calor es agobiante o agradable es tambi¨¦n una cuesti¨®n psicol¨®gica. La prueba es que con la misma temperatura en casa nos sentimos a gusto con la calefaci¨®n en invierno y nos agobiamos en verano". Lo ideal es mantener siempre una temperatura ambiente de unos 22 grados. Conciliar el sue?o se es dif¨ªcil cuando no baja de 20 grados.El cuerpo se defiende ante el calor liberando l¨ªquido con el sudor, que al evaporarse refresca la piel y mantiene la temperatura adecuada del cuerpo. Por esta raz¨®n, lo fundamental es reponer l¨ªquidos, para que el mecanismo funcione correcta mente y se eviten los riesgos de deshidrataci¨®n. "Hay que ingerir una cantidad generosa de l¨ªquido. Beber toda el agua que se quiera nunca es malo, sino todo lo contrario. Una persona que trabaja. al aire libre en esta ¨¦poca del a?o puede llegar a consumir hasta ocho litros dia rios", se?ala Molins. Los s¨ªntomas de alerta ante una posible deshidrataci¨®n son la sensaci¨®n de debilidad, fiebre, mucha sed, sequedad de la piel y de las mucosas y calmabres. El problema de los ancianos es precisamente que pueden perder el reflejo de la sed cuando empiezan los primeros s¨ªntomas de deshidrataci¨®n y agravarse, de esta forma, los riesgos.

"El consumo de algunos medicamentos (tranquilizantes o f¨¢rmacos contra algunos trastornos como el Parkinson) agravan estos riesgos", a?ade Molins.

Los ingresos en urgencias aumentan, en general, entre un 20% y un 30% con una ola de calor. Uno de los problemas m¨¢s frecuentes es hacer deporte con la misma intensidad que en los d¨ªas m¨¢s frescos. El riesgo puede ser una bajada brusca de tensi¨®n y, en los casos m¨¢s graves, lo que se denomina un golpe de calor, un grav¨ªsimo trastorno del mecanismo de termorregulaci¨®n del organismo, con fiebres de m¨¢s de 40 grados y p¨¦rdida de conciencia, que puede derivar en un fallo org¨¢nico y en la muerte.

"Son tambi¨¦n frecuentes las lipotimias o s¨ªncopes, porque el calor produce una vasodilataci¨®n y, al cambiar de postura o incorporarse no se produce la vasoconstricci¨®n necesaria para evitar el mareo", explica Carlos de la Puente, del Servicio de Urgencias del Hospital Ram¨®n y Cajal de Madrid.