El Mortirolo da el Giro a Tonkov
Olano no aguanta el ritmo de los escaladores y termina tercero
Ivan Gotti, 62 kilos; Pavel Tonkov, 63; Piotre Ugrumov, 61; Enrico Zaina, 61. Mortirolo: 1.300 metros de desnivel, con rampas de hasta el 18%. Gavia: 1.036 metros de desnivel en 10 kil¨®metros. Abraham Olano: 72 kilos. Si en llano la fuerza que tienen que vencer los ciclistas es la resistencia del aire, en monta?a es la fuerza de gravedad. Quien m¨¢s pesa, a igualdad de fuerzas, est¨¢ muerto. Quien sobrepasa sus l¨ªmites en un esfuerzo postrero por romper las leyes f¨ªsicas muere despu¨¦s. El mismo Mortirolo que hace dos a?os sentenci¨® al pesado Indur¨¢in que lo hab¨ªa dominando yendo m¨¢s all¨¢, acab¨® ayer con las esperanzas de Olano de ganar el Giro de su debut. El Giro que se dec¨ªa dise?ado a prop¨®sito para el ausente Pantani acab¨® premiando al alado Tonov, el mejor corredor: el que entre los que suben menos cedi¨® en la contrarreloj. No fall¨® en su cita suprema -la etapa que pide cuerpos chupados de maratonianos, organismos resistentes al cansancio-, ni tampoco Gotti, Zaina o Ugrumov. Tampoco fall¨® Olano. El campe¨®n del mundo es m¨¢gico, pero est¨¢ fuera de su alcance alterar las inmutables leyes de la naturaleza.Las d¨¦cimas de hoy ser¨¢n minutos ma?ana, hab¨ªa sentenciado la v¨ªspera el viejo Ferretti. La teor¨ªa de la usura, m¨¢s una transformaci¨®n de los deseos en realidades basada en las subjetivas intuiciones de debilidad general, se bati¨® en retirada en las primeras rampas del estrecho Mortirolo. Por el descarnado Gavia -empinada carretera sin asfaltar en medio de un paisaje lunar-, el Mapei hizo el alarde. Trabajando con tes¨®n, los compa?eros de Olano diezmaron el pelot¨®n. Intentaban tensar la cuerda, discernir debilidades dejar a todos los grandes al descubierto. S¨®lo se descubri¨® el ya hundido Berzin. Fue un esfuerzo necesario, pero bald¨ªo: el ritmo calent¨® a los enemigos. Olano, empezaba su calvario.
Comienzan los ataques
Cuando nada m¨¢s empezar el Mortirolo, primero el incontenible Zaina, luego el incansable Ugrumov, y m¨¢s tarde el extasiado Tonkov y el felino Gotti decidieron que el espect¨¢culo deb¨ªa comenzar, todo se convirti¨® en una cuesti¨®n de fe para Olano. Lo ¨²nico que pod¨ªa hacer es lo que en la Marmolada, la v¨ªspera, le hizo ascender a los altares: continuar con su pesante ritmo de gran rodador y rezar para que alguno de los de delante, a ser posible Tonkov, estallara de nuevo. Pero era, por fin, su d¨ªa, y los escaladores montaron su fiesta. Olano, sin embargo, iba manteniendo las distancias. Su objetivo era acabar como mucho con 30 segundos perdidos en la cima. Pero entre los escaladores hab¨ªa un divo llamado Tonkov, m¨¢s ligero a¨²n sin el peso de la maglia rosa. Sucesivos acelerones suyos significaban sucesivas p¨¦rdidas para el sufriente Olano. A cinco interminables kil¨®metros de la cima, la distancia era a¨²n gestionable: 34 segundos. A cuatro, a¨²n alimentaba la fe: 50 segundos. Pero entonces, los segundo! abandonaron la senda de la progresi¨®n aritm¨¦tica y contenible, y pasaron a la de la progresi¨®n geom¨¦trica, la que dispara las curvas: 55 segundos perdi¨® el solitario Olano -como un pionero luchando contra la naturaleza agresiva y desconocida: sin, abandonarse nunca a la desesperaci¨®n aun viendo volar la maglia, luchando contra su sufrimiento- en los 1.000 metros m¨¢s duros, entre el kil¨®metro cuatro y el tres; a dos de la cima marchaba a 2,03 minutos. Fue entonces cuando Tonkov se conoci¨® ganador, cuando ascendiendo solt¨® las manos del manillar, alz¨® los brazos como un torero y anim¨® al gent¨ªo a que le vitoreara. Se sent¨ªa merecedor del reconocimiento. Y en realidad lo era. A 2,22 de Tonkov y Gotti, que hab¨ªan distanciado a los otros dos, Zaina y Ugruinov, en 38 segundos, pas¨® Olano. Al ruso ganador le esperaba una pasarela hasta Aprica, Al campe¨®n del mundo, todo perdido, le quedaba lo m¨¢s duro.La soledad alimenta los malos pensamientos, la dejaci¨®n y el ¨¢nimo derrotado. Ante un desaf¨ªo como el Mortirolo, el esp¨ªritu busca sobrepasarse, pero ante un descenso, un valle en el que el viento soplaba de cara y una suave subida final de 12 kil¨®metros, la figura de la soledad del corredor de fondo deja de ser una met¨¢fora. Los de delante, relev¨¢ndose y sabi¨¦ndose triunfadores -los juegos estaban casi hechos: uno ganar¨ªa la etapa (Gotti, el que m¨¢s colabor¨® con Tonkov) y los otros dos (Ugrumov y Zaina, los que formaron, la otra pareja de relevistas, entrar¨ªan en el podio)- no de atr¨¢s, entonces tuvo que recurrir a su mentalidad de contrarrelojista, a no pensar m¨¢s que, en ir mas r¨¢pido cada vez, a olvidarse del dolor. Y cuando las referencias le dijeron que pod¨ªa hasta perder su plaza en el podio -ced¨ªa 3.03 minutos a falta de cuatro kil¨®metros para la meta-, Olano se sobrepas¨® pero los calambres que agarrotaban sus piernas, se mordi¨® la lengua y meti¨® su sexta marcha. Acab¨®, as¨ª, con el ¨¢nimo de un triunfador. Era tercero por tres segundos. Es joven -26 a?os-, ha conseguido dos podios en dos grandes rondas (segundo en la ¨²ltima Vuelta y tercero en el Giro), y sabe que a¨²n no ha al canzado sus l¨ªmites. Que lo mejor est¨¢ a¨²n por llegar.
Clasificaciones
Etapa. 1?. Gotti, 7h 55m. 2?. Tonkov, a 3 segundos. 3?. Ugrumov, a 57s. 4?. Zaina, m. t. 5?. Olano, a 2m 52s. 6?. Guerini, a 5m 31 s. 7?. Robin, m. t. 8?. Lanfranchi, m. t. 9?. Rebellin, m.t. 10?. Faustini, m. t. 98? (¨²ltimo), Manzoni, a 39m 33sGeneral. 1?. Tonkov, 100h 37m 2s. 2?. Zaina, a 2m 43s. 3?. Olano, a 2m 57s. 4?. Ugrumov, a 3m. 5?. Gotti, a 3m 36s. 6?. Rebellin, a 9m 15s. 7?. Faustini, a 10m 38s. 8?. Shefer, a 11m 22s. 9?. Robin, a 13m 4s. 10?. Berzin, a 14m 41s. 98? (¨²ltimo). Cerezo, a 3h 4:3m 20s.
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