A Clemente
?nimo, Javier. Ya ves el griter¨ªo que se ha formado por el juego de la selecci¨®n. La verdad, no s¨¦ de qu¨¦ se sorprenden. Es el mismo grupo de jugadores que mes tras mes, has venido alineando con m¨¢s fortuna que desgracia por todos los campos. Una selecci¨®n leal a esa visi¨®n tuya, tan literaria, que cree que el que resiste, gana. Algunos malintencionados sugieren que te importa m¨¢s el cargo que el juego del equipo, y que tu t¨¢ctica -la no derrota- es la garant¨ªa para sobrevivivir en el banquillo. Y no saben que tu lealtad a t¨ª mismo, tu lealtad a tus jugadores -esos suplentes en sus equipos que tu sostienes contra viento y marea en la selecci¨®n- es correspondida por la lealtad de Villar, presidente de tu federaci¨®n, que te mantiene en el cargo al margen del resultado. Javier, es que no saben de qu¨¦ quejarse! Contra Rumania, qu¨¦ m¨¢s da, saca a los buenos-
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