Portugal fustiga la osad¨ªa croata
Se sabe de la inagotable cantera del f¨²tbol croata. Pero su seleccionador, el veterano Miroslav Blazevic, quiso exprimirla demasiado y tir¨® del partido ante Portugal. O, lo que es lo mismo, despreci¨® el primer puesto del grupo. Le daba lo mismo Alemania que Italia, sus posibles rivales en cuartos, as¨ª que Blazevic prefiri¨® que siete titulares indiscutibles -Ladnic, Stimac, Stanic,_Asanovic, Boban, Jerkan y Suker- le arroparan en el banquillo. Con relevos de mucha menor altura, Croacia ti?¨® un partido que anticipaba un f¨²tbol de tocador. Portugal sali¨® con su mejor traje y sin aspavientos, sin grandes alardes, dio un repaso a los croatas. En el c¨¦sped y en el banquillo. La estrategia de Blazevic conden¨® el encuentro. Cabr¨ªa pensar que intentaba resguardar a sus estrellas para los cuartos de final. Pero fue un gesto fatuo. Con su mutilaci¨®n consigui¨® un efecto fatal: primero recibi¨® dos goles y ante la m¨¢s que probable humillaci¨®n se vio obligado a echar mano de Boban, Asanovic y Suker en el descanso. Les rescat¨® del balneario y todo result¨® a¨²n m¨¢s confuso. ?No le daba igual el resultado? Adem¨¢s, dio entrada al jugador que m¨¢s deb¨ªa proteger, caso de Boban, el eje del equipo, que con una tarjeta hubiera sido suspendido.
En medio de este paisaje croata, Portugal abroch¨® el partido con enorme facilidad. Favorecido por el gol madrugador de Figo, pudo manejar la jornada con mucha templanza. Sin Suker enfrente y con Prosinecki al volante, Portugal nunca tuvo apreturas. Baj¨® la pelota al piso y se puso a jugar al f¨²tbol. Algo que hace muy bien. Extraordinariamente bien.
A falta de delanteros puros. que le sirvan de referencia, Portugal ha optado por la t¨¢ctica del nudo. Consiste en aglutinar a cuatro grandes peloteros -Rui Costa, Figo, Joao Pinto y Sa Pinto- en la media punta para avanzar en grupo a base de apoyos, toques cortos y movimientos constantes que enreden al enemigo. El despliegue alcanza su punto culminante cuando reciben el apoyo de los laterales o alguno de ellos descubre el espacio punzante. As¨ª llego el gol del azulgrana: dos pases pacientes, el lateral que llega como un felino, una pared para darle espacio, un pase al ¨¢rea y Figo que enfoca el espacio justo para noquear a Mrmic. Un monumento al talento colectivo. Croacia quiso empujar, pero de Pamic -una roca de 95 kilos- a Suker hay un trecho sideral. Y de Prosinecki a Boban, no digamos. Portugal le cedi¨® metros y le invit¨® a coger el mando del encuentro, pero ni as¨ª.
Con la entrada de Suker, Boban y Asanovic, Croacia mejor¨®. Al menos tuvo m¨¢s peso en el juego por momentos descosi¨® el juego de Portugal, que tuvo que recular hacia la trinchera. Dos paradas enormes del guardameta Vitor Baia acabaron por desesperar a los croatas. Lo adivin¨® Oliveira, el t¨¦cnico portugu¨¦s, y entonces, con el resultado acomodado, mand¨® a Paulo Sousa y Rui Costa al balneario. Justo lo contrario que hab¨ªa hecho Blazevic. Y es que cada cosa tiene su momento y Croacia, desgraciadamente ausente del f¨²tbol de ¨¦lite durante muchos a?os, quiz¨¢ no recuerde que en este juego la osad¨ªa se paga. Y a un alto coste: sus jugadores se fueron de Nottingham goleados, cansados y cabreados.
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