Mancha integrista
EL SALVAJE atentado contra una base militar estadounidense en Arabia Saud¨ª pone de manifiesto la fragilidad de toda una zona que, una vez m¨¢s, parece estar al borde del precipicio. Aunque para una primera lectura de los m¨®viles del acto criminal se requieran los lentes nacionales saud¨ªes, la bomba se inscribe en un movimiento m¨¢s amplio de desestabilizaci¨®n de toda la zona. Los terroristas, como ocurri¨® tambi¨¦n en noviembre pasado, han ido contra una pieza esencial de la estrategia de Washington en la zona: la presencia militar norte americana tras la guerra del Golfo en 1991. Pero el r¨¦gimen saud¨ª no ha iniciado proceso de apertura alguno como sugiri¨® cuando las democracias occidentales acudieron en su ayuda para neutralizar la amenaza iraqu¨ª tras la invasi¨®n de Kuwait. Por contra, persiste en su profundo desprecio hacia los derechos humanos. Arabia Saud¨ª representa un integrismo isl¨¢mico tradicionalista que durante a?os ha financiado movimientos isl¨¢micos violentos en todo el mundo. Ahora, como un bumer¨¢n, las tempestades sembradas en terceros pa¨ªses regresan a Arabia, contra el propio r¨¦gimen del rey Fahd. Todo ello, en un momento en que se plantea su sustituci¨®n en el trono por el pr¨ªncipe Abdul¨¢, al parecer menos prooccidental. Riad no es ya una pieza segura en el tablero de Oriente Pr¨®ximo.
Las alianzas pueden estar cambiando, en parte por la dureza del nuevo primer ministro de Israel, Benjam¨ªn Netanyahu. ?ste no se ha entrevistado a¨²n con el presidente palestino, Yasir Arafat. La fragilidad de todo el esperanzador proceso en la regi¨®n aumenta d¨ªa a d¨ªa. El r¨¦gimen iraqu¨ª de Sadam Husein ha aceptado en los ¨²ltimos d¨ªas las medidas de control de suarmamento de destrucci¨®n masiva exigidas por la ONU, en una desesperada b¨²squeda del levantamiento total de las sanciones econ¨®micas. Washington desea mantener a¨²n la presi¨®n sobre Husein, pero a la vez teme que Irak se desintegre.
Tras unos meses en que las esperanzas sobre el futuro de la zona hab¨ªan crecido, los problemas se vuelven a acumular en Oriente Pr¨®ximo. Al borde del caos es, sin embargo, donde se produce siempre el orden y la creatividad. Ahora bien, para ello es condici¨®n necesaria volver a encarrilar el proceso de paz. Y ante este panorama, el ¨²nico que puede lograrlo es EE UU, pese a los peligros en que incurre, como prueba la bomba de ayer.
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