El riesgo de falencia
El gobernador del Banco de Espa?a, Luis ?ngel Rojo, siempre inicia sus intervenciones ex c¨¢tedra recordando que la Ley de Autonom¨ªa de 1994 le se?ala taxativamente que "el Banco de Espa?a definir¨¢ y ejecutar¨¢ la pol¨ªtica monetaria con la finalidad primordial de lograr la estabilidad de los precios". Advierte as¨ª a sus feligreses que necesariamente debe practicar el deporte de la advertencia, la cr¨ªtica de lo que conoce e, incluso, de la admonici¨®n. Al margen de lo intenso y correcto de todo el discurso de Rojo ante el Consejo de Gobierno del Banco de Espa?a, quisiera resaltar aqu¨ª dos de las muchas y bien expresadas ideas contenidas en ¨¦l.En primer lugar, el gobernador siempre toma como inicio de sus grandes y peque?as decisiones el contrato que le une a su cargo y que cubre su responsabilidad, la Ley de Autonom¨ªa del Banco de Espa?a, y, con esa autoridad, la de ser una de las partes de un contrato p¨²blico que cumple a rajatabla sus obligaciones, inquiere al Gobierno para que cumpla con las suyas. El Gobierno debe cumplir con sus obligaciones. Las obligaciones son de dar, hacer y, atenci¨®n, no hacer. Pero para los pol¨ªticos "no, hacer" es dif¨ªcil, quiz¨¢ lo m¨¢s dif¨ªcil.
No hacer es, sin duda, en una primera etapa, sufrir ineficiencias (una ciudadan¨ªa acomodada en, precisamente, "no hacer" y dejar que todo se lo haga el Estado, necesita tiempos y avanzar con el cl¨¢sico "ensayo y error") pero es apostar por la gente, la ciudadan¨ªa. En este pa¨ªs, los grandes negocios s¨®lo existen al amparo de la Administraci¨®n o del recibo cuasi administrativo (la luz, el tel¨¦fono, el gas, dentro de poco el cable). El Estado debe retirarse a sus cuarteles de invierno y guarecernos de aquello que hace que Europa sea la zona geogr¨¢fica del planeta m¨¢s deseada por un ser vivo pensante. As¨ª pues, ante el futuro casorio de Espa?a con los pa¨ªses de la primera velocidad europea, la amonestaci¨®n del gobernador a uno de los contratantes para que mantenga e incremente el clima liberalizador es correcta y conveniente.
En segundo lugar,- destacar aqu¨ª la advertencia del gobernador a las entidades financieras para que en sus ofertas tengan en consideraci¨®n el riesgo de falencia. Muchos lo han interpretado como que lo que deben las entidades hacer es subir sus precios respecto de aquellos que, precisamente, presentan menos riesgos de falencia. Tiene la cosa bemoles.
Define el DRAE la falencia como "enga?o o error que se padece en asegurar una cosa". Yo creo que el gobernador no pretende influir en los bancos y cajas para que sobrecarguen el precio de sus pr¨¦stamos perjudicando precisamente a los que no presentan riesgo de falencia, m¨¢s bien la amonestaci¨®n es hacia quienes tienen excesivo riesgo de falencia por escasez de controles efectivos en sus operaciones de activo.
La ineficacia de los prestamistas se hace evidente en el apartado de la morosidad y su escasa pericia no puede compensarse en
una indiscriminada subida de precios, que deteriora el ahorro y perspectiva de futuro de las econom¨ªas dom¨¦sticas y las ajustadas cuentas de resultados de las peque?as y medianas empresas,, espa?olas (las que mantienen el mayor n¨²mero de empleos).
. Presidente de Ausbanc (Asociaci¨®n de Usuarios de Servicios de Banca).
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