Cipollini: misi¨®n cumplida
El 'sprinter' logra su cuarto triunfo en el Tour y se acerca a las 100 victorias de etapa
Estamos en la semana de Cipollini y Cipollini no defrauda. Puede que no vuelva a ganar otro sprint en este Tour, pero ha dejado su sello una vez m¨¢s. Misi¨®n cumplida. Su impactante entrada en escena, su indisimulable envergadura, su envidiable potencia, su melena recogida, su cabello rubio, sus pendientes, sus amuletos, su culotte rojo, sus mujeres, su santa esposa, Sabrina, a quien ayer dedic¨® el triunfo. Sabrina le hab¨ªa reprochado hace unos d¨ªas que siempre dedicara sus triunfos a otros (u otras). As¨ª sea.Cipollini es el mejor y nadie logra arrebatarle el trono. Y, adem¨¢s, es un exhibicionista, por lo que nadie puede discutirle su rentabilidad comercial. Es una versi¨®n moderna del velocista; no tiene por qu¨¦ ser discreto, ni mucho menos prudente. Ellos hacen su carrera en 200 metros, captan la imagen en apenas una decena de segundos. La foto fija, el podio y el beso de la azafata. No hay m¨¢s. Cipollini ha hecho de ello un buen negocio. Esta temporada suma 16 victorias lo que hace un total de 96 en su carrera (tiene 29 a?os y es profesional desde 1989). Superar¨¢ el list¨®n del centenar un buen d¨ªa, pero eso le valdr¨¢ de poco. Quiz¨¢s para ser uno de los ocho italianos que m¨¢s carreras han ganado (ahora es d¨¦cimo). Sus ¨¦xitos, sin embargo, est¨¢n muy lejos de acercarse a los grandes ganadores de etapas. Son otros tiempos, que ah¨ª est¨¢ Merckx con, dicen, que 426 victorias, Moser con 261 o el mism¨ªsimo Coppi con 123.
Son otros tiempos. Ahora se corre mucho menos y el mundo del ciclismo se puebla de especialistas. Por eso, Cipollini abandonar¨¢ dentro de unos d¨ªas con todo descaro y ser¨¢ criticado por los puristas, que le piden que demuestre que puede acabar un Tour, como hizo en su d¨ªa Abdujap¨¢rov, su ¨²ltimo rival. Cipollini no tiene dudas al respecto: le pagan por ganar etapas y las gana, no por terminar el Tour. Le quieren en Italia para. que compita en Atlanta y quiere prepararse a conciencia. El Tour de Cipollini dura apenas una semana; el domingo perdi¨® por un defecto de colocaci¨®n, pero ayer fue diferente: cuando encuentra pista, no hay quien pueda alcanzar su velocidad.
El Tour entr¨® en Francia para servir a Cipollini. Cuando se habla de sprinters todo el mundo le se?ala a el con el dedo. El trabajo de su equipo fue perfecto, pero la jornada le result¨® demasiado c¨®moda. El pelot¨®n naveg¨® a una velocidad infrecuente (por debajo de los 40 por hora en una etapa llana) y la falta de jerarqu¨ªas dej¨® buena parte de la etapa en manos de equipos como el Banesto, la ONCE, el Gan o el Rabobank, que ten¨ªan intereses bien diferentes. El Gan intent¨® que Moncassin lograra los segundos necesarios para arrebatar el liderato a Z¨¹lle. No les fue demasiado bien, por cuanto el corredor franc¨¦s se qued¨® a un segundo del objetivo. El Rabobank intent¨® escapadas, bien a trav¨¦s de Nelissen, de Breukink, de Van Bon, de Dekker e incluso a trav¨¦s de una ¨²ltima arrancada, a falta de 400 metros, de Ekimov. Banesto y ONCE fueron otra cosa: lo suyo era poner velocidad de crucero, ni muy r¨¢pida ni muy lenta. Lo suyo era evitarse problemas y, de paso, evit¨¢rselos a los dem¨¢s.
La llegada a Wasquehal signific¨® tambi¨¦n el abandono de Laudelino Cubino, un ilustre del pelot¨®n espa?ol, una retirada que hab¨ªan anunciado algunos especialistas de los que tienen buen ojo, caso de Javier M¨ªnguez. Su retraso en la primera etapa no estuvo motivado por ca¨ªda alguna, ni por incidente fuera de lo normal. Cubino fue perdiendo posiciones de un grupo a otro sin remedio. Fernando Escart¨ªn, el l¨ªder del Keme, tendr¨¢ que lidiar en solitario.
La retirada de Cubino es una an¨¦cdota de consumo interno. Es uno de los seis primeros abandonos. El Tour volver¨¢ hoy a hablar de Cipollini. Estamos en su semana. Se le espera en Nogent sur Oise, sede de la meta. Los grandes no parecen querer complicaciones y ciertos equipos est¨¢n dispuestos a no permitir escapadas. Si el orden impera, Cipollini aparecer¨¢ en escena a la hora en punto. Y si encuentra pista, despegar¨¢.
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