El pelot¨®n llega tarde a la meta
La velocidad media del Tour ha bajado: viento en contra y exceso de control de los equipos son las principales causas
El Tour caminaba despacio, sin sobresaltos, sin escapadas, sin otra disputa aparente que el duelo de sprinters. Lo preocupante era la velocidad media, muy por debajo de los 40 kil¨®metros a la hora, y la ausencia de emoci¨®n. Ayer la carrera vivi¨® su primera gran escapada, pero la coincidencia es general: se corre con viento en contra y hay ocho equipos demasiado interesados en que nada pase hasta el s¨¢bado pr¨®ximo. Cuando una carrera se vuelve tan rematadamente ortodoxa, el espectador tiende a considerar que se le est¨¢ hurtando una parte del espect¨¢culo. No hay ataques porque los corredores no quieren, no van m¨¢s deprisa porque est¨¢n dejando pasar los d¨ªas, s¨®lo tienen ¨¦xito las escapadas (como la de ayer) consentidas: total el Gan no hizo otra cosa que cambiarle el apellido a su l¨ªder (de Moncassin a Heulot). "A m¨ª no me molesta este ritmo, todo lo contrario", dice con iron¨ªa Rominger, "supongo que, adem¨¢s, les gustar¨¢ m¨¢s a los patrocinadores: se nos ve mejor, se distinguen nuestros maillots y salimos durante m¨¢s tiempo por televisi¨®n".La situaci¨®n no es tan criticable como parece. El Tour va lento y tiene su explicaci¨®n. No hay pacto encubierto ni huelga de brazos ca¨ªdos. De pronto, una carrera entra en un estado de par¨¢lisis por la influencia de varios factores. No hay equilibrio. Simplemente, se impone la fuerza de una minor¨ªa. Hay ocho equipos que est¨¢n de acuerdo, los que tienen sprinters (Saeco, TVM, Telekom y Gan) y los que tienen aspirantes a la victoria final (Banesto, ONCE, Mapei y Gewiss). No han hablado, no han sellado ning¨²n pacto. Restan 14 que parecen cruzados de brazos, incapaces de poner sus fichas en el tablero. Y en realidad andan desesperados. "La organizaci¨®n tiene parte de culpa: han dise?ado etapas excesivamente llanas, han puesto bonificaciones en el recorrido y han quitado la contrarreloj, as¨ª que han hecho coincidir los intereses de unos equipos y de otros, y son equipos muy fuertes. A eso hay que a?adir que durante las tres primeras etapas ha habido un fuerte viento en contra". Lo dice el sabio Ferreti, director del MG, un equipo que s¨®lo, tiene un objetivo: cazar etapas a la vieja usanza, sin utilizar el sprint.
Sobre la actitud de la ONCE, Ferreti tiene sus dudas: "Est¨¢ claro que Jalabert ya no disputa las bonificaciones y eso quiere decir algo, que piensa en algo m¨¢s importante, pero la ONCE no puede limitarse s¨®lo a esperar. Tiene dos l¨ªderes, vale, pero s¨®lo les ser¨¢ ¨²til si van de acuerdo y eso es muy dif¨ªcil".
Theo De Rooy, director del equipo holand¨¦s Rabobank, es otro de los afectados. No tiene sprinters y busca cada jornada su oportunidad. Ha lanzado a la aventura a casi todo el equipo: se ha visto a Sorensen, a Nelissen, a Van Bon, alg¨²n intento de Breuklnk y al propio Ekimov, pero no han podido con la fuerza de los sprinters. "Preg¨²ntele a los corredores por qu¨¦ van despacio. Creo que es por culpa del viento. En esas circunstancias, no hay terreno para las escapadas. Lo seguiremos intentando". Lo mismo dice Pietro Algeri, del Panaria: "Quiz¨¢s hoy (por ayer) en un terreno m¨¢s ondulado podamos tener alguna oportunidad. Mientras tanto, la carrera est¨¢ bajo control". "Demasiado viento en contra, miedo a las ca¨ªdas y el trabajo de los equipos con sprinters". As¨ª resume la situaci¨®n Claudio Chiapucci.
"La falta de una contrarreloj por equipos ha puesto a los corredores m¨¢s cerca unos de otros en la general. Hay viento en contra y los equipos con sprinters son muy fuertes. En esas circunstancias es imposible atacar", a?ade Manolo Saiz, del ONCE. "Hay mucha gente interesada en que la carrera vaya as¨ª", apunta Eusebio Unz¨²e, del Banesto, que lanza una peque?a piedra a sus colegas de la ONCE: "Es innegable que influye el cambio de actitud de la ONCE. Ahora son m¨¢s defensivos que hace un a?o, se?al de que buscan el liderato final".
Los cazaetapas lo tienen dif¨ªcil estos d¨ªas. Necesitan que calme el tiempo, un terreno m¨¢s ondulado y que cese el consenso. Una escapada en solitario no tiene sentido en una situaci¨®n as¨ª, salvo que vuelvan a coincidir los intereses, como sucedi¨® en el d¨ªa de ayer. Nada hay que criticar. As¨ª es el ciclismo. Sencillamente, este Tour est¨¢ bajo control. Impera la ortodoxia... y el pelot¨®n llega tarde a la meta.
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