Una perspectiva de setenta a?os
Quien cree que el torneo de Wimbledon carece de tradici¨®n espa?ola se equivoca. Es cierto que en otras plazas los jugadores espa?oles han lidiado mejor. Pero la hierba londinense ha vivido a lo largo de sus m¨¢s de cien a?os de historia algunos ¨¦xitos importantes del tenis espa?ol. La perspectiva de los actuales ¨¦xitos de Arantxa y Conchita se alarga hasta setenta a?os atr¨¢s, cuando Lili Alvarez disput¨® tres finales consecutivas.Hace treinta a?os -los cumpli¨® el pasado lunes- Manuel Santana abri¨® una puerta que hasta entonces hab¨ªa permanecido cerrada al proclamarse campe¨®n de la prueba individual masculina. "Aunque hab¨ªa ganado en Roland Garros y en el open de Estados Unidos", cuenta Santana, "ganar en Wimbledon cambi¨® mi vida. Fue el espaldarazo definitivo, que me abri¨® todas las puertas. Y me permiti¨® cobrar tres mil d¨®lares m¨¢s por cada exhibici¨®n que realizaba".
Sin embargo, contrariamente a lo que muchos piensan, la fulgurante entrada de Santana en Wimbledon ten¨ªa precedentes. ?l no fue el primero en inscribir su nombre en el palmar¨¦s del torneo, ni tampoco en disputar una final. Antes, en 1932, un tenista vasco que se instal¨® en Estados Unidos, Enrique Maier, hab¨ªa ganado la prueba de dobles mixtos, junto. a la norteamericana Elizabeth Ryan, finalista en Wimbledon y en el Open de Estados Unidos. Y mucho m¨¢s conocidas son las tres finales consecutivas que disput¨® Lili Alvarez los a?os 1926, 1927 y 1928.
La aportaci¨®n del tenis espa?ol en Wimbledon puede escalonarse en tres etapas. La primera la componen los nombres de Lili ?lvarez y Enrique Maier, La segunda, los m¨ªticos Manuel Santana, Andr¨¦s Gimeno y Manuel Orantes. Y la ¨²ltima, la actual, Arantxa S¨¢nchez y Conchita Mart¨ªnez.
Adem¨¢s de ser campe¨®n, Santana jug¨® las semifinales en 1963. A esa misma ronda accedieron posteriormente Andr¨¦s Gimeno, en 1970, y Manuel Orantes -campe¨®n junior- en 1972. Desde entonces, el tenis masculino espa?ol ha pasado bastante desapercibido en Wimbledon. S¨®lo Emilio S¨¢nchez (1987) y Sergi Bruguera (1994) han llegado a los octavos de final.
Sin embargo, la llegada de Arantxa S¨¢nchez y Conchita Mart¨ªnez ha permitido al tenis espa?ol asumir unas cotas impensables antes de su explosi¨®n. Ellas dos han llevado a este deporte a su segunda revoluci¨®n. Y han borrado de un plumazo la leyenda de que "la hierba es para las vacas". En los ¨²ltimos tres a?os una de las dos ha estado siempre en la final de Wimbledon. Y en 1984 Conchita escribi¨® la p¨¢gina m¨¢s incre¨ªble del tenis espa?ol desde el triunfo de Santana. El s¨¢bado, Arantxa se qued¨® de nuevo a las puertas del triunfo en Wimbledon. Perdi¨® su segunda final consecutiva ante Graf. Pero no se rinde. El pr¨®ximo a?o volver¨¢ a intentarlo.
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