El ajedrez est¨¢ en jaque
Las computadoras pueden desvirtuar la alta competici¨®n
El padre de Gata Kamski, Rustam, ha sido multado con 250.000 pesetas por acusar sin pruebas al gran maestro Yevgueni Vasi¨²kov de transmitir jugadas a Anatoli K¨¢rpov durante las partidas del Mundial de la Federaci¨®n Internacional (FIDE) que se disputa en Elist¨¢ (Rusia). Esa calumnia tiene un fondo veros¨ªmil: ni siquiera un detector de metales podr¨ªa evitar que un ajedrecista reciba ayuda en la sala a trav¨¦s de un microauricular. El ant¨ªdoto m¨¢s eficaz podr¨ªa ser un detector de frecuencias.Las computadoras de ajedrez son cada vez m¨¢s potentes -Gari Kasp¨¢rov tuvo serios problemas para superar a Deep Blue el a?o pasado- y la posibilidad de que desvirt¨²en la alta competici¨®n ha dejado de ser ciencia ficci¨®n. Un inquietante esc¨¢ndalo sacudi¨® el Open de Filadelfia de 1993 cuando el desconocido participante que dec¨ªa llamarse John von Neumann , como el famoso matem¨¢tico h¨²ngaro que muri¨® en 1957, alternaba errores de principiante con victorias magistrales sobre algunos favoritos. En realidad, era un impostor: ni siquiera sab¨ªa las reglas, pero estaba conectado por un peque?o auricular con un amigo y un ordenador instalados en otra habitaci¨®n. El enga?o se descubri¨® porque los fallos t¨¦cnicos en la comunicaci¨®n produc¨ªan a veces jugadas mal¨ªsimas.
El episodio produce temor y plantea la conveniencia de instalar detectores en los torneos. De hecho, el ajedrez postal est¨¢ ya seriamente amenazado porque cualquiera puede comprar, por menos de 20.000 pesetas, un programa inform¨¢tico cuya fuerza de juego supera a la del aficionado medio. Las partidas aplazadas tras seis horas tambi¨¦n est¨¢n en v¨ªas de extinci¨®n y se sustituyen por una especie de muerte s¨²bita que obliga a terminar la partida en una sola sesi¨®n de siete horas.
El invento de Fischer
Por otro lado, el legendario Bobby Fischer acaba de presentar el Fischerandom, una modalidad basada en sortear la posici¨®n inicial de las piezas en la primera fila minutos antes de cada partida. Fischer quiere terminar as¨ª con las partidas ama?adas (¨¦l dice que abundan, e incluye las de Kasp¨¢rov contra K¨¢rpov), inutilizar los miles de libros escritos sobre aperturas (formas de comenzar una partida) y frenar el progreso de las computadoras; gracias a ellas, un ajedrecista de tercera categor¨ªa puede efectuar hoy los 20 primeros movimientos de memoria con un alto nivel de calidad.Es evidente que los ordenadores pueden adaptarse con rapidez a la idea de Fischer. Pero ning¨²n ser humano podr¨¢ memorizar tantas variantes de aperturas; en consecuencia, el ajedrez practicado por computadoras se acercar¨¢ a la perfecci¨®n pero el de los seres humanos seguir¨¢ siendo un deporte muy interesante. Los optimistas, como K¨¢rpov, lo ven as¨ª, con el matiz de que los detectores de frecuencias pueden ser imprescindibles para evitar que un jugador reciba ayuda de una computadora a trav¨¦s de un auricular. Los pesimistas, como Kasp¨¢rov, consideran que el futuro del deporte mental se centrar¨¢ en las partidas r¨¢pidas. El debate no ha hecho m¨¢s que empezar.
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