El Festival de Spoleto peligra por la lucha entre Menotti y el ayuntamiento
El compositor trata de imponer su sustituto
Giancarlo Menotti y Alessandro Laureti hace tiempo que no se entienden. El anciano m¨²sico y director de escena, que el pasado 7 de julio cumpli¨® 85 a?os, sin duda el compositor de ¨®pera m¨¢s popular que todav¨ªa vive, ha acelerado el conflicto con el alcalde de Spoleto, la villa de Umbr¨ªa que desde hace 39 a?os aloja su festival panart¨ªstico, al empe?arse en nombrar sucesor a su hijo adoptivo Francis, de 59 a?os. "El festival no es s¨®lo suyo, sino tambi¨¦n de la ciudad y de la regi¨®n", protesta Laureti. "Si me quitan el festival para entreg¨¢rselo a los partidos y la burocracia, me marcho", ha dicho Menotti.
El clima cargado por estas pol¨¦micas ha contruibuido probablemente a alejar de la presente edici¨®n del Festival de Spoleto, clausurada ayer, a algunas personalidades, sobre todo de la pol¨ªtica italiana, que sol¨ªan visitarlo habitualmente. Recortes presupuestarios dispuestos por Francis han incidido, por otra parte, en la programaci¨®n y en las contrataciones de personal. Todo ello no ha contribuido a desarrollar las simpat¨ªas locales hacia el hijo adoptivo de Menotti, ni a mejorar su fama de eterno diletante en muchos campos que van desde la pintura al patinaje art¨ªstico. El alcalde Laureti, del Partido Democr¨¢tico de la Izquierda (PDS), se ha hecho eco de esos malestares.Mientras, la 39? edici¨®n del Festival de Spoleto ha ofrecido la habitual selecci¨®n de espect¨¢culos en prosa y de representaciones de ¨®pera, adem¨¢s de los consabidos conciertos, de las marionetas, retrospectivas de cine -dedicada este a?o a Louis Malle- y debates cient¨ªficos.
Menos experimentaci¨®n
Con respecto a ediciones anteriores, se ha observado una acusada presencia de obras de Giancarlo Menotti, en el contexto de una programaci¨®n que perdi¨® hace ya bastantes a?os el sentido experimental que caracteriz¨® al festival en sus comienzos.En el Caio Melisso, un delicioso teatrillo deciochesco, un austero oratorio de H?ndel, Semelle, ha ocupado el espacio que, en a?os precedentes, enmarc¨® representaciones muy imaginativas de La carrera de un libertino y La historia del soldado de ?gor Stravinski. La aventura de escenificar esta Semelle, m¨¢s acertada en el plano dram¨¢tico que por sus logros musicales, es coherente con la tendencia. de Menotti a experimentar, sobre todo, con el pasado.
Tampoco puede decirse que el Festival de Spoleto haya perdido su cuota de vips, que este a?o culmin¨® el pasado mi¨¦rcoles con la presencia de Sofia Loren y consorte para asistir al deb¨² teatral del reto?o, Eduardo Ponti. Los teatros hist¨®ricos y las cuestas medievales de Spoleto siguen atrayendo a un p¨²blico variopinto, hecho de solitarios extravagantes, especialmente norteamericanos, burgueses de la provincia, diplom¨¢ticos de Roma e incomparables adolescentes de la aristocracia local que ci?en con gargantillas sus altos cuellos.
El ambiente es ideal para sumirse en la fascinante decadencia del Eugenio Onegin de Chaikovki servido bajo una admirable direcci¨®n esc¨¦nica del propio Menotti. La capacidad de Renzo Mongiardino y Emilio Carcano para introducir la realidad po¨¦tica del bosque en el escenario del teatro Nuovo, la siempre sorprendente calidad de la orquesta intern¨¢cional, dirigida por Alberto Maria Giuri, y un formidable reparto de cantantes j¨®venes, encabezado por Tatiana Odinokova, contribuyeron al. milagro de una verdadera representaci¨®n de ¨®pera desarrollada con plena naturalidad y en la que cada cual est¨¢ perfectamente en su sitio. Algo dificil¨ªsimo de encontrar, incluso en los m¨¢s c¨¦lebres teatros del g¨¦nero. Giancarlo Menotti no est¨¢, pues, acabado. En oto?o, dirigir¨¢ La Boh¨¦me en la ?pera de Washington, con Pl¨¢cido Domingo. Pero ni siquiera sus m¨¢s incondicionales ignoran que, probablemente, este haya sido el ¨²ltimo festival de Spoleto para el anciano maestro.
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