Salida a la italiana
Casi eso, un d¨ªa de monta?a y playa. Cuando hemos salido de Pamplona parec¨ªa que nadie quer¨ªa atacar, como si despu¨¦s de los d¨ªas pasados nadie tuviera ganas de andar deprisa. Hasta nos hemos parado. Despu¨¦s del segundo puerto los del equipo Banesto nos hemos bajado a beber agua en la fuente de Espinar y medio pelot¨®n nos ha imitado. Es decir, nos hemos tomado la salida a la italiana.Pero como tanta calma no era buena, ni tampoco lo era darle al coraz¨®n estos cambios de un d¨ªa para otro, subiendo Iba?eta empezaron los ataques; bajando, continuaron, y luego, m¨¢s ataques. Ninguno cuajaba. Ya en la frontera de Arnegi se fue solo un corredor y se hizo la calma por detr¨¢s. Pero fue s¨®lo un momento. A los seis kil¨®metros volvieron los ataques, hasta que ya se form¨® el corte v¨¢lido, aunque para que saliese el pelot¨®n se fraccion¨® en varios grupos.
En los primeros ataques ya est¨¢bamos Marino y yo enquiciando. Aunque, la verdad, yo ten¨ªa pocas ganas, no estaba mucho por la faena. Pero como est¨¢bamos en casa, los jefes nos hab¨ªan dicho que estuvi¨¦ramos atentos y que nos infiltr¨¢ramos siempre que pudi¨¦ramos... Y all¨ª estaba. Luego, lleg¨® Marino y nos quedamos los dos a ver qu¨¦ sal¨ªa. El se meti¨® en el corte bueno.
Desde entonces hasta el final, ya casi se puede decir que fue un d¨ªa de playa. Subimos muy tranquilos los dos puertos de segunda, bebiendo con calma. hasta que hemos visto la playa de Hendaya. Despu¨¦s, al hotel y a pensar en Par¨ªs, que s¨®lo faltan tres d¨ªas.
El de Burdeos ser¨¢ un d¨ªa tranquilo, el pen¨²ltimo de los sprinters, y la contrarreloj ya no tiene transcendencia, aunque creo que Miguel intentar¨¢ ver si est¨¢ recuperado. Seguro que si se ve bien en los primeros kil¨®metros intentar¨¢ la victoria. ?nimo tiene; ya veremos si fuerzas tambi¨¦n.Para nosotros estar estos d¨ªas con la gente de casa ha sido un bal¨®n de ox¨ªgeno que nos ayudar¨¢ a que estas tres etapas se nos pasen r¨¢pidamente. Pasar antes del final supone que se rompe el ritmo de 21 d¨ªas seguidos. Despu¨¦s de eso, ya no lo piensas tanto. A m¨ª, por lo menos, me puede m¨¢s la ilusi¨®n que tengo de sacarme el carnet de ciclista -terminar m¨ª primer Tour- que la tentaci¨®n de quedarme en mi pueblo.
Y luego, est¨¢ la familia. Mi hermana, por ejemplo, desde que supo que iba a correr el Tour se fue a la agencia a sacarse el billete del TGV para estar conmigo en Par¨ªs.
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