Ullrich cierra el milagro alem¨¢n
El joven prodigio del Telekom arrasa en la ¨²ltima contrarreloj del Tour
Las inc¨®gnitas que deb¨ªa resolver la ¨²ltima contrarreloj larga del Tour eran de ¨ªndole privada y en ese ¨¢mbito se quedaron. ?C¨®mo est¨¢ Indur¨¢in de verdad? ?Qu¨¦ es UlIrich, Un extraterrestre, una bomba, un rompedor, un prodigio? ?Podr¨¢ Riis estar, una vez m¨¢s, a la altura de sus propias exigencias? Tan privadas fueron tambi¨¦n las respuestas, que las preguntas siguen siendo una invitaci¨®n al debate. A¨²n permanecen.Normalmente, la clasificaci¨®n de una contrarreloj de m¨¢s de 60 kil¨®metros el pen¨²ltimo d¨ªa de un Tour es un baremo v¨¢lido para leer en retrospectiva lo que ocurri¨® los 20 d¨ªas anteriores. Este a?o, casi vale. UlIrich, de 22 a?os, cerr¨¦ exlhibi¨¦ndo el milagro alem¨¢n. Vistos sus antecedentes -campe¨®n mundial amateur en 1993, a los 19 a?os, y bronce siendo a¨²n amateur en el Mundial contrarreloj de 1994-, puede extra?ar de este Tour el que con su gran cuerpo (mide 1,83) haya pasado la alta monta?a al nivel de los mejores. Pero, visto eso, es decir que estaba en una forma apabullante, que la calidad y las fuerzas le chorreaban por los poros al mismo nivel que litros de sudor. Su prestaci¨®n contrarrelojista no es m¨¢s que la confirmaci¨®n de una progresi¨®n. Nada de extraterrestre, prodigio o bomba; un gran ciclista que ha acabado el Tour muy bien. La contrarreloj que se le esperaba, aunque ¨¦l no lo pensara. Porque ¨¦l, el cr¨ªo alem¨¢n, pensaba en su jefe, en Riis.El l¨ªder dan¨¦s rompe la norma y al mismo tiempo la cumple. Gana el Tour el m¨¢s fuerte y regular, pero la ¨²ltima contrarreloj, no suele refrendar esa cuesti¨®n Indur¨¢in tambi¨¦n ha vivido alguna sensaci¨®n parecida en sus cinco a?os triunfales. Alcanzada seguridad del triunfo, el ¨²lt¨ªmo no es mas que un ejercicio de orgullo. La motivaci¨®n es muy peculiar y en el siempre presenta debate del quiero-puedo, llega la primera dificultad, el no puedo gana al no quiero: falta energ¨ªa mental ¨²ltima que permita meter la sexta marcha, la que coloca al cuerpo en el filo de sus l¨ªmites. Riis sali¨® comi¨¦ndose la carretera, y continu¨® as¨ª hasta cumplidos los dos tercios de carretera. Entonces, en el momento de la resoluci¨®n, la carretera dej¨® de caberle en la boca. "Me desconcentr¨® el que se me rompiera la cremallera del maillot pero eso no es una disculpa", explic¨® antes de recurrir a las socorridas sensaciones: "No fueron tan buenas como las de los ¨²ltimos d¨ªas". A casi todos los vencedores les llega su d¨ªa negro justo cuando todo est¨¢ decidido Porque Riis ha ganado el Tour gracias, seg¨²n ¨¦l, "a no tener ning¨²n d¨ªa malo, a la magn¨ªfica coincidencia de llegar a tope momento adecuado". Y feliz fue el primer dan¨¦s en ganar el Tour: "Se vive mejor haciendo lo que a uno le gusta, y mejor todav¨ªa si te ha costado mucho trabajo conseguirlo". Moral del sacrificio, que espera una mayor recompensa: "Quiero ganar a un Indur¨¢in al l00%".
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