Atlanta se vio superada por el gigantismo
Con el optimismo que le caracteriza, Billy Payne, presidente del Comit¨¦ Organizador, asegur¨® el s¨¢bado que los Juegos de Atlanta ha sido los mejores de la historia y urgi¨® a Juan Antonio Samaranch a repetirlo p¨²blicamente. Cualquier cosa que digan Payne y Samaranch no impedir¨¢ pensar en unos Juegos con un espl¨¦ndido nivel competitivo y un decepcionante nivel organizativo. La responsabilidad es de las dos partes. El Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional eligi¨® Atlanta sobre Atenas, y no sabemos en qu¨¦ cosas estar¨ªan pensando los directivos del COI cuando tomaron su decisi¨®n. Probablemente en los intereses televisivos y comerciales que se generan en Estados Unidos. Cualquiera que haya pasado una semana en Atlanta sabe que la ciudad no est¨¢ preparada para absorber el formidable despliegue que suponen los Juegos Ol¨ªmpicos. Atlanta no tiene la capacidad ni la cultura urbana para convivir con los Juegos sin pelearse con ellos. Donde Barcelona tuvo una perspectiva pol¨ªtica, un plan para los Juegos, y la habilidad para metabolizarlos en el discurrir cotidiano de la ciudad, Atlanta ha rechinado y se ha visto superada por el gigantismo del acontecimiento.La sensaci¨®n de precariedad ha sido constante durante todos los Juegos. Parec¨ªa que muchas cosas estaban al filo de la cat¨¢strofe, en una situaci¨®n de inestabilidad que se ha visto agravada por dos problemas fundamentales: el transporte, que ha sido ca¨®tico e irritante, y la seguridad. Los Juegos de Atlanta se recordar¨¢n por la bomba que caus¨® dos muertos y un centenar de heridos en el Parque Centenario. Nadie puede asegurarse contra el delirio de un loco, pero el atentado puede tomarse como s¨ªntoma de descontrol: el lugar menos vigilado de Atlanta fue precisamente el centro de la ciudad.
El tercer gran problema es puramente log¨ªstico. Las deficiencias en la comunicaci¨®n de resultados, que de eso se trata en los Juegos, han sido lamentables, exasperantes por su demora y por sus deficiencias. En este sentido, como en tantos otros de car¨¢cter organizativo, los Juegos de Atlanta han salido muy perjudicados, m¨¢s a¨²n por la comparaci¨®n frente a Barcelona, S¨¦ul y Los ?ngeles. Cada una de aquellas ediciones super¨® con facilidad a Atlanta.
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