"Me sorprende la campechan¨ªa de los madrile?os"
Cualquier actor hecho y derecho vender¨ªa su alma al diablo por interpretar el papel¨®n que Bruno Squarcia juega con gusto fuera de las pantallas. La historia de su vida arranca en Albacete hace 33 a?os. Su padre, un napolitano empe?ado en el negocio de envasar champi?ones, lleg¨® a nuestro pa¨ªs y no tardo ni seis meses en conocer, seducir y desposar a la m¨¢s bella de la localidad, Miss Albacete. Valencia ser¨ªa su segundo destino familiar, y la primera ciudad de Bruno, antes de emprender viaje a Madrid para estudiar arte dram¨¢tico. Canta ¨®pera desde los 18 a?os, y durante todo este tiempo no ha soltado el testigo paterno de la devoci¨®n por la cocina de su tierra, cuyos secretos conoce y no revela, aunque pueden degustarse, en una coquetona trattoria, pegada a la Gran V¨ªa, donde las pizzas se caldean en un horno con matr¨ªcula de N¨¢poles, y se cubren con tomate fresco del mismo lugar Bruno acaba de protagonizar la pel¨ªcula de Manene Rodr¨ªguez Retrato de mujer con hombre al fondo.
Pregunta. ?Le agobia el pluriempleo?
Respuesta. En absoluto. No estoy pluriempleado. Este restaurante es mi rinc¨®n, adem¨¢s de una inversi¨®n econ¨®mica que afortunadamente va muy bien.
P. ?En qu¨¦ se parece este trabajo al cine?
R. En much¨ªsimas cosas. El ritmo de un restaurante est¨¢ plagado de secuencias. Yo act¨²o mucho, me comporto de forma diferente seg¨²n el tipo de p¨²blico. Me hago el italiano, suelto parrafadas en ese idioma, rompo a cantar y, lo m¨¢s importante, observo mucho.
P. Si se convierte en un actor famoso, tendr¨¢ que dejar de servir mesas.
R. Yo siempre estar¨¦ aqu¨ª, a no ser que tenga que levantarme muy temprano al d¨ªa siguiente para ir a rodar. No me supone sacrificio.
P. Defi¨¦ndase de quienes dicen que la cocina italiana no es cocina.
R. La italiana es f¨¢cil, simple y natural, y nada sofisticada. Y tiene mucho m¨¦rito tener ¨¦xito con las cosas sencillas.
P. ?Es rica en Madrid la comida italiana?
R. Apenas conozco un par de sitios. Ocurre que la mayor¨ªa de los italianos hacemos muy bien la pasta en nuestra propia casa.
P. Estar¨¢ contento de haber dado con un local tan cerca de Gran V¨ªa.
R. Me parece un lugar privilegiado para trabajar, pero si tienes que pasarte todo el d¨ªa en el centro, puedes volverte loco. Cuando vine para ac¨¢ mis amigos me advirtieron que no tardar¨ªa en volverme.
P. Y ya han pasado siete a?os.
R. Los madrile?os me sorprendieron gratamente por su car¨¢cter tan campechano, son como muy de pueblo, en el mejor sentido. Estoy tan contento que no a?oro ni la playa.
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