El Madrid y el Deportivo se enredan

El partido del verano acab¨® convirti¨¦ndose en un espect¨¢culo tedioso. Real Madrid y Deportivo aburrieron a las ovejas en un encuentro feo, carente de ritmo y donde los equipos se entregaron al servicio de sus defensas. Las expectativas eran enormes, por la entidad de los rivales, por los refuerzos que han incorporado a sus plantillas y porque siendo dos de los grandes favoritos para el t¨ªtulo de Liga, en apenas 15 d¨ªas tendr¨¢n que enfrentarse en la primera jornada.El ensayo sin embargo no puede considerarse un fiasco. Es verdad que el partido se movi¨® siempre en el enredo, que nunca hubo fluidez en la circulaci¨®n del bal¨®n ni en las transiciones de los equipos. El bal¨®n viaj¨® casi siempre sin sentido por el aire, sin que ninguno de los dos equipos acertara a tocarlo en m¨¢s de dos ocasiones antes. de perderlo. Ambos mostraron sus temores y lo que cabe esperar del car¨¢cter de sus entrenadores: una f¨¦rrea disciplina t¨¢ctica.

Si alguna conclusi¨®n hay que sacar del ensayo es que ambos cuentan con una defensa solvente. Capello no sorprende. La delantera del Madrid presiona la salida del rival empujado por los hombres del mediocampo para que la pelota vaya a la banda, mientras la defensa act¨²a muy adelantada para asfixiar la salida del rival. La lesi¨®n de Sanchis oblig¨® a Hierro a jugar como central. No hubo problemas, entre otras cosas porque el Depor jug¨® demasiado agazapado atr¨¢s y con s¨®lo un delantero, el franc¨¦s Madar, a quien no se le puede discutir su combatividad. En el centro del campo Milla y Seedorf actuaron como volantes, en l¨ªnea.

Toshack sigue tambi¨¦n fiel a si mismo. Cinco defensas y un centro del campo m¨¢s potente que t¨¦cnico. El Depor dej¨® que el Madrid manejara el partido en la primera parte, y se conf¨ªo en aplicar su contraataque. Pero los madridistas no tuvieron ideas claras para mover el bal¨®n, y ni Suker ni Mijatovic tuvieron oportunidad de disfrutar de ¨¦l. S¨®lo Roberto Carlos ofreci¨® algunos destellos con un par de centros y lanzamientos llenos de veneno.

El Depor sali¨® de la cueva en contad¨ªsimas ocasiones, pero suficientes para adelantarse en el marcador. El Madrid empuj¨® entonces en busca del empate. Con el mismo poco criterio, pero con m¨¢s coraje. Ra¨²l sali¨® de la banda, donde pasa inadvertido, y empez¨® a reclamar el bal¨®n para conducirlo hasta el ¨¢rea. Mijatovic pudo empatar en. dos ocasiones, pero tuvo que ser un toque de calidad de Seedorf el que fabricara en el ¨²ltimo suspiro el empate final.