Una fiesta de voces j¨®venes espa?olas

La ¨²nica ¨®pera que anualmente programa la Quincena Musical de San Sebasti¨¢n se ha convertido desde hace a?os en un punto de referencia obligado dentro del panorama l¨ªrico espa?ol. En esta edici¨®n se han superado a s¨ª mismos. Al estreno asistieron desde la ministra de Educaci¨®n y Cultura, Esperanza Aguirre, hasta el lehendakari Jos¨¦ Antonio Ardanza, la consejera de Cultura del Gobierno vasco, Mari Carmen Garmendia, o el director art¨ªstico del Teatro Real, St¨¦phane Lissner.En el elenco vocal figuraban la flor y nata de las voces espa?olas actuales. J¨®venes en edad pero no en madurez, su momento es ¨®ptimo o lleva camino de serlo. Mar¨ªa Bayo fue una Adina llena de transparencia, proyectando la voz con luminosidad, deleit¨¢ndose con el placer del canto donizettiano. Josep Bros luci¨® su l¨ªnea elegante de tenor belcantista, apoyada en un timbre c¨¢lido y atractivo. Carlos Alvarez y Carlos Chausson llenaron de intenci¨®n teatral y vocal cada una de sus intervenciones, dot¨¢ndolas de comunicatividad inmediata, e Isabel Monar mostr¨® saber lo que se trae entre manos en su breve personaje. Hubo alg¨²n defecto, por supuesto, pero totalmente irrelevante ante la calidad global del conjunto.

La producci¨®n esc¨¦nica, procedente de Peralada, seg¨²n una idea original de Mario Gas, sit¨²a El elixir de amor en Italia en los a?os treinta de este siglo. Es una mirada te?ida de melancol¨ªa, de ternura, de amor a los personajes populares y su historia cotidiana, con lo que el car¨¢cter de comedia sentimental que esta ¨®pera tiene queda reforzado y hasta desentra?ado. Hay humor, evidentemente, pero un humor lleno de comprensi¨®n ante los avatares de una situaci¨®n b¨¦lica en que es necesario sobrevivir.

La complicidad se establece as¨ª desde una identificaci¨®n emocional. Es una complicidad compartida, en la que intervienen los m¨²sicos de una entonada Sinf¨®nica de Euskadi, dirigida con facilidad por Stefano Ranzani, o los coros del Orfe¨®n Donostiarra mostrando una vez m¨¢s su gran clase, en la que interviene tambi¨¦n el p¨²blico cuando Dulcamara, ya finalizada la funci¨®n, les desvela que el elixir es el vino de Burdeos y puede ser tambi¨¦n el An¨ªs del Mono, por razones de est¨¦tica y oportunidad.

?Cu¨¢nto tiempo permaneci¨® el p¨²blico de pie aplaudiendo a rabiar? Mucho. Fue un gran triunfo para la l¨ªrica espa?ola.