3.000 detenidos en el asalto policial que acab¨® con la revuelta estudiantil de Se¨²l
M¨¢s de 3.000 estudiantes fueron detenidos ayer tras el asalto policial de la Universidad de Yonsei en Se¨²l que puso fin a la ocupaci¨®n que desde hace una semana manten¨ªan los estudiantes para exigir la reunificaci¨®n de las dos Coreas. La operaci¨®n, iniciada en la madrugada, se sald¨® con varios cientos de heridos, muchos de ellos polic¨ªas. En ella participaron 5.000 agentes antidisturbios, con el apoyo de helic¨®pteros y tropas de asalto.
Los agentes avanzaron a trav¨¦s de una pila de mesas y sillas incend¨ªadas en la entrada de uno de los edificios y desalojaron despu¨¦s de una dura batalla a un millar de j¨®venes, la mayor¨ªa mujeres. Otro grupo de igual n¨²mero, que ocupaba la Facultad de Ciencias y que hab¨ªa amenazado con hacerla volar, escapaba horas despu¨¦s del campus tras apedrear desde la azotea a los asaltantes. Anoche, los agentes segu¨ªan buscando estudiantes por los barrios cercanos.En total, ayer fueron detenidos 3.225 manifestantes, lo que eleva a 5.500 el n¨²mero de estudiantes sometidos a interrogatorio policial a causa de la protesta de estos d¨ªas.
Centenares de ocupantes resultaron heridos en el asalto, que fue realizado por unidades antidisturbios fuertemente acorazadas y adiestradas en las artes marciales. Muchos de los j¨®venes fueron sacados a rastras de los edificios con los rostros cubiertos, de sangre. Un fot¨®grafo de prensa fue alcanzado por una piedra y tuvo que ser hospitalizado en estado grave.
Instantes despu¨¦s, miles de polic¨ªas entraban en el interior, donde desde hace siete d¨ªas se concentraban los alumnos para reclamar la reunificaci¨®n de la pen¨ªnsula coreana y la retirada de los 37.000 soldados que Estados Unidos mantiene en Corea del Sur desde el final de la guerra civil (1950-1953).
Los estudiantes respondieron con piedras, mesas, sillas y bombas incendiarias al ataque de la polic¨ªa, que avanz¨® por una cortina de fuego a la entrada del edificio y de cristales de ventanas rotas. Los asaltantes tuvieron que batirse en un primer momento en retirada y necesitaron el auxilio de los bomberos para apagar las llamas y proseguir el asalto. Para entonces, el grupo de universitarios que se encontraba en el tejado daba ya muestras de agotamiento. Algunos muchachos comenzaron a agitar banderas blancas de rendici¨®n, y otros se fugaban por v¨ªas adyacentes. Entretanto, decenas de agentes descend¨ªan desde helic¨®pteros en la azotea de la Facultad de Ciencias con armas autom¨¢ticas. Un joven amenaz¨® con suicidarse arroj¨¢ndose desde arriba.
Fuera de la universidad, grupos de madres y otros familiares de alumnos de Yonsei gritaban contra la polic¨ªa para que pusieran fin al asalto y tuvieran piedad con los j¨®venes. "Mi hijo no es comunista", imploraba una de ellas. El pasado s¨¢bado, la polic¨ªa cort¨® el suministro de alimentos y medicinas a los concentrados. Las autoridades han acusado a los l¨ªderes de la revuelta de ser instrumentos del r¨¦gimen comunista de Pyongyang.
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