El fraude y la especulaci¨®n se ceban en los cuadros que Jap¨®n compr¨® durante el 'boom'
Un 'picasso' que se vendi¨® por 5.700 millones de pesetas, en paradero desconocido
Un centenar de obras firmadas por Van Gogh, Renoir, Monet, Picasso o Chagall fueron compradas por inversores japoneses durante el boom del mercado del arte en los a?os ochenta. Estos inversores pagaron cerca de 1,2 billones de pesetas en obras maestras del arte occidental antes del brutal declive del mercado a principios de los noventa. Desde entonces se han multiplicado en Jap¨®n las bancarrotas y las operaciones fraudulentas en torno a estos tesoros. Algunos han sido embargados por los acreedores, sin que se sepa ahora d¨®nde est¨¢n y en qu¨¦ condiciones de conservaci¨®n se encuentran. En ese caso est¨¢ Las bodas de Pierrette, de Picasso, por el que se pagaron 5.700 millones de pesetas.
?D¨®nde se encuentran? ?En qu¨¦ condiciones se conservan? Se sabe poco de estas obras -un centenar-, firmadas por Van Gogh, Renoir, Monet, Chagall o Picasso, compradas a precios exorbitantes por inversores japoneses a fines de los a?os ochenta, durante el boom financiero, un periodo de intensa especulaci¨®n. Los compradores se han enfrentado a la bancarrota, y los cuadros embargados por los acreedores, generalmente bancos y organismos de cr¨¦dito, los tienen hoy en prisi¨®n."Se podr¨ªa abrir un peque?o museo de Orsay con las obras maestras confiscadas y los miles de cuadros de menor importancia (Utrillo, Dufy ... ) que han terminado en las c¨¢maras de los bancos", afirma el cr¨ªtico de arte Shinichi Segi, que se muestra preocupado con esta situaci¨®n: "No es s¨®lo que el p¨²blico no tenga acceso a ellos, sino que ni siquiera se sabe exactamente d¨®nde se encuentran, y, sobre todo, se ignora en qu¨¦ condiciones (temperatura, humedad, etc¨¦tera) han sido guardados".
Segi estima que el valor de esos cuadros representa la mitad de los cerca de 3,6 billones de pesetas que circularon por el mercado del arte nip¨®n entre 1987 y 1990. El 80% de estas pinturas son occidentales (el resto est¨¢ representado por pinturas tradicionales japonesas, los nihonga) y los dos tercios son de pintores franceses, en especial de impresionistas. Entre las obras occidentales en prisi¨®n figura Las bodas de Pierrette, de Picasso. Esta pintura del periodo azul del pintor malague?o fue vendida en la casa de subastas francesa Drouot-Montaigne, en noviembre de 1989, por 5.700 millones de pesetas. Curiosa carambola para el coleccionista, el sueco Frederik Roos, que adquiri¨® la tela por 600 millones de pesetas ocho meses antes.
El comprador japon¨¦s que segu¨ªa v¨ªa sat¨¦lite desde Tokio las subastas era el promotor-especulador nip¨®n Tomonori Tsurumaki, que quebr¨® dos a?os m¨¢s tarde. El cuadro debe estar ahora en manos de su acreedor, el organismo de cr¨¦dito Leak, que, seg¨²n se dice, pretende introducirlo en el mercado. Sin embargo, los representantes de esta sociedad niegan tener el cuadro.
La suerte reservada a otras telas es a¨²n m¨¢s oscura: es el caso de las que pose¨ªa la sociedad crediticia Aichi Finance, que tambi¨¦n se declar¨® en quiebra este a?o. Su presidente ejecutivo, Yasumichi Morishita, uno de los grandes especuladores de la ciudad, comenz¨® su carrera como usurero y se convirti¨® en un corredor sin escr¨²pulos apodado La v¨ªbora en los c¨ªrculos burs¨¢tiles.
Con su galer¨ªa, Aska International (rebautizada Mori International), Morishita, que era accionista de Christie's International, especul¨® tambi¨¦n con los lienzos -en compa?¨ªa de su ex empleado Tsurumaki-. En 1989 compr¨® La maternidad y Au lapin agile, de Picasso, este ¨²ltimo por 4.762 millones de pesetas. Junto con otra galer¨ªa que pertenec¨ªa a un distribuidor de coches Toyota, en Nagoya, Masahiko Sawada, -que tambi¨¦n ha quebrado-, Aska invirti¨® unos 270.000 millones de pesetas en pinturas impresionistas.El punto m¨¢s significativo de esta fiebre especulativa fue la compra del c¨¦lebre lienzo Los girasoles, de Van Gogh, por unos 4.500, millones de pesetas. Entre 1987 y 1990, Jap¨®n import¨®, cada a?o, cerca de un mill¨®n de cuadros del extranjero.En 1995 los cuadros hab¨ªan perdido entre el 20% y el 30% de su valor con respecto al precio de compra en periodo especulativo. El retrato del doctor Gachet, de Van Gogh, que fue comprado en 1990 por 8.500 millones de pesetas por un exc¨¦ntrico fabricante de papel, Ryoei Saito, no vale hoy m¨¢s de 7.300 millones. En esa ¨¦poca le ofrecieron a Saito el Moulin a la galette, de Renoir, y ¨¦l no vacil¨® en afirmar que quer¨ªa ser enterrado con sus obras de arte. La quiebra de su sociedad y sus acreedores lo disuadieron de la idea: Saito muri¨® el pasado mes de marzo y los cuadros han terminado en un almac¨¦n.
Desconfianza y peligro
Los vendedores de arte desear¨ªan volver a colocar esas obras en el mercado, pero sus actuales due?os, los acreedores de estos aventureros de los negocios, hoy arruinados, no quieren tener p¨¦rdidas suplementarias y, se niegan a deshacerse de las obras a precios que consideran muy bajos, comparados a lo que tienen en prenda.Todos temen, por otro lado, que una liberaci¨®n masiva de cuadros confiscados no logren m¨¢s que hundir el mercado del arte. "Ning¨²n mercado podr¨ªa absorber s¨²bitamente tal n¨²mero de obras maestras", declar¨® Tomohisa Kondo, presidente del Tokio Executive Center, filial de la firma Mitsui, que se dedica al comercio de cuadros. "Recibimos propuestas de galeristas occidentales, pero ninguna transacci¨®n llega a consumarse porque los precios que ofrecen son muy bajos".En cuanto a los amantes del arte japoneses, escaldados, no tienen ya ninguna confianza en los galeristas, y a esto se a?ade el problema de las falsificaciones, que son muy abundantes entre las obras que se compraron. Las ¨²ltimas esperanzas de los acreedores: los museos locales, que todav¨ªa pagan altas sumas por telas de prestigio. Pero, aun ah¨ª, no hay nada seguro. Los contribuyentes siguen considerando "suntuarios" esos gastos. Mientras tanto, las pinturas secuestradas siguen invisibles.
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