El plan de reforma de Toledo pretende que la ciudad respire y mantenga su rica heterogeneidad
Los urbanistas se inclinan por la disuasi¨®n del tr¨¢fico, antes que por su prohibici¨®n
Cuando el urbanista catal¨¢n Joan Busquets lleg¨® a Toledo hace unos tres a?os, dispuesto a trabajar en la redacci¨®n del Plan Especial del Casco Antiguo, obtuvo una impresi¨®n primera que la ampliaci¨®n de conocimientos no ha hecho m¨¢s que corroborar. Vio una ciudad sometida a una cierta decadencia y con dos rasgos de car¨¢cter: la heterogeneidad de su sistema urbano y los interesantes mecanismos de respiraci¨®n de que se hab¨ªa, dotado hist¨®ricamente para encararse con una topograf¨ªa endiablada. Ahora, cuando el plan ya ha sido aprobado y algunas de sus instrucciones han comenzado a aplicarse, Busquets, se?ala el respeto y la potenciaci¨®n de esos dos rasgos como la esencia de su trabajo.
El urbanista Spiros Kostof lo dej¨® escrito: "Cuanto m¨¢s homog¨¦nea es una poblaci¨®n urbana, menos podemos hablar en t¨¦rminos de ciudad. La ciudad entendida como un diagrama es, en ¨²ltimo t¨¦rmino, la f¨¢bula de unos so?adores que quieren la complejidad y la riqueza de la estructura urbana sin sus problemas, sus tensiones, su volatilidad". Toledo, el casco antiguo de Toledo, fue siempre una ciudad. Es decir, un asunto mezclado y complejo. Hasta bien entrado el siglo, ese lugar hab¨ªa sido Toledo. Hoy es s¨®lo el 20% de Toledo: la nueva ciudad se ha construido fuera de las murallas.El casco viejo corre los peligros habituales de todo lugar semejante: convertirse en un deshumanizado escaparate tur¨ªstico, salpicada de una bella y limpia, aunque fr¨ªa, oferta de oficinas institucionales. Busquets entendi¨® que el Plan Especial deb¨ªa contribuir a la recuperaci¨®n de la vieja Toledo como un lugar que combinara el uso tur¨ªstico, el comercial, el institucional y el residencial: que recuperara la mezcla. "Sin embargo", explica el urbanista, hab¨ªa un conflicto sustancial: la relaci¨®n entre el coche y la ciudad". Un total de 20.000 coches entra cada d¨ªa en el casco viejo. No es una cifra cualquiera. El coche contribuye a la degradaci¨®n. Pero asegura la vitalidad. Pasa en todas partes.
El plan no se basa en reservar varias zonas para uso exclusivo de los peatones, sino en la disuasi¨®n y el acomodamiento. A partir de cuatro medidas. A saber: 1. Construcci¨®n de dos grandes aparcamientos en las entradas de la ciudad destinados b¨¢sicamente al turismo. Unos remontes mec¨¢nicos se encargar¨¢n de transportar a los ya peatones hacia sus destinos. 2. Estacionamientos peque?os para residentes, localizados en el centro de la ciudad y a precios razonables. 3. Dificultades para atravesar la ciudad de un lado a otro. 4. Destino exclusivo para peatones, pero progresivo y no radical, de algunas zonas vinculadas a grandes espacios patrimoniales. El rescate de la heterogeneidad se completa seg¨²n el plan con la rehabilitaci¨®n residencial -unas 700 viviendas, coste previsto: 10.000 millones de pesetas- y con la insistencia en que los equipamientos universitarios y administrativos sigan contribuyendo como hasta ahora a la salvaguarda del patrimonio.
El segundo rasgo de Toledo tiene or¨ªgenes remotos. Se concreta en la capacidad qu¨¦ ha tenido esta ciudad para vivir api?adamente -en muchas callejas apenas cabe un brazo estirado-, pero sin ahogos. La clave est¨¢ en el patio: un modus vivendi que procura al tiempo la intimidad y la claridad. Las recomendaciones del equipo de Busquets son terminantes: el patio debe subsistir y toda nueva construcci¨®n que se plantee deber¨ªa incluirlo. En esa misma l¨ªnea, el plan aporta alg¨²n suplemento pulmonar: liberalizaci¨®n de suelo para jardines y elecci¨®n de miradores que permitan a Toledo algo de lo que pocas veces, apegada al laberinto, ha gozado: verse elevadamente a s¨ª misma.
Babelia
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