Semilla de torero

Son las seis y media, saca Mariano Aguirre el pa?uelo por la barandilla del palco para que d¨¦ comienzo el festejo y s¨®lo estamos en la plaza los justos. S¨®lo la aut¨¦ntica afici¨®n de Colmenar. Los ausentes se perdieron el festejo m¨¢s entretenido. Y, sobre todo, dejaron escapar la oportunidad de ver la actuaci¨®n de un novillero de 21 a?os, de aspecto ani?ado. Se llama G¨®mez Escorial y quiere ser torero. Simiente tiene para ello.El madrile?o -porque es del foro- se ha enfrentado a dos novillos nada f¨¢ciles y ha salido airoso y, por a?adidura, triunfador. Es verdad que tiene todav¨ªa muchos, muchos defectos. No da salida a los novillos, que se deja siempre delante, y desconoce los terrenos. Pero tiene valor, serenidad y, sobre todo, un orgullo, a lo Luis Miguel Domingu¨ªn, que le hace andar por el ruedo y mandar en la cuadrilla con aires de gran figura.

Con su primer enemigo sufri¨® dudas y desarmes pero tambi¨¦n sac¨® pases muy meritorios. Los pases de pecho los instrument¨® con pureza y dio hasta dos molinetes de rodillas. En el sexto, un manso que qued¨® muy entero, estuvo muy sereno, castig¨¢ndolo bien por bajo y haci¨¦ndole tragar una serie muy valiente por la izquierda. Hay semilla de torero.

El impacto causado por el debutante difumin¨® a sus compa?eros. Eduardo Flores hace un toreo basto, seco y codillero. D¨¢vila Miura es de esos toreros que se tumban y meten el pico a destajo. Un producto de la nefasta escuela de Espartaco.