Casta miure?a

En su deb¨² en San Sebasti¨¢n de los Reyes, Miura solt¨® un toro encastado, el cuarto, y nadie se lo pod¨ªa creer. ?Un Miura encastado? ?Cu¨¢ndo fue la ¨²ltima vez que alguien vio un Miura encastado? La gente s¨¦ restregaba los ojos, tomaba los gemelos, examinaba el hierro y no sal¨ªa de su asombro: era verdad, el toro iba marcado con el hierro de Miura. Por hechuras no lo parec¨ªa: bajo de agujas, musculado, nada que ver con los toros agalgados y escurridos t¨ªpicos de la casa. De pitones no andaba muy cat¨®lico, como toda la corrida, como todas las corridas de esta feria y de tantas otras ferias. S¨®lo tom¨® un puyazo; con bravura, eso s¨ª, pero s¨®lo uno.Salt¨® al ruedo con un tranco excelente. Fundi lo lance¨® por ver¨®nicas de buen trazo, ganando terreno. Tras el tr¨¢mite de la suerte de varas -monopuyazo trasero y largo- interesant¨ªsima suerte de banderillas. Fundi, dej¨¢ndose ver, clav¨® tres pares, ejecutando la suerte con pureza. En uno de los intentos cometi¨® un error que le pudo costar muy caro: andando hacia el toro, se gir¨®, perdi¨¦ndole la cara; en ese instante el toro se arranc¨® con violencia, cortando el terreno a Fundi, que escap¨® por pies.

En la muleta el toro embest¨ªa como un tren. Fundi hizo una faena largu¨ªsima, casi toda con la mano derecha. En todos los pases desplaz¨® al toro hacia afuera, sin rematar, detr¨¢s de la cadera, sin dominar, en definitiva. Prob¨® con la izquierda, el toro se revolvi¨® con mal estilo y Fundi desisti¨® pronto. Al final, alardes temerarios que entusiasmaron al p¨²blico. Estocada perdiendo la muleta, muerte espectacular del toro encastado y bravo, y aquello fue el delirio: dos orejas y rabo para el torero y vuelta al ruedo del toro. Todo excesivo.

La otra sorpresa de la tarde la constituy¨® el toreo reposado de Jos¨¦ Luis Bote, que parece ya recuperado de sus lesiones. Hizo una faena al quinto plet¨®rica de gusto y temple, de pases suaves y medidos. El toro muy poco ten¨ªa que ver con el anterior. Era nobil¨ªsimo, tirando a babosa. Con este tipo de toros, la emoci¨®n s¨®lo la puede poner el torero. Un pegapases hubiera dormido hasta a las ovejas. Pero Bote no es ning¨²n pegapases. Hilvan¨® una faena sobria y justa en la que sobresali¨® el toreo al natural.

En su toro anterior, con la muleta a media altura y dej¨¢ndole a su aire, sufri¨® una voltereta sin consecuencias. No quiso obligar al toro, justo de fuerzas, codille¨® y en un pase por alto el toro se le venci¨® y le alcanz¨® en el muslo sin llegar a calar.

Otro toro encastado, aunque menos que el cuarto, le toc¨® a Sergio S¨¢nchez en primer lugar. Templ¨® muy poco S¨¢nchez, no acert¨® con las distancias y los terrenos, y perdi¨® una buena oportunidad. Del sexto no aprovech¨® las primeras arrancadas en el ¨²ltimo tercio y en vez de corregir los defectos de un toro violento e incierto, los acrecent¨® con una lidia equivocada.

Fundi dio muchas voces al primero. Tambi¨¦n sud¨® mucho. Lo llev¨® con la muleta a media altura para que no se derrumbara. Ejecut¨® unos naturales estimables aunque no lig¨® m¨¢s de tres. Luego, Fundi, con el quinto, sudar¨ªa a¨²n m¨¢s.