El Sporting remonta dos goles en Sarri¨¢

Bendito marcador para el Sporting en un maldito lunes para el Espanyol. Fue una noche de perros que los periquitos, muy hechos a la adversidad, no supieron sobrellevar. La jornada invitaba a una faena tan r¨¢pida que el equipo blanquiazul dio la contienda por finalizada antes de hora. Hubo quien, agradecido al equipo, abri¨® el paraguas en el descanso y se dio media vuelta en busca de una buena estufa y una mejor cena al calor del hogar y la luminosidad del televisor.El letargo espanyolista sobre un colch¨®n de dos goles permiti¨® el despertar del Sporting. El grupo de Floro firm¨® la victoria en el descuento para desgracia de un Espanyol que se fue muriendo por inanici¨®n en un estadio medio desierto, barrido por la lluvia y el viento, y retratado por un contrario sin mucho cartel.

El Sporting result¨® un plantel demasiado aseado durante medio partido para discutir la jerarqu¨ªa de un grupo local de corte noble y vigoroso. La blandura rojiblanca facilit¨® la embestida blanquiazul. El equipo de Floro tuvo tanta salida como entrada. Lard¨ªn y Ben¨ªtez perforaron la l¨ªnea de cuatro que par¨® el rival sin necesidad de recurrir un ariete taladra dor. Ou¨¦dec se dej¨® caer muy bien por los costuras del ¨¢rea y el dinamismo de los puntas es panyolistas sac¨® del campo a la zaga sportingista. Roto por el espinazo, el Sporting no atin¨® a combatir la velocidad del Espanyol de media cancha hacia terreno propio. El partido discurri¨® siempre de acuerdo al gui¨®n que Carcel¨¦n guarda de Camacho: Brnovic tir¨® anclas en el ombligo del campo y el equipo fue acelerando el ritmo del choque con el discurrir del tiempo.

La efectividad result¨® tremenda: tres remates supusieron dos goles y la ducha. El Sporting pis¨® tanta ¨¢rea como el Espanyol. No tuvo, sin embargo, el mismo acierto.Toni le sac¨® un remate de gol a Julio Salinas y Tom¨¢s err¨® en dos disparos francos.

Floro le dio la vuelta a la contienda con los cambios. La salida de Nikiforov, que hace sus primeras armas en Espa?a, centr¨® al Sporting en defensa y el equipo se fue decidido al ataque. Un remate de Bango a la cepa del poste fue el aviso de la reacci¨®n asturiana. El Espanyol se fue desinflando de forma espantosa. Encogi¨® de golpe y el Sporting le fue martirizando con premeditaci¨®n. Todos sus goles llegaron en los momentos trascendentes. Villarroya enganch¨® un remate precioso, luego Velasco cabece¨® ante los morros de Toni y, al final, Bango, le puso el lazo a un bal¨®n cabeceado por Julio Salinas.

El equipo blanquiazul estuvo irreconocible. No atin¨® para nada Carcel¨¦n en el movimiento del banquillo. El plantel perdi¨® su posici¨®n en el campo, y se fue cayendo a trozos hasta quedar con la dentadura postiza. El Espanyol pierde todo su encanto cuando no muerde. La agresividad fue siempre su asidero en la ¨¦poca de Camacho. Fue la divisa del equipo durante la pasada temporada, cerrada con el pase hacia Europa. Su sucesor, Carcel¨¦n, por contra, no supo reactivarle ayer cuando acab¨® presa de un contrario.