La 'Bamb¨®la' hinchada de Bigas Luna, recibida con risotadas y abucheo final
'Una historia verdadera', humilde y hermoso filme iran¨ª, cierra el concurso
El ¨²ltimo filme en concurso, Una historia verdadera, un documento-ficci¨®n del iran¨ª Abolfazl Jalili, cerr¨® con un ba?o de verdad el funerario desfile de imposturas con que han convertido a este viejo gran festival en un festivalucho quienes lo han vendido en saldo al comercio al por mayor de im¨¢genes necias. Lo ocurrido con la Bambola, de Bigas Luna, y la (antiactriz) presentadora de televisi¨®n Valeria Marini lo prueba: m¨¢xima tensi¨®n de espera para lo que result¨® ser un penoso alarde de silencio imaginativo y de sesi¨®n de sex shop para adolescentes calvos.
La enorme sala Palagalileo estall¨® con risotadas y abucheos contra la espectral y er¨®ticamente disuasoria mu?eca hinchada que se codea con Bill Clinton y Sadam Husein en las cabeceras de los diarios italianos, muchos de ellos c¨®mplices de la mamarrachada.La mascarada veneciana pringa incluso a las cosas que se visten de serias, pues resulta que el archiminoritario For ever Mozart, de Godard, se ha convertido en el filme favorito de los papeles populistas de calificaci¨®n cr¨ªtica. ?Una coartada bals¨¢mica de los encumbradores de abismos? Probablemente. Y si ma?ana el jurado hace caso a esta sugerencia y pone por en¨¦sima vez en la picota al ex maestro franc¨¦s, a costa de Abel Ferrara, Manoel de Oliveira, Jacques Doillon y Neil Jordan, habr¨¢ que quitar "probablemente" y poner sin trastienda "desvergonzadamente".
El papanatismo y el descaro publicitario que rodea esta humillante Mostra no tiene l¨ªmites. Ayer ocurrieron aqu¨ª sabrosos acuerdos de coproducci¨®n entre el cine italiano y el franc¨¦s; y ¨¦ste reclama un reconocimiento del favor en letras bancarias verdes y doradas, por lo que el viejo Le¨®n de Oro puede convertirse en un d¨®cil animalito pastue?o, s¨ªmbolo de una Bienalle agonizante, que hace agua por los cuatro costados, mientras el anuncio de su inmediata privatizaci¨®n afila las dentelladas de los tiburones hambrientos de escaparates.
Por otro lado, en los alrededores del cine, que es el ¨²ltimo mono de este parque zool¨®gido prejur¨¢sico, reinan Tom Cruise, que est¨¢ aqu¨ª en funciones de estrella consorte; Nicole Kidman, que es la consorte de divo intruso; y Bruce Willis, el cachas, que ha venido a presentar su nueva colecci¨®n de mamporros digitales titulada Last man standing, mientras el mutismo rodea a la pobrecita presencia del magn¨ªfico cineasta iran¨ª, de nombre impronunciable y apellidado Jalili, que a lo peor paga el pato de su origen y en vez del Le¨®n que se merece le dan una tar¨¢ntula, por tener la osad¨ªa de hacer cine de verdad, con cuatro cuartos y sin m¨¢s efectos digitales que las huellas dactilares de su honradez y su talento, que son mercanc¨ªas anticuadas para esta Mostra posmoderna, que pretende darnos bambola por mujer, rizo del rizo del gato por liebre.
Porque, mientras la esforzada y talentosa neozelandesa Jan¨² Campion hace en Retrato de una dama un buen trabajo de cine convencional; y Tom Cruise (porque su mujer es esa dama) se beneficia de ello y deja a la excelente directora en la sombra, aqu¨ª de lo que sigue habl¨¢ndose a destajo es de la Bambola de Bigas y Marini, que van a forrarse con la peor (con mucho) pel¨ªcula de este (otras veces buen) director espa?ol que, desde el ¨¦xito aqu¨ª de Jam¨®n, jam¨®n, ha sido digerido en Italia como cosa propia y se ha dejado llevar por la l¨®gica del galopante deterioro de la Mostra, prest¨¢ndose a carnavaladas como la de dar una conferencia de prensa a una prensa que no hab¨ªa visto su pel¨ªcula, indecencia de la que ciertamente ¨¦l protest¨®, pero a la que se pleg¨®, en un acto de domesticidad que no est¨¢ a la altura de sus pretensiones de artista libertario.
Y tras el monumental trastazo de Bambola, la Marini la ha emprendido contra Bigas y lo acusa de abusar de su buena fe y su confianza en ¨¦l. Ciertamente, Bigas no da una a derechas (y menos a izquierdas) en tan insuperable engendro. Pero? y ella? ?Es ¨¦ste el sex symbol con que el cine italiano va a sustituir, en los rincones brumosos del amor solitario, a la llamada gloriosa de Sophia Loren y Claudia Cardinale? Si as¨ª es, y lo parece, es previsible que en los pr¨®ximos a?os una avalancha de ragazzi ateste las antesalas de los psiquiatras, para que ¨¦stos les arreglen las inevitables perturbaciones y los cortocircuitos de la electricidad de On¨¢n de que ser¨¢n v¨ªctima. Porque la muchacha, que se pasa media pel¨ªcula enculada con Jorge Perugorr¨ªa, es tan p¨¦sima actriz que da pena verla disfrutar, pues sus gemidos de gozadora suenan a alaridos de parturienta; y esta involuntaria aberraci¨®n ed¨ªpica, una siniestra por irrisoria mutaci¨®n del mito de la Mmama en el contramito de la Puttana, no se digiere impunemente en entrepiernas colegiales, tiernas y desprevenidas.
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