C¨®mo se divierten

Como son las fiestas del pueblo, y la corrida de feria, tan esperada a lo largo del a?o, hay que divertirse. Y se va a la plaza, se supone que a ver c¨®mo los diestros, que para eso son figuras, se enfrentan a toros poderosos con arte.Luego, resulta que no hay nada de eso. Pero se divierten.

El que m¨¢s les ha gustado ha sido El Cordob¨¦s. Manuel D¨ªaz basa sus actuaciones en la imitaci¨®n de su supuesto pap¨¢. As¨ª fue en el quinto de la tarde. Con este burel El Cordob¨¦s hizo creer a las buenas gentes que estaba toreando. ?Y c¨®mo se divert¨ªan con los pases de m¨ªnima longitud y los ¨¢giles saltos de batracio! Todo ello, coreado con esa moda de retrasar el ol¨¦ alargando la o mientras el torero presenta el enga?o, hasta que consume el muletazo. Incluso llegaron a hacer callar a un aficionado que expresaba, en voz alta, su desacuerdo con la bufonada. Intervino la Guardia Civil y todo, para cerrarle la boca. Cosas veredes.

Tambi¨¦n se divirtieron mucho con Enrique Ponce. Daba mucha risa verle intentar la faena de todas las tardes con un bicho que apenas se ten¨ªa en pie. Pero tampoco faltaron los ol¨¦s, los piropos y las alegr¨ªas.

Y lo que son las cosas. La mejor faena de la tarde la hizo V¨ªctor Puerto con el sexto. Intent¨® el toreo, a veces lo consigui¨® y tuvo como premio la indiferencia y el aburrimiento del p¨²blico. Extra?a manera de divertirse.