Aprender a aprender
La Comisi¨®n Europea lanza 550 microproyectos de reinserci¨®n educativa
Leeds es una ciudad brit¨¢nica famosa por su club de f¨²tbol. Es tambi¨¦n una urbe deprimida, donde el paro afecta en algunos barrios hasta al 30% de su poblaci¨®n activa. La falta de horizonte laboral corre pareja con el desinter¨¦s por la formaci¨®n profesional. El 40% de sus ciudadanos no ha recibido ning¨²n curso en los ¨²ltimos cinco a?os y el 2 1% no lo ha hecho desde que abandon¨® el colegio.Los directores de dos escuelas de Leeds afrontaron un d¨ªa ese vac¨ªo. Como nadie quer¨ªa o¨ªr hablar de formaci¨®n, decidieron que la fuente fuese al c¨¢ntaro. Ir¨ªan a encontrar a la gente all¨ª donde se reun¨ªa. ?D¨®nde?. F¨¢cil, en el pub. Se asociaron con la cadena Joshua Tetley & Son, que puso sus seis establecimientos a disposici¨®n de las escuelas. Decidieron impartir, entre cerveza y cerveza, cursos muy sencillos, desde c¨®mo hacer un curr¨ªculum vitae a c¨®mo luchar contra el estr¨¦s a c¨®mo buscar acceso a una formaci¨®n profesional fuerte, hasta clases de espa?ol para principiantes.
Han logrado despertar el placer de aprender y recuperar a gente de barrios marginados, alejada del circuito de la formaci¨®n. El experimento ha empezado a exportarse a otras ciudades.
El de Leeds es s¨®lo uno de los 550 micro-proyectos apoyados financiera y t¨¦cnicamente por la Comisi¨®n Europea en su programa del A?o europeo de la Educaci¨®n y de la Formaci¨®n Permanentes, que se desarrolla a lo largo de 1996.
La iniciativa pretende devolver a la educaci¨®n y a la formaci¨®n su doble funci¨®n, de preparaci¨®n para el empleo y de servicio a la realizaci¨®n del individuo. Busca compensar las insuficiencias de las peque?as y medianas empresas, donde se concentra la mayor parte del empleo, pues pr¨¢cticamente dejan de lado a la formaci¨®n, como lo demuestran las estad¨ªsticas (ver informaci¨®n adjunta).
Pero, sobre todo, pretende resolver una "enorme paradoja", como la califica el responsable directo del A?o europeo, Jimmy Jammar: "Estamos en una sociedad en la que se produce la m¨¢s gran explosi¨®n del saber, con una gran multiplicaci¨®n de los mecanismos educativos", pero "al mismo tiempo en ella vive una enorme cantidad de ciudadanos que no acceden a ¨¦l, ni siquiera por los medios tradicionales, como la lectura de peri¨®dicos". Por ello el gran problema de Europa se resume en "aprender a aprender" y en su corolario, reintegrar al circuito de la formaci¨®n a las gentes expulsadas de ¨¦l.
La idea del A?o Europeo surgi¨® ya en 1993, en el Libro Blanco de la Competitividad, el Crecimiento y el Empleo, de Jacques Delors, el primer gran documento comunitario preocupado por el capital humano.
La decisi¨®n de organizarlo no se tom¨® sin embargo hasta octubre del a?o pasado. Se fijaron los objetivos concretos: promover la formaci¨®n y la educaci¨®n continuas a la luz de las nuevas exigencias del mundo del trabajo; motivar a los ciudadanos al aprendizaje; mejorar la cooperaci¨®n entre escuelas y pymes; buscar la complicidad de los interlocutores sociales y locales, entre otros.
Establecida una financiaci¨®n m¨ªnima -ocho millones de ecus, 1.280 millones de pesetas entre 1995 y 1996-, se lanz¨® la convocatoria a municipios, escuelas y asociaciones. En menos de seis semanas llegaron a Bruselas 4.000 proyectos, dise?ados por movimientos asociativos ciudadanos, por colectividades locales o por asociaciones profesionales locales. De esos, se seleccionaron 550, con la ayuda de un comit¨¦ consultivo que incluye a representantes de los ministerios de Trabajo y de Educaci¨®n, un mensaje para advertir que el aprendizaje no depende s¨®lo del departamento de Educaci¨®n, sino tambi¨¦n de los de Cultura o Trabajo.
Los proyectos aprobados abarcan desde el de Leeds hasta los espec¨ªficos para mujeres, pasando por las "Tiendas de aprendizaje" en 20 ciudades danesas -donde se compran servicios educativos o se realizan diagn¨®sticos sobre la formaci¨®n necesaria- o por actuaciones para reintegrar a los discapacitados a la educaci¨®n permanente. Los pa¨ªses que m¨¢s han respondido son el Reino Unido, los escandinavos, Grecia, Alemania. Y Espa?a, que ha centrado su inter¨¦s en la formaci¨®n profesional.
Se trata de iniciativas modestas, con subvenci¨®n tambi¨¦n modesta, que alcanzan una media de 10.000 ecus (1,6 millones de pesetas). La ayuda m¨¢s alta concedida ha sido de 100.000 ecus (16 millones de pesetas), pero muchas se han limitado a 2.000 ecus (poco m¨¢s de 300.000 pesetas).
"Se ha demostrado que la capacidad de movilizaci¨®n en torno a asuntos que interesan a la gente no depende demasiado de la cantidad de dinero", explica Jammar. Un term¨®metro del inter¨¦s despertado por el intercambio de las experiencias en marcha es que la organizaci¨®n ha recibido 30.000 visitas electr¨®nicas, a trav¨¦s de Internet, s¨®lo durante los meses de marzo, abril y mayo.
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