El pelot¨®n sigue a toda velocidad
Cumplidas cinco etapas, la media de la Vuelta es superior a los 44 kil¨®metros por hora
Las circunstancias hay que forzarlas. Es el reino de Manolo S¨¢iz. Todos los detalles cuentan para tensar la cuerda y romper m¨¢s esquemas. Segundo a segundo se llena la bolsa. Jalabert, radiante, y encima llueve. Es una t¨¢ctica como otra cualquiera. Comenzaron a caer unas gotas a unos 20 kil¨®metros de la meta. S¨¢iz toc¨® a rebato y los de la ONCE empezaron a subir a la cabeza. Las gotas se hicieron chaparr¨®n y, bip, bip, S¨¢iz al aparato. "Laurent, para adelante, que esto est¨¢ peligroso". "Yo no lo vi tan peligroso, pero obedec¨ª", dijo luego el franc¨¦s. La ONCE se puso en cabeza y, en un santiam¨¦n bajo el aguacero, el espeso pelot¨®n se convirti¨® en fila india. La maniobra favorita: pillar a todos distra¨ªdos y forzar el corte. Ciclismo moderno, que se dice. Pero ni lo uno ni lo otro. Ni Indur¨¢in ni su compa?¨ªa estaban distra¨ªdos, ni siquiera el navarro apel¨® a su "m¨¢s vale perder unos segundos que sufrir una ca¨ªda"; tampoco se provoc¨® el corte, aunque alg¨²n torpe estuvo a punto de dar el tijeretazo por detr¨¢s; tampoco se produjo el ideal inconfesable: una ca¨ªda que ayudara a la tarea.En Almer¨ªa, sol y buen tiempo, calles secas y sprint cantado: gan¨® el holand¨¦s BlijIevens -cinco sprints en las cinco etapas disputadas y cinco vencedores diferentes: Conte, Minali, Jalabert, Steels y Blijlevens-, el corredor que mejor aprovech¨® el tobog¨¢n-rampa de despegue de los pen¨²ltimos metros. La ganancia de Jalabert se limit¨® a dos segundos capturados en una meta volante, tiempo que intent¨® limitar en vano Indur¨¢in sprintando sin premio en otro paso bonificado. Y segundo a segundo, la diferencia que tenga que lograr Indur¨¢in en la contrarreloj de El Tiemblo aumenta. Y la seguridad y confianza del l¨ªder siguen la misma curva.
La Vuelta viaja por autov¨ªa y el pelot¨®n se convierte en una exhalaci¨®n que luce unos n¨²meros que asustan. A cerca de 45 por hora corrieron ayer y la media de la general es de 44,081 kil¨®metros por hora. La m¨¢s alta registrada nunca en una gran Vuelta despu¨¦s de cinco etapas; ni siquiera el alucinante Giro de mayo se acerc¨®. ?Hasta cu¨¢ndo podr¨¢n aguantar esta marcha los corredores que aspiran a terminar la Vuelta? "Si seguimos as¨ª no llego a Madrid", dice Santi Blanco, y le secundan los dem¨¢s escaladores. Pero ellos no pueden controlar la situaci¨®n.
Pero todo suena a cebo. El dise?o de la Vuelta ha colocado nueve etapas llanas, todas seguidas y por el sur, para hacer atractiva la ronda a los equipos que no quer¨ªan muchos berenjenales a final de temporada. ?stos, casi todos italianos y programados para sus sprinters, no quieren desaprovechar la ocasi¨®n. Y no hay mejor forma de lograr un sprint masivo que hacer correr al pelot¨®n con la lengua fuera para desanimar a cualquier fugable. Y si eso no funciona, est¨¢n las ansias rompedoras de la ONCE para convertir en un infierno una etapa de transici¨®n -como sucedi¨® durante el gran corte camino de Albacete- Y cuando los ciclistas ya hablan de tregua y cansancio, aparece el viento a favor y la autov¨ªa que favorece los relevos en cabeza y el uso generalizado del pi?¨®n de 11 dientes, como ayer camino de Almer¨ªa. Y as¨ª, las velocidades de espanto. Y as¨ª, el miedo de los escaladores al cambio brusco de desarrollos y de tipo de pedalada que supondr¨¢ el traslado al norte y la aparici¨®n de las primeras etapas complicadas.
Y hasta entonces, a partir de las cuatro y media en los hoteles manda el open window, [el organismo a punto de deshacerse] y la conversi¨®n de las tareas de recuperaci¨®n del corredor en casi objeto de UVI. "Cada d¨ªa es m¨¢s dif¨ªcil recuperar a los corredores porque cada d¨ªa llegan m¨¢s bajos", dice el m¨¦dico de un equipo. Pero todos aventuran que estas circunstancias que han convertido a la Vuelta en una lucha de desgaste terminar¨¢ el lunes, d¨ªa de descanso en que el pelot¨®n -pernoctar¨¢ cerca de Madrid. Para ese -momento, los italianos sprinters habr¨¢n dado por terminada su faena. La general que se la trabajen otros. Ellos podr¨¢n retirarse si as¨ª lo desean, como ya ha anunciado Francesco Casagrande.
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