El capote providencial de Ra¨²l Bl¨¢zquez

Ra¨²l Bl¨¢zquez hizo los quites de la tarde. No el quite de la tarde: los quites. Dos. Su capote providencial entr¨® justo cuando los novillos tercero y sexto apuntaban el fondillo de sendos banderilleros al salir de los pares de banderillas y les libr¨® de la cornada segura.Ocupaba Ra¨²l Bl¨¢zquez en el ruedo (cuadril¨¢tero en realidad, para entendernos) su sitio de lidiador, pero adem¨¢s tuvo la decisi¨®n de acudir presto a donde se presentaba el peligro, asumirlo y con riesgo de su integridad f¨ªsica llevarse en los vuelos del percal la cabezada fiera que ya iba a hacer presa. Un ?¨®le! por Ra¨²l Bl¨¢zquez, cuya torer¨ªa qued¨® ah¨ª suficientemente demostrada. Dos veces, dos.

El vecino de localidad dijo que hab¨ªa sido lo mejor de la novillada e incluso estaba por ampliarlo a la feria entera. Quiz¨¢. Y, para celebrarlo, su bella esposa convid¨® a bu?uelos que hab¨ªa frito la hija del matrimonio aquella ma?ana, para que en la funci¨®n de tarde no faltara de nada. Y de nada falt¨®: hab¨ªa bocadillos, con qu¨¦ beber, ricos bu?uelos y caf¨¦.

La afici¨®n argande?a lleva a la plaza la merienda, naturalmente. Ninguna ostentaci¨®n: se la come y en paz. A los ni?os les dan sus pap¨¢s unos bocadillos enormes que saborean con fruici¨®n y luego se ponen hasta la bandera de pipas, cacahuetes, chupa-chups y todas esas chucher¨ªas con cromos que no para de inventar la ciencia. Seguro que alguno acabar¨¢ malito, pero que les quiten lo bailado.

Los ni?os son el futuro, evidentemente; en la fiesta tambi¨¦n. Los ni?os de Arganda del Rey, se les rasca un poquillo y resulta que son entendidos en tauromaquia. Lo que pasa es que no les gusta presumir. Los hay locuaces, sin embargo. Tiraba de derechazos D¨¢vila Miura al tercero de la tarde y un ni?o coment¨® que estaba toreando fuera cacho. Al vecino de localodad de poco se le atraganta el caf¨¦, el bu?uelo a un servidor tambi¨¦n.

"Fuera cacho, tu padre", repuso otro chaval¨ªn; pero s¨®lo por armar pelea, pues en el fondo estaba conforme, y cuando le vino en gana a?adi¨® que los novillos eran borregos. Y cierto que lo eran, m¨¢s o menos.

Los novillos sacaron una debilidad y una sumisi¨®n que los acercaba al g¨¦nero lanar. Extra?a, por eso, que los diestros fueran incapaces de torearlos como Dios manda, cortar las orejas, salir de la plaza en loor de multitud, a hombros hasta Madrid (quiere decirse, hasta la carretera general).

Se except¨²a a D¨¢vila Miura en el sexto. Antes quedaba exceptuado el novillo, que present¨® hechuras de cuatre?o y tras tomar una vara seg¨²n suelen hacerlo los toros bravos, en el segundo tercio sac¨® la casta santacoloma que le corr¨ªa por las venas y de poco le da un disgusto al banderillero que le prendi¨® el par. No se lo dio porqu¨¦ irrumpi¨® Ra¨²l Bl¨¢zquez con su capotillo providencial.

Tore¨® D¨¢vila Miura a ese sexto novillo con entrega y templanza. Quiz¨¢ se excedi¨® coloc¨¢ndose de costadillo pero sus derechazos y sus naturales tuvieron garra, hondura los pases de pecho y construy¨® una faena bien medida. Pases, los justos. As¨ª lo hab¨ªa hecho en el tercero, cuya faena dur¨® tres minutos. O sea, que muy bien.

Carlos Pacheco hab¨ªa toreado el d¨ªa antes en Sevilla, donde impresion¨® su valor; Ra¨²l Bl¨¢zquez, ante la c¨¢tedra de Las Ventas, y esta contrata de Arganda acaso se la tomaron a tr¨¢mite, o tal parec¨ªa. Y no era tr¨¢mite. Arganda es plaza de talanqueras, s¨ª, mas all¨ª comparecen los novilleros punteros a fin de temporada y sentencia qui¨¦n funciona, qui¨¦n no. Aficionados de Madrid acuden en plan esp¨ªa. Y toman nota. Y luego lo cuentan. Y ponen en su sitio a cada cual. As¨ª que cuidado con Arganda.

Orejas en Albacete

Por otra parte, Manuel Amador y Eugenio de Mora salieron a hombros en la novillada de la feria de Albacete, celebrada ayer con media entrada, informa Efe.Se lidiaron novillos de Gim¨¦nez Indarte (el primero, sobrero), bien presentados, nobles y muy flojos. Amador y Mora cortaron una oreja a cada uno de sus novillos. V¨ªctor de la Serna, aviso y ovaci¨®n; palmas.