EE UU acepta que un europeo sea el segundo mando militar e ejecutivo en la nueva OTAN
La reforma de la estructura militar de la OTAN y la creaci¨®n en su seno de la Identidad Europea de Defensa han superado su principal obst¨¢culo. El Gobierno norteamericano ha aceptado que un europeo sea el sejundo mando militar ejecutivo en Europa. Este se convertir¨¢ en el jefe m¨¢ximo de las fuerzas aliadas para las operaciones "s¨®lo europeas" sin participaci¨®n de tropas estadounidenses, pero con toda la tecnolog¨ªa de EE UU. Francia quiere arrancar m¨¢s: que el mando de N¨¢poles, desde donde se controla el Mediterr¨¢neo y la VI Flota, recaiga tambi¨¦n en un europeo. Washington se resiste.
El Consejo Atl¨¢ntico (los embajadores de los Diecis¨¦is) escuchar¨¢ hoy un informe del presidente de Comit¨¦ Militar, el alem¨¢n Klaus Naumann, tras la visita colectiva que el organismo ha realizado a Espa?a y Portugal. Naumani propondr¨¢ ya un primer esquema de la nueva estructura militar integrada de la OTAN -que debe ser aprobada en la ministerial de diciembre o en una cumbre especial en primavera-, notablemente simplificada. Este primer esquema cuenta ya con el consenso entre bastidores de los Diecis¨¦is, despu¨¦s de vencer algunas reticencias iniciales de EE UU.Seg¨²n dicho esquema, los cuatro niveles de mandos y cuarteles quedan reducidos a tres, al desaparecer el cuarto nivel, que dispone de 24 cuarteles (entre ellos, el de Gibraltar). En el primer nivel seguir¨¢ habiendo dos mandos supremos aliados: uno atl¨¢ntico (Saclant), con base en EE UU, y otro europeo (Saceur), con base en la ciudad belga de Mons. Ambos, como siempre, estar¨¢n encarnados en militares estadounidenses.
Lo nuevo es que el Saceur -hoy, el general George Joulwan- contar¨¢ con un adjunto plenamente operativo y con nuevas funciones. Actualmente existe ya la figura del deputy-Saceur, que personifica un militar brit¨¢nico, pero la figura apenas tiene personalidad propia. El cargo del nuevo', "Saceur adjunto" recaer¨¢ siempre en un europeo -probablemente por rotaci¨®n trienal-, que ser¨¢ el segundo mando operativo de las tropas aliadas en Europa y el primer jefe militar de todos los ejercicios en tiempos de paz y de todas las operaciones militares "s¨®lo europeas" de la OTAN. Su figura dar¨¢ visibilidad, junto a la del secretario general de la Alianza, que siempre ha sido un europeo, a la Identidad Europea de Defensa.
De esas operaciones "s¨®lo europeas" no hay a¨²n ejemplos. En realidad, no hay m¨¢s ejemplos de operaciones militares en la histor¨ªa de la Alianza que la de la pacificaci¨®n de Bosnia, mediante lfor. Pero pocos dudan de que alg¨²n d¨ªa las habr¨¢. En ellas no participar¨¢n tropas norteamericanas, bien porque no sea necesario, por su ¨¢mbito acotado, bien porque Washington prefiera no participar. Y la estructura hay que prepararla ya, con tiempo, como se decidi¨® el pasado junio en la reuni¨®n ministerial de Berl¨ªn.
Aunque no participen tropas norteamericanas y parezca obvio que el mando de las tropas deba recaer en un europeo y con un muy alto rango en la escala, la cosa no era tan obvia. No, desde luego, para Washington. ?Por qu¨¦? Por algo nada trivial: las operaciones -"s¨®lo europeas" se realizar¨¢n utilizando sofisticada tecnolog¨ªa norteamericana, especialmente sat¨¦lites de observaci¨®n y medios de transporte a¨¦reo. Pero Washington ha acabado dando su brazo a torcer. Ahora s¨®lo resta concretar el detalle de las competencias para cada figura del organigrama.
La idea del "Saceur adjunto" es brit¨¢nica. Francia aspira a ese puesto para dar un ba?o de imagen a su incorporaci¨®n a la (nueva) estructura militar integrada. Pero Alemania ya ha hecho gestos de mayor implicaci¨®n y seguramente el puesto se someter¨¢ a rotaci¨®n.
Segundo nivel
Donde el acuerdo con Washington parece m¨¢s dif¨ªcil es en el segundo nivel, los mandos regionales. ?stos se reducir¨¢n notablemente, a un m¨¢ximo de dos o quiz¨¢ tres. Uno, con sede en Brunssum. (Alemania), controlar¨¢ Europa "de los Alpes para arriba"; el otro es el de N¨¢poles, con competencias "de Alpes para abajo". No se ha decidido a¨²n si habr¨¢ un tercero, que cubrir¨ªa el mar del Norte, el canal de la Mancha (Reino Unido, Noruega, Dinamarca y, en su momento, los pa¨ªses b¨¢lticos).
Francia pide m¨¢s, mucho m¨¢s. Partidaria de que s¨®lo haya dos mandos regionales, pide que ambos recaigan en un europeo. Hace m¨¢s hincapi¨¦ en el de N¨¢poles, por su impacto geoestrat¨¦gico en el Mediterr¨¢neo. Pero ¨¦se es, precisamente, el motivo de la resistencia de Estados Unidos a ceder la bandera del puesto. Sobre todo, por la cercan¨ªa al escenario de Oriente Pr¨®ximo. Pero tambi¨¦n por la, no s¨®lo simb¨®lica, cuesti¨®n de la VI Flota. Hoy, el mando del cuartel aliado de N¨¢poles lo ostenta el almirante Joseph L¨®pez, que simultanea el puesto con la responsabilidad sobre la VI Flota. Esta est¨¢ parcialmente imbricada en el dispositivo naval aliado integrado. Ceder el control del mismo ser¨ªa ceder, en parte, el control sobre esa flota.
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