Michael Jackson alborota Zaragoza
El cantante celebrar¨¢ esta noche en la capital aragonesa su ¨²nico recital de la temporada en la UE
La "Divinidad en movimiento", como reza una de las pancartas que le recibi¨® en el aeropuerto de Zaragoza y pende de una va lla junto a su hotel, est¨¢ desde las 16.48 en tierra espa?ola, en, suelo aragon¨¦s, para participar esta noche en el ¨²nico recital que dar¨¢ en territorio de la UE durante su actual gira mundial. La dos veces milenaria ciudad de Zaragoza est¨¢ acostumbrada a ver pasear por sus calles a personajes de re nombre, pero ayer volvi¨® a conmocionarse cuando el ¨ªdolo de los adolescentes pis¨® la alfombra roja desplegada en la par te civil de lo que fue uno de los reductos yanquis en Espa?a.Precisamente varios pilotos norteamericanos no quisieron perderse la llegada del Party One, nombre con el que est¨¢ bautizado el Boeing 707 del cantante. En el fuselaje, tambi¨¦n figuran laspalabras Kingdom Entertainement (reino de la diversi¨®n).
Medio millar de adolescentes se agolparon junto a las verjas. M¨¢s privilegiadas fueron las autoridades locales, que s¨ª estrecharon el guante blanco de Jackson. Guiados en todo momento por Pino Sagliocco, el productor del concierto, un teniente de alcalde, dos concejales, varios responsables de ¨¢rea y hasta la secretaria de la alcaldesa Luisa Fernanda Rudi aguantaron estoicos los vaivenes del horario de llegada. Entre los m¨¢s satisfechos, Juan Bolea, concejal de Cultura de Zaragoza, art¨ªfice de la haza?a de que Jackson cante y baile hoy en el estadio de la Romareda. Eso s¨ª, la haza?a ha costado 200 millones, aunque se pagar¨¢n a plazos. Contra lo que parece rutina en Michael Jackson, que no se distingue precisamente por su cordialidad, esta vez salud¨® en varias ocasiones a sus admiradores y hasta envi¨® besos a la veintena de periodistas del lugar. Siempre bajo una sombrilla blanca, el cantante pase¨® sin m¨¢scara y orden¨® abrir las verjas para saludar de m¨¢s cerca a sus admiradores.
Las mayores muestras de cari?o las dedic¨® al quinteto de ni?os que le entregaron dos ramos de orqu¨ªdeas y lirios al pie de las escalerilla. Los privilegiados Marta y Roc¨ªo Bernad portaron los ramos, junto a la hija de un matrimonio de periodistas locales, la de un director general de la Administraci¨®n regional y un adolescente familiar de Santiago Lanzuela, presidente de Gobierno aragon¨¦s.
Besos recibieron tambi¨¦n algunas de las ni?as que pudieron situarse dentro del per¨ªmetro policial instalado junto al hotel Boston, cuartel general del cantante y su grupo. Un padre paral¨ªtico acudi¨® junto a su ni?a, que tuvo el privilegio de ser besada por Jackson en plena explosi¨®n de fervor de las m¨¢s de dos mil personas que se agolparon en el lugar. Otra peque?a que tropez¨® contra la puerta giratoria del establecimiento consigui¨® como compensaci¨®n subir en el mismo ascensor que el cantante hasta la segunda planta, donde est¨¢ la suite elegida. Las expresiones de afecto no supusieron, sin embargo, problemas de orden p¨²blico. Algunas muestras de alegr¨ªa por haber visto de cerca al ¨ªdolo llegaron a la histeria y las lloreras, pero nada m¨¢s.
Cerca del hotel, un reducido grupito de incondicionales estaba apostado desde el s¨¢bado para ver de cerca al cantante, recibido ayer al grito de "?Michael!, ?Michael!" cuando vieron llegar la caravana escoltada por numerosos agentes policiales. Varios Mercedes, dos de ellos blindados y otros dos matriculados en Inglaterra; dos coches m¨¢s descapotables; un Jaguar y un Rolls-Royce compusieron la comitiva que recibi¨® tratamiento poco menos que de jefe de Estado. De hecho, la Guardia Urbana cort¨® las v¨ªas transversales a su itinerario y se eliminaron los sem¨¢foros, mientras miles de personas apostadas en las calles saludaban a Jackson y su corte. Fotos de primeros planos -milagros de la tecnolog¨ªa protectora- no salieron.
Ya en el hotel, Michael se colg¨® -literalmente de uno de los ocho ventanales de su habitaci¨®n y se sent¨® en el exterior para saludar a las y los admiradores que, aguardaban en la calle. M¨¢s besos a distancia.
La caravana volvi¨® a formarse a media tarde para que el cantante visitara un centro comercial. Compr¨® un compacto, una cadena musical y una grabadora, todo ello por unas 30.000 pesetas. ?A que no se imaginan cu¨¢l era el disco? S¨ª, era... ?Macarena! ?Tambi¨¦n t¨², Michael?
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