Zubizarreta supera el mito aleman
El equipo de Luis Aragon¨¦s elimina al Bayern pese a perder en M¨²nich
En una actuaci¨®n portentosa, sobre todo en dos momentos culminantes, el penalti del primer tiempo y la salida a los pies de Scholl del segundo, Zubizarreta permiti¨® que el Valencia superara el mito alem¨¢n, muy vivo en el valencianismo desde el varapalo de Karlsruhe. El equipo de Luis Aragon¨¦s aguant¨® durante una hora el tipo ante la apisonadora alemana y despu¨¦s, exhausto el conjunto muniqu¨¦s, pudo incluso alzarse con el partido. El Valencia supera, pues, la valla m¨¢s alta a prior? de la competici¨®n (el Bayern es el vigente campe¨®n) y lo hace sin su m¨¢xima estrella, Romario. Lo que supone un espaldarazo a la figura del t¨¦cnico que par¨® los pies del presidente al enviar a la grada al brasile?o en la ida.El Bayern concibi¨® el partido de este modo: "Alles oder nichts" (Todo o nada), seg¨²n la revista oficial del club b¨¢varo. Efectivamente, lo quisieron todo desde el inicio. Y en un par de minutos se confirmaron todos los temores del Valencia: la presi¨®n abrasadora del Bayern, su juego a bal¨®n parado y el gol. Fue un baile en toda regla. Apenas se acostumbraba Mendieta a ver pasar por su banda a Basler, entonces llegaba un nuevo danzarin por sorpresa, Scholl, que tambi¨¦n ten¨ªa permiso de danza. Otro tanto le sucedi¨® a Romero por el flanco izquierdo.
Pero en estos casos de agon¨ªa, la experiencia no es un grado, sino dos. Y al penalti infantil del biso?o Romero, le sigui¨® una parada extraordinaria del curtido Zubizarreta en el lanzamiento de la pena m¨¢xima. Corr¨ªa el minuto 15 y aquello para el Valencia parec¨ªa el final de todo. Lo hubiese sido de no ser por el guardameta vasco, a quien injustamente: siempre se le achac¨® su debilidad en los penaltis.
El Valencia se qued¨® paralizado ante el f¨²tbol mecanizado del Bayern, al que s¨®lo respondieron con autoridad tres hombres de largo recorrido futbol¨ªstico: Zubizarreta, Ferreira y Engonga, los tres en funciones de supervivencia. Cab¨ªa hacer labores de achique y esperar a que escampara. Lo que sucedi¨® a medida que se extingu¨ªa el primer periodo. Hab¨ªa meguado el aliento del Bayern y entonces el equipo de Luis se atrevi¨® a tocar el cuero m¨¢s de tres veces seguidas.
No fue suficiente, sin embargo, para que el Valencia iniciara relaciones con el guardameta Oliver Kahn, aquel meta de infausto recuerdo para los valencianistas (estuvo en el 7-0 de Karlsruhe), que observ¨® la primera parte en lontananza. El Valencia se encuentra a distancia sideral del equipo que alcanz¨® el subcampeonato de Liga. Sorprende sobre todo la decisi¨®n de Luis de que Fernando contin¨²e como gu¨ªa del equipo en el centro del campo, cuando se halla mucho m¨¢s c¨®modo m¨¢s cerca del gol.
El receso del Bayern, sin embargo, lejos de ser un signo de debilidad, era s¨®lo un respiro. Un hasta luego del cargamento. En el manual b¨¢varo aparec¨ªa que el despertar del segundo tiempo deb¨ªa traer una nueva vuelta de tuerca. As¨ª lo planific¨® el majestuoso Matth?us, que, con sus 35 a?os, contin¨²a catapultando a su equipo.
El Bayern atacaba ya con todo, inclusive el central gan¨¦s Kuffour, que buscaba imprimir m¨¢s madera al juego a¨¦reo. Sin embargo, el conjunto b¨¢varo hab¨ªa quemado demasiada energ¨ªa en los inicios de cada parte y, por otro lado, el Valencia recobraba, con un retoque t¨¢ctico, cierta coherencia en su juego. Transcurrida media hora del segundo periodo, el Valencia le ense?¨® los dientes a Kahn. Era el instante en el que Jos¨¦ Ignacio ocup¨® el pivote en el centro del campo y liber¨® a Fernando de sus compromisos defensivos. Con el cambio, Luis ganaba dos jugadores: un medio centro decente (Jos¨¦ Ignacio) y un magn¨ªfico media punta (Fernando). Surgi¨® incluso Karpin, escondido hasta el momento, para brindarle un gol a Jos¨¦ Ignacio, que ¨¦ste lanz¨® al cielo ol¨ªmpico de M¨²nich.
Eran tiempos de veloces contragolpes de los de Luis que pudieron incluso remontar el propio partido. Aunque falt¨® punter¨ªa, pese a la gran aportaci¨®n de VIaovic.
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