Los Fugees, a la cabeza de un 'rap' humanista
El c¨¦lebre tr¨ªo act¨²a hoy en Madrid
1996 pasar¨¢ a los turbulentos anales del rap como un a?o de horrores y triunfos. El emblem¨¢tico Snoop Doggy Dog se libr¨® de una acusaci¨®n de asesinato, pero los mejores penalistas no pudieron evitar que otro rapper habitual de los juzgados, el carism¨¢tico Tupac Shakur muriera en un tiroteo misterioso. Simult¨¢neamente, grupos como Fugees conectan con un p¨²blico amplio e internacional gracias a un rap humanistas y soleado. Ellos act¨²an hoy en Madrid (La Riviera).
No hay publicidad mala, dicen los c¨ªnicos de la industria de la m¨²sica. La lluvia de balas que cay¨® sobre Tupac Shakur ha revitalizado las ventas de sus discos y los de algunos colegas de la l¨ªnea peligrosa. Eso, combinado con el ¨¦xito multitudinario de Fugees, puede remediar la crisis del sector: el rap, que en 1991 se responsabilizaba del 10% de las ventas de discos en Estados Unidos, se tuvo que conformar el pasado a?o con una cuota de mercado del 6%.Un descenso que los apologistas del g¨¦nero atribuyen a un fugaz bache de creatividad, pero que revela el desfondamiento de su rama m¨¢s popular, el gangsta rap, poco exportable fuera del gueto. Un subg¨¦nero que pretende retratar la vida y la muerte de gente que opta por la delincuencia pero que convierte a sus sangrientos h¨¦roes en estereotipos a imitar.
El gangsta rap ha empujado al hip hop -esa cultura urbana de la que el rap es su faceta m¨¢s din¨¢mica- hacia el miserable callej¨®n sin salida. Los pol¨ªticos en ¨¦poca de elecciones y los cruzados de la moral atacan el gangsta y han logrado parad¨®jicos ¨¦xitos, como la ruptura de Warner con la rentable compa?¨ªa Interscope, pero no son enemigos comparables con sus propios protagonistas. El asesinato de Shakur y otros muchos actos brutales se atribuyen en el mundillo a un enfrentamiento, tan pueril como envenenado, entre: rappers de la Costa Este y de la Costa Oeste; Shakur, nacido en en Bronx, pero alineado con la facci¨®n californiana, era un objetivo obvio. Shakur tambi¨¦n reflejaba la pobreza espiritual del gangsta: aunque hijo de una activista de los Black Panthers, carec¨ªa de ideolog¨ªa o de plan maestro para su vida.
Credibilidad callejera
Cierto que existen otras formas del rap m¨¢s l¨²dicas o concienciadas, pero de menor repercursi¨®n. Significativamente, el carisma reside en los practicantes del gangsta, que suelen disfrutar -salvo encuentros con las balas- de carreras m¨¢s s¨®lidas que los rappers, menos agresivos.De La Soul, A Tribe Called Quest, Arrested Development y otros representantes del rap humanista se han hundido, a veces casi sin dejar rastro. Tal vez sea consecuencia de una relativa aceptaci¨®n por el p¨²blico blanco, pero uno sospecha que su ca¨ªda en popularidad tambi¨¦n es consecuencia de su falta de credibilidad callejera: no expresan sentimientos homicidas, no presumen de humillar a mujeres, no sueltan listas de marcas de lujo, no celebran el consumo de drogas.
Los Fugees procuran, de momento, mantenerse a ambos lados del abismo. De origen haitiano y educaci¨®n religiosa, proceden de la Costa Este, pero se han aliado con Cypress Hill, californiano que funden odas a la marihuana con cejijuntas amenazas. Los Fugees subvierten las reglas del hip hop al usar instrumentos de verdad en vez de pregrabados, y se hallan en un estado de gracia que les permite adobar canciones cl¨¢sicas -Killing me softly with his song, No woman no cry, I only have eyes for you- con humor de c¨¢?amo ¨ªndico y actitud juguetona. El mundo, a su vez, les sonr¨ªe, pero en las listas estado unidenses ya han sido superados por Nas, un imaginativo cr¨ªo neoyorquino que reconoce haber aprendido m¨¢s en los di¨¢logos de El Padrino que en sus (escasos) a?os de colegio.
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