La mujer madura
Las mujeres de m¨¢s de cuarenta a?os est¨¢n hartas de que sus maridos las dejen para emparejarse con jovencitas. El feminismo nunca hab¨ªa abordado esta rabia de la mujer y, al fin, una pel¨ªcula, The first wives club (El club de las primeras esposas) toma venganza contra la creciente deserci¨®n conyugal. La abrumadora respuesta del p¨²blico norteamericano al filme, cargado de agresiva antimasculinidad, ense?a bien c¨®mo est¨¢n las cosas. The first wives club, estrenada en septiembre, no ha cesado desde entonces de ocupar el primer lugar en la recaudaci¨®n de taquilla; r¨¦cord en las pel¨ªculas de este g¨¦nero por encima, incluso, de lo que consigui¨® Thelma y Louise.La base de la pel¨ªcula es una novela de 1992 que escribi¨® Olivia Goldsmith, divorciada y en una edad parecida a sus personajes. En el filme, Goldie Hawn, Bette Midier y Diane Keaton interpretan los tres papeles centrales de la confabulaci¨®n contra unos c¨®nyuges repulsivos fugados con secretarias y amigas entre los 16 a?os y los veintitantos.
Varios casos de la actualidad social espa?ola revelan un fen¨®meno parecido que, en Estados Unidos, adem¨¢s, se acelera con la movilidad social y la fluidez de los divorcios.
Concretamente, en los ¨²ltimos 20 a?os los divorcios de matrimonios entre los 40 y 50 a?os se han incrementado en un 62%. El 75% de los afectados vuelve a casarse pero la proporci¨®n de hombres que lo hacen es tres veces superior al de las mujeres. Y se casan, casi en su totalidad, con chicas j¨®venes. Como reacci¨®n, mujeres abandonadas del mundo de Hollywood fundaron hace tiempo un club titulado LADIES (Life After Divorce is Eventually Sane) y se consagraron a procurar apoyo a ex esposas de actores famosos o no, como Gene Hackarn, Leonard Nimoy y Jerry Lewis. Era entonces una labor solidaria con tintes de complicidad caritativa. The First Wives Club posee, por el contrario, todo menos benevolencia y compasi¨®n. La cinta culmina con una apoteosis de comedia musical en la que se manda a los hombres a hacer g¨¢rgaras. Una amiga me acompa?¨® en la proyecci¨®n y saliendo del cine confes¨® que si su nuevo matrimonio llegaba a marchar mal se hac¨ªa definitivamente lesbiana. "Con las amigas se pasa mucho mejor que con un t¨ªo", remat¨®.?Los hombres no atienden, no miman, no procuran amenidad? ?Son unos tipos ajenos? En medio del ¨¦xito de The First Wives Club, el complemento es el triunfo del libro The Rules (Las reglas) -escrito por dos mujeres de 37 y 38 a?os- aparecido el d¨ªa de San Valent¨ªn de 1995 y actualmente con una venta que supera el medio mill¨®n de ejemplares.
La base de Las reglas es la aceptaci¨®n de que el hombre se comporta como un cazador que acosa a la mujer como una pieza. En consecuencia, la mujer, en cuanto pieza, ha de aprender reglas concisas para sacar el mayor provecho de la cetrer¨ªa. Debe, por ejemplo, olvidarse de dar el primer paso en casi todo: no debe proponer una cita, no debe ser la primera en telefonear, ni en besar, ni en coger la mano. M¨¢s a¨²n: lo favorable para despertar pasi¨®n ser¨ªa mostrarse arrogante y tan ocupada "como una princesa"; no devolver las llamadas pr¨¢cticamente nunca y despedirse siempre antes de que se d¨¦ por concluida la cita.
Junto a esta etiqueta de desapego se recomienda, a la vez, ser corteses respecto a ciertos desprop¨®sitos del esposo. Si el hombre prefiere quedarse a ver un partido de f¨²tbol antes de salir a cenar, hay que tomarlo a bien. Si el hombre llega tarde del trabajo y la cena se ha enfriado, hay que tragarse la contrariedad y reconocerle, por el contrario, que se empe?a con ah¨ªnco en su trabajo.
Hay que ser, en suma, c¨ªnica para tratar con personajes a su vez ego¨ªstas y c¨ªnicos. Los buenos a?os de la conciliaci¨®n igualitaria est¨¢n durando poco si se atiende a los s¨ªntomas de estos dos productos del oto?o norteamericano y en coincidencia con el rebrote posfeminista en brazos de la mujer madura.
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