La 'Galileo' cambia la percepci¨®n de J¨²piter y sus planetas

Los datos enviados por la nave Galileo que se encuentra actualmente en ¨®rbita de J¨²piter est¨¢n cambiando tanto la percepci¨®n del sistema joviano como la ya hist¨®rica misi¨®n de los dos Voyager en los a?os setenta. A falta de recibir miles de im¨¢genes almacenadas en la nave por incapacidad para transmitirlas a causa de una aver¨ªa en su antena principal, los datos, de los que la revista Science public¨® la pasada se mana una amplia interpretaci¨®n en forma de art¨ªculos cient¨ªficos, presentan una nueva visi¨®n de la espectacular mancha roja del planeta y de la geolog¨ªa de algunas de sus lunas, como lo, Europa y Gan¨ªmedes.A pesar de que significa cambiar en gran medida lo postulado hasta el momento sobre J¨²piter y sus planetas, los cient¨ªficos no se muestran preocupados. "De eso se trata la exploraci¨®n", ha dicho a Science James Brown, del equipo de la Galileo, una misi¨®n espacial de Estados Unidos, la ¨²ltima de una generaci¨®n de misiones largas y caras.

La nave pas¨® a s¨®lo 835 kil¨®metros de Gan¨ªmedes, por ejemplo, por lo que vi¨® la superficie de la luna con una resoluci¨®n mayor en dos ¨®rdenes de magnitud de la obtenida por los Voyager (de 1.000 metros a casi 10 metros). Eso es un paso de gigante para un ge¨®logo planetario, recuerdan los cient¨ªficos.

De lo que se trata es de establecer la secuencia de hechos en la formaci¨®n de estos cuerpos celestes, as¨ª como su antig¨¹edad, Y a mayor resoluci¨®n mayores sorpresas. Lo que en unas im¨¢genes parece un terreno plano y joven se muestra como abrupto y m¨¢s antiguo en las m¨¢s recientes. En cuanto a la gran mancha roja de J¨²piter, las observaciones de la Galileo han mostrado nubes con caracter¨ªsticas similares a las tormentas terrestres. Alrededor de la mancha se observa una neblina que se superpone a una capa de nubes bajas.

En lo, los investigadores han encontrado focos volc¨¢nicos activos y cambios perceptibles en su superficie as¨ª como en el toro de plasma que lo rodea respecto a lo observado por las Voyager. En Europa se dan nuevos datos de su superficie helada, que muestra signos de deformaci¨®n tect¨®nica.

Hay muchos m¨¢s detalles -sobre el polvo, las part¨ªculas cargadas y la temperatura, entre otros datos, del planeta y algunas de sus lunas-, pero uno de los que m¨¢s asombr¨® a los especialistas fue la poca cantidad de agua encontrada por la sonda suicida que dej¨® caer el pasado diciembre la Galileo en la atm¨®sfera de J¨²piter. Estos datos, analizados en uno de los art¨ªculos de Science, van a ser rebatidos hoy por el conocido especialista Andrew Ingersoll y su equipo de Caltech (California) en la reuni¨®n sobre ciencia planetaria ' que empieza en Tucson (Arizona). Ingersoll, que no se resigna a reconocer que el modelo de J¨²piter elaborado por los astr¨®nomos en los ¨²ltimos decenios no es correcto, es que la sonda fue a caer en una zona at¨ªpica de la atm¨®sfera de J¨²piter, sin apenas nubes, como las que existen sobre los desiertos terrestres, y que esta zona act¨²a como lo hace una nevera, tomando energ¨ªa de las circundantes.

Aunque desde mucho m¨¢s lejos, el telescopio Hubble tambi¨¦n observa J¨²piter, en concreto sus auroras polares. Encontr¨® dos anillos ovales simult¨¢neos en los polos norte y sur, as¨ª como la huella de la aurora creada por el flujo de corriente el¨¦ctrica de cerca de un mill¨®n de amperios entre J¨²piter y su luna lo.