Dos buenos filmes de Fernando Le¨®n y Cecilia Bartolome

El segundo d¨ªa de cine espa?ol trajo, fuera y dentro del concurso, el retorno de Cecilia Bartolom¨¦, despu¨¦s de bastantes a?os de silencio, con Lejos de ?frica; y el brillante deb¨² como director del guionista Fernando Le¨®n, con Familia. Ambas obras, en registros distantes -drama intimista y comedia en el borde de la farsa, respectivamente-, tienen dentro buen cine. Tambi¨¦n tiene inter¨¦s el cortometraje experimental de Sigfrid Monle¨®n Lo del ojo no es nada.

La ocurrencia que desencadena la brillant¨ªsima singularidad de Familia no es nueva. Casualmente o no, procede de un formidable gag esc¨¦nico de Miguel Mihura: dos ancianas solitarias, que se pasan la vida encerradas en casa sin que nadie vaya a verlas, alquilan los servicios de un matrimonio para que todos los jueves finjan ser amigos suyos y acudan de visita, como si se conocieran de toda la vida, a su casa.Fernando Le¨®n tira del hilo de este invento y lo lleva mas lejos: un hombre que vive solo contrata a un grupo de c¨®micos para que, en su 55 cumplea?os, finja ser su familia. La pel¨ªcula es el relato -preciso, exacto y perfectamente graduado en el gui¨®n- de ese sorprendente festejo, en el que diez personajes que nada tienen que ver entre s¨ª juegan a comportarse como una bien avenida tribu familiar, viviendo lo que fingen y, a la inversa, representando lo que viven. El resultado es una estupenda paradoja llena de ligereza, viva, graciosa, y al final un poco inquietante.

Desdoblamiento

El desdoblamiento del guionista Le¨®n en director muestra que ¨¦ste tiene olfato para la s¨ªntesis y mucha eficacia para sostener con sencillez aparente una complicada comedia y su rev¨¦s, que aparece entrevisto en una divertida conjugaci¨®n de peque?os enigmas, que dejan la pel¨ªcula abierta al absurdo y, por ello, a que siga creando sonrisas y descifr¨¢ndose en las aceras, a la salida del cine, mientras los rostros de los diez personajes siguen jugueteando entre las neuronas del espectador agradecido a todos ellos y, en especial, a Juan Luis Galiardo, un gran actor que comienza a ponerse eminente.A Lejos de ?frica le falta el acabamiento t¨¦cnico y la redondez formal de Familia. Hace Cecilia Bartolom¨¦ su delicada eleg¨ªa con ostensibles carencias en la producci¨®n, lo que puede restarle una audiencia que la pel¨ªcula merece, pues hoy abundan las miradas c¨®modas y epid¨¦rmicas que no se esfuerzan en averiguar qu¨¦ hay dentro de- una nuez cuando su c¨¢scara no brilla. Por otro lado, la pel¨ªcula tiene una desafortunada zona de desenlace, pues quiere abarcar demasiadas cosas y, al no poderlas contar, crea insatisfacci¨®n en el momento m¨¢s inoportuno.Pero, debajo de su piel desali?ada y detr¨¢s de su insatisfactorio final, hay en Lejos de ?frica cine de verdad, sobre todo en la parte medular, la que evoca con humor y dolor fundidos la amistad de dos muchachas adolescentes enlazadas y perdidas en el mundo cotidiano, turbio y m¨¢gico, de la antigua colonia espa?ola africana de Bata. Si Cecilia Bartolom¨¦ se hubiera limitado a explorar esta amistad, se intuye que habr¨ªa alcanzado la armon¨ªa. Pero tal vez con exceso de honradez quiere representar a continuaci¨®n el tumultuoso proceso de descolonizaci¨®n de la isla y de ah¨ª proviene ese aludido querer y no poder, ese desequilibrio que hiere el desenlace de esta parcialmente muy bella pel¨ªcula.