"Chub¨¢is me ha derribado"
El general Alexander L¨¦bed, de 47 a?os, candidato electoral primero, art¨ªfice del alto el fuego en Chechenia despu¨¦s y hasta hace unos d¨ªas consejero de seguridadde Yeltsin, acusa al jefe del Gabinete del presidente, Anatoli Chub¨¢is, de ser el responsable de su ca¨ªda en desgracia y de haberse convertido en el verdadero regente de Rusia.
Pregunta. Durante 122 d¨ªas usted fue el encargado de la seguridad de Rusia y, por tanto, fue un hombre con mucho poder. ?Qui¨¦n le ha derribado?
Respuesta. El jefe del Gabinete presidencial de Yeltsin, Anatoli Chub¨¢is. Quiere tener el poder absoluto. Ya ha creado las estructuras necesarias pare ganar influencia en los nombramientos pol¨ªticos, en el Ej¨¦rcito y en la seguridad del Estado. Ya se ha hecho con la funci¨®n de presidente.
P. Hace poco a sus ojos, Chub¨¢is era un administrador virtuoso y brillante y ahora le considera una especie de regente.
R. Una cosa no excluye la otra: es un administrador espl¨¦ndido, tiene por todas partes a gente que le apoya y se ha granjeado las simpat¨ªas
Pero tambi¨¦n hay genios deshonestos.
P. ?Tiene hoy por hoy Chub¨¢is m¨¢s influencia de la que deber¨ªa tener un jefe del aparato del Kremlin?
R. Bastante m¨¢s.
P. ?Quiere gobernar ¨¦l solo o con Tatiana, la hija de Yeltsin?
P. A d¨²o con ella. Ya se han entrenado.
P. El 18 de junio, antes de la segunda vuelta electoral de las elecciones presidenciales rusas, usted hizo un pacto con Yeltsin. ?Qu¨¦ ha ganado Rusia con esta alianza y qu¨¦ ha ganado usted?
R. No hab¨ªa mucho donde elegir. Al pueblo ruso se le planteaba la alternativa de avanzar con Yeltsin o retroceder con el comunista Ziug¨¢nov. Retroceder era y sigue siendo absurdo. Y habr¨ªa sido igual de absurdo salir a la calle como un sermoneador y decir a la gente: "Si me hubi¨¦seis elegido a m¨ª, os habr¨ªa ido mejor".
P. ?Por eso decidi¨® encargarse de la seguridad nacional de Rusia?
R. No fue una equivocaci¨®n. De todas formas he podido conseguir algo: en Chechenia se mantiene el alto el fuego desde hace dos meses. ?Acaso no ha sido eso un beneficio para Rusia? Y nunca he pretendido obtener ninguna ventaja personal.
P. El balance de Yeltsin tambi¨¦n parece ser positivo. Sin los electores que le votaron a usted en la primera vuelta, dif¨ªcilmente habr¨ªa podido ser reelegido. ?Ha cumplido L¨¦bed su funci¨®n?
R. Por lo menos eso es lo que parece actualmente.
P. ?Contaba con un desenlace como ¨¦ste?
R. Por supuesto, en todo momento.
P. Y sin embargo, pact¨®.
R. Sab¨ªa que iba a ser el mirlo blanco de este Gabinete del Kremlin.
P. ?Cree verdaderamente que existen posibilidades para terminar con la oposici¨®n del aparato?
R. Sigo creyendo que puede vencerse. Pero no en solitario. Un sistema s¨®lo se puede vencer con un sistema mejor. Y en eso voy a trabajar.
P. Para empezar usted auguraba para Rusia un oto?o caliente. ?Qu¨¦ agitaciones se avecinan?
R. La crisis es omnipresente. Se mire donde se mire: el Ej¨¦rcito u otras unidades armadas, nuestras centrales nucleares, la industria de armamento... Puede estallar en cualquier momento en cualquiera de los sectores. ?ltimamente, tengo cada vez mas la impresi¨®n de que una cat¨¢strofe local puede provocar una reacci¨®n en cadena en todo el pa¨ªs. En ese caso, todo se vendr¨ªa abajo como un castillo de naipes.
P. ?Puede haber actualmente paz en Chechenia sin L¨¦bed?
R. Mi objetivo no es convertirme en indispensable en este proceso de paz. He puesto en marcha unas negociaciones y una comisi¨®n mixta, adem¨¢s de cerrar un acuerdo que a continuaci¨®n deber¨¢ firmar el primer ministro.
P. ?Es suficiente para garantizar la paz a largo plazo?
R. Quien quiera volver a desencadenar una guerra en Chechenia tiene que ser manifiestamente est¨²pido. Se convertir¨ªa inmediatamente en un entierro pol¨ªtico. Tres cuartas partes de la poblaci¨®n rusa aprueban los resultados obtenidos hasta ahora por mi misi¨®n de paz, ¨²nicamente un 4% est¨¢ descontento con ellos.
P. Ha dicho que iba a dar el nombre de quienes maquinaron la guerra de Chechenia y de quienes sacaron provecho de ella. Yeltsin ha recibido de usted documentos con nombres y pruebas. ?Podr¨ªa ser ¨¦sa la verdadera causa de su destituci¨®n?
R. La principal. Despu¨¦s de revelar unos cuantas nombres en una sesi¨®n a puerta cerrada de la Duma, probablemente todos mis documentos fueron puestos fuera del alcance del presidente como ocurri¨® con mi informe sobre mi visita a la OTAN, en Bruselas. ?ste termin¨® en un caj¨®n del escritorio de Chub¨¢is. ?ste hizo creer a Yeltsin que el secretario del Consejo de Seguridad era demasiado arrogante para informar al presidente sobre esas cuestiones.
P. ?Por qu¨¦ no da ahora los nombres de los cabecillas e inspiradores de esta facci¨®n de la guerra?
R. Eso se debe hacer de otra manera. Todos los nombres y todas las pruebas deben superar primero un examen judicial. Y los culpables deben comparecer ante un tribunal ordinario.
P. Quienes se beneficiaron de la guerra se defender¨¢n de esa acusaci¨®n con u?as y dientes.
R. Tienen enormes intereses econ¨®micos en juego. Lo primero que han intentado hacer es meterme miedo. Y no han tenido ¨¦xito. Luego han querido que me uniese a ellos y sobornarme: ser¨ªa un negocio redondo garantizado por una serie de pactos inquebrantables, y el hecho de que haya que estar un poco, son cosas que pasan siempre. ?Pero no conmigo!
P. El ministro del Interior, Anatoli Kulikov, le ha acusado de haber que Lido conquistar el poder en Rusia con ayuda de guerrilleros chechenos.
R. Qu¨¦ man¨ªa. De un ministro del Interior deber¨ªan esperarse pruebas. ?D¨®nde est¨¢n las bandas de insurrectos, d¨®nde las listas de conspiradores, d¨®nde los puntos de reuni¨®n secretos de los supuestos golpistas?
P. Kulikov dice que usted quer¨ªa establecer una "legi¨®n rusa" y "liquidar" a todos los posibles enemigos.
R. No soy un sedicioso. Ten¨ªa todo el poder necesario para cumplir mi funci¨®n. Y ¨¦sta consist¨ªa en gran medida en combatir a los sediciosos. El supuesto documento que se?ala la existencia de esta legi¨®n es simplemente rid¨ªculo: carece de encabezamiento, de sello y de firma. Se trata de un papel an¨®nimo que Kulikov present¨® all¨¢ por el 22 de agosto. Si se tratara de una conspiraci¨®n, de un golpe de Estado, ?qu¨¦ ha hecho este hombre en los dos ¨²ltimos meses?
P. ?Considera que llegar al poder por v¨ªas diferentes a las constitucionales es reprobable en cualquier circunstancia?
R. Es un camino absolutamente inaceptable e impensable. Rusia es un pa¨ªs inmenso, ?qu¨¦ se conseguir¨ªa ... ?
Der Spiegel.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.