El gran valor art¨ªstico del teatro romano de Cartagena sorprende a los arque¨®logos
El edificio, de la ¨¦poca de Augusto, se emparenta con los de M¨¦rida, Arl¨¦s y Roma
Gaius C¨¦sar y Lucius C¨¦sar, nietos del emperador Augusto, construyeron el teatro romano de Cartagena en, el a?o cuatro antes de Jesucristo. El edificio, que ha permanecido oculto durante veinte siglos, se emparenta con los de M¨¦rida, Arl¨¦s, y el de Pompeyo en Roma. Sebasti¨¢n Ramallo, el arque¨®logo que dirige la excavaci¨®n que se real en el cerro de La Concepci¨®n, para alumbrar el teatro, afirma, que se trata de uno de los edificios paradigm¨¢ticos de la ¨¦poca de Augusto. Otros expertos en arquitectura romana, han abundado en la ejemplaridad art¨ªstica del -edificio.
La historiograf¨ªa desconoc¨ªa su existencia. S¨®lo se conoc¨ªa la construcci¨®n de un anfiteatro, que permanece oculto bajo la Plaza de toros construida en el siglo XIX. El yacimiento, en el que ahora trabajan activamente 4 arque¨®logos y 10 peones, fue descubierto mientras se realizaban las obras para la construcci¨®n de un centro regional de artesan¨ªa en el solar de la Casa Palacio de la. condesa de Peralta. A las primeras catas no se les dio importancia; lo raro en esta ciudad es picar en el centro urbano y no encontrarse con alg¨²n resto arqueol¨®gico de la ¨¦poca romana o cartaginesa.Para ubicar el teatro se eligi¨®, de acuerdo con las normas vitruvianas, la ladera de. un monte, con orientaci¨®n norte y protegido de los vientos del sur. Fue construido de espaldas al mar y los materiales perfectamente seleccionados: para el p¨®dium de la escena se utilizaron calizas grises de los alrededores; las basas de m¨¢rmol proced¨ªan probablemente del Pentelio, griego y las columnas eran de travertinos rojizos.
El yacimiento permanece rodeado por una alambrada y cerrado con llave. Las piezas de valor que se recuperan cada d¨ªa -casi 200 cajas repletas de jarras, comisas, molduras, huesos, monedas y cacerolas que a¨²n no han sido lavadas o reparadas- se almacenan en el s¨®tano, del Museo Arqueol¨®gico de la ciudad y, algunas, las mejor conservadas, se exhiben al p¨²blico en el propio museo.
Informaci¨®n digitalizada
Toda la informaci¨®n que se obtiene se informatiza en una base de datos compuesta por 1.650 unidades. Los avances tecnol¨®gicos y la utilizaci¨®n de una metodolog¨ªa rigurosa en la que se combina la extracci¨®n y el analisis simult¨¢neo permiten que todo est¨¦ perfectamente datado. "La suerte ha sido encontrarlo en 1990", asegura un exultante Ramallo. "Datos que se perd¨ªan en el siglo pasado por la utilizaci¨®n de t¨¦cnicas inadecuadas, permiten ahora, con una tecnolog¨ªa mucho m¨¢s depurada, dar una informaci¨®n exacta sobre lo que fue la arquitectura augustea".
Para este experto en arquitectura romana no cabe duda de que Augusto utiliz¨® los teatros para hacer propaganda de su mandato. "Las aras con la inscripci¨®n de los constructores se colocaban a la entrada de estos recintos en lugares perfectamente visibles", dice Ramallo. "Lo fundamental era la difusi¨®n de la ideolog¨ªa imperial, por lo que la programaci¨®n se orientaba a este fin".
La excavaci¨®n ha proseguido con desigual intensidad y medios durante cuatro a?os. Cuando, hace apenas unos meses, empezaron a encontrarse joyas arqueol¨®gicas todo el proceso se aceler¨®. El Ayuntamiento, la Comunidad Aut¨®noma de Murcia, a trav¨¦s de las consejer¨ªas de Pol¨ªtica Territorial y de Cultura, y la Caja de Ahorros de Murcia firmaron un convenio que permitir¨¢ la excavaci¨®n total del teatro. El acuerdo contempla una aportaci¨®n econ¨®mica de 230 millones de pesetas.
Est¨¢ previsto que la excavaci¨®n finalice en 1998 y que todos los restos formen parte de un museo monogr¨¢fico. Aproximadamente un tercio del teatro romano ya ha salido al exterior y es posible delimitar todo el flujo de circulaci¨®n de los espectadores a trav¨¦s del edificio. En estos momentos se trabaja en los grader¨ªos del teatro, que pod¨ªan acoger a m¨¢s de 6.000 personas. Las ¨²ltimas filas, situadas en la parte alta de la ladera del monte, permanecen cubiertas por algunas viviendas de las que sobresale la ropa reci¨¦n tendida o la m¨²sica de la radio.
El teatro se ha convertido en un foco de peregrinacion permanente, tanto para los expertos como para el p¨²blico. Walter Triblich, del Instituto Arqueol¨®gico Alem¨¢n; Georgio Grassi; Manuel Mart¨ªn Bueno, catedr¨¢tico de Zaragoza, y Jos¨¦ Luis Gim¨¦nez, de Valencia, entre otros arque¨®logos, han visitado las obras.
La reconstrucci¨®n final, para la que a¨²n no se han definido los criterios estil¨ªsticos que se seguir¨¢n, depende de la Administraci¨®n.
Una programaci¨®n sin cl¨¢sicos
Seguramente nunca se represent¨® a S¨®focles en los 5.000 metros cuadrados del recinto. La programaci¨®n, reconoce el arque¨®logo Sebasti¨¢n Ramallo, debi¨® recoger cosas m¨¢s ligeras. De los materiales utilizados en la construcci¨®n se sabe que los 21 capitales de m¨¢rmol blanco adornados con hojas de acanto se fabricaron en las canteras italianas de Augusto y que viajaron en barco desde Roma hasta Carthago Nova.El teatro romano ha pasado 20 siglos cubierto, pero su estructura original, se conserva intacta. Sobre ella se construy¨® en el siglo V un edificio p¨²blico de car¨¢cter comercial para eI que se reutilizaron capitales, basas, fustes y z¨®calos del edificio originario. Con el tiempo, el teatro, edificado en medio del barrio m¨¢s antiguo y degradado de la ciudad, qued¨® oculto. Bajo el teatro subyacen viviendas civiles que tuvieron que ser expropiadas para el levantamiento, del edificio. Veinte siglos m¨¢s tarde la historia se repite pero a la inversa: hay que expropiar las viviendas actuales para recuperar un edificio emblem¨¢tico del legado de la antig¨¹edad en Espa?a.
"Al principio pensamos que se trataba de un templo", reconoce Ramallo. Ni siquiera el descubrimiento del ara en la que se le¨ªa, grabado en el m¨¢rmol, el nombre de Gaius C¨¦sar hizo pensar a los arque¨®logos que se encontraban con uno de los teatros de Augusto. El edificio se ha convertido en una referencia costante para los cartageneros. La Administraci¨®n decidi¨® abrir la excavaci¨®n al p¨²blico un d¨ªa a la semana y, en los ¨²ltimos tres meses, m¨¢s de 300 personas la han visitado cada mi¨¦rcoles.
Babelia
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