Ensalada latina
Medio mill¨®n de hispanos reivindican su parcela de poder en Chicago
JAVIER VALENZUELAComo a todos los ni?os de su barrio, y de todos los barrios de Chicago o cualquier otro lugar de EE UU, a Andrei Vargas, de siete a?os, -lo ¨²nico que le preocupa esta semana es Halloween, la gran fiesta infantil de los -monstruos y los caramelos de la noche del 31 de octubre. "?De qu¨¦ te vas a disfrazar?", le pregunto. "De hombre lobo", responde. "?Y t¨²?", pregunto a su hermana Elaisa, de cuatro a?os. "De Cinderella", replica, la peque?a. Madeline Rom¨¢n-Vargas corrige r¨¢pidamente a su hija: "Quieres decir de Cenicienta, ?no?". "Eso", acepta Elaisa "de Cenicienta".
Excepto por la menci¨®n a Cinderella, la conversaci¨®n con, los cuatro miembros de la familia Vargas se desarrolla en perfecto castellano: el de Pepe Vargas con acento colombiano; el de Madeline, puertorrique?o; el de sus dos hijos, indefinido. Y uno, que pisa por primera vez Chicago y que, a bote pronto, asocia la ciudad con Al Capone y Los Intocables, con el rascacielos Sears y otras audacias arquitect¨®nicas y con el baloncestista negro Michael Jordan y sus Chicago Bulls, se siente impresionado. No por el hecho de que los Vargas hablen castellano, que en todas partes cuecen habas, sino porque al hacerlo tambi¨¦n otros cientos de miles de vecinos, esta lengua sea, y de lejos, la segunda de Chicago.
Situ¨¦monos: estamos al borde del lago Michigan, al norte de Estados Unidos, en la vecindad de Canad¨¢ y a 1.900 kil¨®metros del punto m¨¢s pr¨®ximo de la frontera mexicana. Pues bien, hasta aqu¨ª ha subido en los ¨²ltimos treinta a?os tal aluvi¨®n de latinos -aqu¨ª les llaman as¨ª; en, otros lugares hispanos- que, seg¨²n un estudio de Pierre Devise, dem¨®grafo de la Universidad de Roosevelt, superar¨¢n a los negros en el a?o 2005 y constituir¨¢n la principal comunidad de Chicago. Entretanto, con 535.315 almas censadas, constituyen ya el 20% de la poblaci¨®n regida directamente por el Ayuntamiento de la ciudad (en los suburbios, que tienen sus propios consistorios, viven vanos millones de personas m¨¢s, incluidos grandes contingentes de latinos).
El debate Clinton-Dole
Aunque el cielo est¨¢ encapotado no corre hoy ese fr¨ªo viento que suele barrer a Chicago, por lo que no se est¨¢ demasiado mal en el jard¨ªn trasero de la vivienda unifamiliar de madera de los Vargas en el barrio de Mayfair. Andrei Elaisa est¨¢n fabricando sus calabazas de Halloween y no prestan demasiada atenci¨®n a las ardillas que trepan por, el peral y el manzano del jard¨ªn; los adultos, conversando, tampoco. "?Vio el segundo debate televisado entre Clinton y Dole?", dice Madeline. "?No le pareci¨® escandaloso que celebr¨¢ndose en Santa M¨®nica (California) no hubiera un solo latino en la audiencia y tampoco hubiera una sola pregunta sobre la campa?a contra. los inmigrantes que han montado los republicanos?".
Madeline, de 37 a?os, lleg¨® a Chicago hace dos d¨¦cadas para estudiar en la Universidad de Loyola. Aunque puertorrique?a y, en consecuencia, ciudadana norteamericana. hasta entonces no hablaba ingl¨¦s. Tras aprender esa lengua y graduarse en Pedagog¨ªa, trabaj¨® siete a?os en el Latino Youth Alternative High School, un centro biling¨¹e para j¨®venes hispanos fracasados en la ense?anza media ordinaria. Ahora, es decano auxiliar del Columbia Colleze y miembro activo del movimiento pata que Chicago tenga, como Nueva York, una instituci¨®n universitaria hispana. Cree que ese objetivo puede conseguirse en cinco o 10 a?os "Chicago", dice, "sigue, dominada pol¨ªtica y econ¨®micamente por los descendientes de irlandeses, italiznos y alemanes, pero ese grupo necesita cada vez m¨¢s el apoyo de los latinos. El alcalde dem¨®crata Richard M. Daley es consciente de ello".
De hecho, siete de los 50 concejales del consistorio de Chicago ya son latinos, al igual que lo es el joven congresista en Washington Luis Guti¨¦rrez. Hace dos a?os, el puertorrique?o Guti¨¦rrez conquist¨® un de los esca?os de la C¨¢mara de Representantes atribuidos a Chicago y su reelecci¨®n el 5 de noviembre parece segura. Toto ¨¦l como los concejales son dem¨®cratas; y es que apenas hay latino en Chicago al que, se le ocurra votar a unos republicanos que no cesan de denunciar la "peligrosa corriente migratoria" procedente del sur.
"Siempre hemos estado aqu¨ª"
Como pedagoga, Madeline cree que la discriminaci¨®n de los hispanos en EE UU empieza en la escuela. "La historia que se ense?a a los ni?os, incluidos los nuestros, es la de los anglosajones. Parece mentira que tengamos que recordar cosas tan obvias como que los latinos siempre hemos estado aqu¨ª: en Puerto Rico, Florida, Tejas, Nuevo M¨¦xico, California.... Muchos de nosotros, como se suele decir en Tejas, no atravesamos la frontera, sino que fue la frontera la que nos atraves¨®".
"Para los gringos no existimos culturalmente", subraya Pepe Vargas. Nacido en Colombia hace 46 a?os, Pepe lleg¨® a Los ?ngeles en 1979 con una licenciatura en Derecho y la voluntad de aprender ingl¨¦s. El t¨ªtulo no le sirvi¨® para nada, y el ingl¨¦s lo aprendi¨® trabajando como fot¨®grafo ambulante. Al a?o siguiente. estaba en Chicago, "limpiando durante 60, horas semanales un restaurante". Pero tambi¨¦n estudi¨® cine, radio y televisi¨®n, y en 1985 se convirti¨® en el director del Festival Latino de Cine de Chicago. "Empezarnos", recuerda, "proyectando pel¨ªculas en las paredes de locales infectos; ahora hacemos la apertura en el mism¨ªsimo Instituto de las Artes de Chicago y durante una semana exhibimos en distintos locales unos 40 largometrajes y unos 70 cortos y documentales". Celebrado en primavera, el festival atrae a unos 25.000,espectadores, el 40% de ellos anglohablantes. "Pretendemos recordar a nuestra gente y a los gringos que, adem¨¢s de recoger basuras, asfaltar carreteras y preparar, tortillas, los latinos tambi¨¦n tenemos ingenieros, m¨¦dicos, escritores que ganan el premio Nobel y cineastas".
Pepe Vargas cree que la colaboraci¨®n de Espa?a en el desarrollo de la cultura latina en Estados Unidos es imprescindible, y por eso contempla, con esperanza la apertura, esta misma semana, del Instituto Cervantes en el rascacielos John Hancock, el segundo m¨¢s alto de Chicago. "El cine espa?ol", dice, "me interesa much¨ªsimo. El pasado septiembre, organizamos aqu¨ª una retrospectiva de Fernando Colomo".
Con tal motivo, Colomo vino a Chicago y pase¨® por calles como ¨¦sta de Whipple donde el vecindario escucha T¨², s¨®lo t¨², de la asesinada Selena en Radio Ambiente, la emisora latina en FM de Chicago; comtempla absorta las andanzas de los personajes del culebr¨®n Ca?averal de pasiones en la cadena de televisi¨®n hispana Telemundo, o lee el semanario local La Raza, que se anuncia con el lema: "Hispano, no olvides tus ra¨ªces".
Muy lejos del hermoso centro de Chicago, la calle Whipple es una de esa inmensas y destartaladas arterias cuyos comercios expresan el modo de vida norteamericano: lavander¨ªas, ofocinas de seguros, agencias de viajes, helader¨ªas, talleres mec¨¢nicos, tiendas de coches de segunda mano, licorer¨ªas y supermercados. Pero su mayoritaria poblaci¨®n mexicana le ha a?adido oficinas de giros postales, peluquer¨ªas, tiendas de trajes de novias y de art¨ªculos religiosos y taquer¨ªas de nombres como ?guila Real o Mi Lindo Pueblo que buscan meseras y anuncian que tiene "camarones empanizados".
Caminando, pues, por una calle como ¨¦sta, Pepe Vargas le cont¨® a Colomo su sue?o de crear en Chicago un centro Internacional de las Artes Latinas, y le explic¨® su teor¨ªa sobre loque tienen en com¨²n los hispanos. "La nuestra es una cultura multinacional basad en la lengua espa?ola, es sustrato cat¨®lico, las humillaciones inflingidas a todos por EE UU y una extraordinaria tendencia a pelearse". Como manda la tradici¨®n, explica el director del Festival Latino de Cine, los latinos de Hicago est¨¢n muy divididos. En particular, a los mexicanos (el 65%) y los puertorrique?os (el 23%) les resulta francamente dif¨ªcil ponerse de acuerdo.
Pepe y Madeline se conocieron y casaron hace ocho a?os en Chicago, y aqu¨ª piensan quedarse. Sus dos hijos nacieron en la ciudad, tienen la nacionalidad norteamericana, van a una escuela p¨²blica biling¨¹e y hablan con fluidez ingl¨¦s y castellano. Los Vargas no creen imposible la doble fidelidad, a la democracia norteamericana y a la cultura hispana.
Clinton cosechar¨¢ los votos de 'Macarena'
J. V.El puente hacia el siglo XXI, que de triunfar Bill Clinton el pr¨®ximo 5 de noviembre construir¨¢ en su segundo mandato presidencial, estar¨¢ en parte sostenido en votos latinos. M¨¢s de cinco millones de hspanos ser¨¢n convocados a las urnas la pr¨®xima semana -1,5 millones m¨¢s que hace dos a?os-, y, a tenor de todos los sondeos, la mayor¨ªa de los que depositen su papeleta lo har¨¢n a favor del candidato dem¨®crata. El apoyo hispano puede ser decisivo para Clinton en Estados como California, Tejas y Florida.
Clinton puede obtener en California, el mayor apoyo hispano conseguido por un candidato presidencial dem¨®crata en los ¨²ltimos veinte a?os, desde que Jimmy Carter obtuviera el 76% del voto latino en ese Estado. En Arizona, Nuevo M¨¦xico, Colorado, Tejas, Illinois, Nueva Jersey y Nueva York -los Estados con importantes. minor¨ªas latinas- los, sentimientos de los hispanos est¨¢n asimismo a su favor. Incluso en Florida, donde los cubanos han apoyado tradicionalmente a los republicanos m¨¢s derechistas, Clinton puede pasar del 22% del voto hispano obtenido en 1992 al 40%.La campa?a contra los inmigrantes desencadenada por los republicanos, con sus ribetes de xenofobia y racismo, ha provocado este fen¨®meno. Hasta ahora, los hispanos no sol¨ªan votar en bloque, puesto que muchos de ellos apoyaban a los republicanos en temas como las restricciones al aborto, la reducci¨®n de la presi¨®n fiscal, la lucha contra las drogas o ¨¦l anticastrismo. Adem¨¢s de por razones pol¨ªticas, Ios hispanos, entre 25 millones y 30, millones de personas, est¨¢n muy divididos en base a sus m¨²ltiples or¨ªgenes nacionales.
Pero el miedo desencadenado por la pol¨ªtica conducida desde el Congreso por los republicanos de Newt_Gingrich est¨¢ unificando en estas elecciones a ese 10% de la poblaci¨®n de EE UU. Ese miedo ha provocado asimismo que m¨¢s de un mill¨®n hayan solicitado y conseguido en los dos ¨²ltimos a?os la nacionalidad norteamericana. Quieren conservar la protecci¨®n social que le niega la mayor¨ªa republicana en el, Congreso y ejercer su derecho a votar contra los que perciben como enemigos.
"Con Bob Dole como presidente, no habr¨¢ m¨¢s Macarena", dijo el pasado 11 de octubre Elizabeth Dole, esposa del candidato republicano. Expresaba el rechazo de buena parte de los norteamericanos ante el fuerte empuje de una minor¨ªa que no tiene la tez p¨¢lida, no emplea el ingl¨¦s como lengua materna y no es protestante. Al d¨ªa siguiente, unos 100.000 hispanos se manifestaron en Washington para recordar que muchas partes del pa¨ªs eran hispanas en el momento de su incorporaci¨®n; por compra" cesi¨®n o conquista militar, a EE UU.
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