Las mam¨¢s del f¨²tbol
Un nuevo grupo social, simboliza el poder decisivo de las mujeres norteamericanas en las presidenciales
Hasta hace apenas tres meses, Hope Calderone era una sencilla y atareada mujer que luchaba por hacer compatible su trabajo con el cuidado de su casa y que disfrutaba madrugando los s¨¢bados de oto?o y primavera para llevar a su hijo a jugar su partido de f¨²tbol semanal. Hoy, Hope Calderone se ha convertido en uno de los s¨ªmbolos del fen¨®meno pol¨ªtico m¨¢s llamativo de la temporada en EE UU, probablemente el fen¨®meno pol¨ªtico que decidir¨¢ los resultados de las elecciones del pr¨®ximo martes. No es que Hope Calderone, de 40 a?os de edad, haya fundado un nuevo partido o est¨¦ encabezando un movimiento ciudadano en favor de tal o cual causa. Otra vez: lo ¨²nico que ella hace es trabajar, atender a su familia y acompa?ar a su hijo a jugar al f¨²tbol. Pero esto ¨²ltimo, llevar a su hijo al f¨²tbol, le otorga a ella un papel diferenciador y, de repente, extraordinariamente importante. Hope es una m¨¢s de lo que en EE UU se conoce como las soccer mom (las mam¨¢s del f¨²tbol), t¨¦rmino por el que se define a un grupo de mujeres entre los 30 y los 45 a?os, con estudios universitarios,. una familia de cuatro miembros, una vivienda en los suburbios, dos autom¨®viles (una de ellos, una camioneta), una cierta sensibilidad por los problemas ajenos, gran independencia pol¨ªtica y, esta vez, una tendencia a votar por Bill Clinton.Las mam¨¢s del f¨²tbol representan la esencia de la mujer norteamericana moderna, el ¨²ltimo grito del progresismo nacional, el mejor ejemplo del emergente poder femenino. Hasta 1992, los pol¨ªticos elaboraban programas para ganar el voto que daba la victoria, el del hombre blanco, de clase media, de origen urbano y. de estudios intermedios. Hoy, el nombre del inquilino de la Casa Blanca lo deciden los 50 millones de mujeres que acudir¨¢n a las urnas el d¨ªa 5. Y, entre, ellas, esa nueva vanguardia que, representan las, madres de los cerca de 10 millones de ni?os norteamericanos que juegan al f¨²tbol entre los 6, y los 19 a?os.
Ellas son el consumidor preferido de este mercado, el voto traspasable, que decidir¨¢ estas elecciones", afirma Alex Castellanos, uno de los principales asesores de comunicaci¨®n de Bob Dole, el candidato presidencial republicano. "Sin ellas, a los republicanos les va a ser muy dificil reconstruir una mayor¨ªa", a?ade Stan Greenbreg,un encuestador del Partido Dem¨®crata.
Cruzar barreras sociales
Hope Calderone ni siquiera es consciente de que ella sea tan importante, pero cree saber por qu¨¦ el f¨²tbol se ha hecho tan popular en este. pa¨ªs y por qu¨¦ sus mam¨¢s votan por Clinton. Desde la banda de un bonito campo de hierba del Montgomery Co¨²nty, en Maryland, entre algunas interrupciones para dar ¨¢nimos a su hijo, con el n¨²mero 10 a la espalda, Hope lo explica en los siguientes t¨¦rminos: "A diferencia de los deportes tradicionales americanos, el f¨²tbol es f¨¢cil de jugar, no se precisan condiciones f¨ªsicas especiales, no requiere un gran equipo ni una gran inversi¨®n de dinero. Es un deporte, que cruza las barre ras sociales. Al Mismo tiempo es m¨¢s internacional y, en ese sentido, m¨¢s abierto, m¨¢s atractivo para gente interesada en ideas nuevas. Todo esto son valores representados por Bill Clinton".
Hope Caderone no es miembro del Partido Dem¨®crata ni act¨²a movida por ninguna ideologia pol¨ªtica. Resume sus inquietudes en ese terrreno con la siguiente frase: "No quiero que la gente m¨¢s vulnerable sea abandonada". Y por eso, como las otras mam¨¢s del f¨²tbol y la mayor¨ªa de las mujeres norteamericanas, es partidaria de que Clinton est¨¦ ah¨ª para mantener la discriminaci¨®n positiva, para defender el derecho al aborto y para impedir todo lo que se supone que son excesos propiciados por el Partido Republicano, que tiene el control del Congreso.
Hope Calderone atiende partos en un hospital de maternidad de Maryland. No es un centro para ricos. De hecho, cada d¨ªa se encuentra con muchas mujeres latinas algunas de ellas indocumentadas que le cuentan sus dificultades, para salir adelante. Junto a ellas ha. aprendido a entender que el Estado no puede abstenerse de ciertas obligaciones con los m¨¢s necesitados.
Al hogar de los Calderone entran al a?o unos 75.000 d¨®lares, de los que Hope aporta! 50.000. Su marido obtiene peri¨®dicamente contratos en distintas construcciones de la zona, pero no tiene un trabajo fijo, Su hijo de 10 a?os es el jugador de f¨²tbol, pero la estrella de la familia, seg¨²n Hope, es la ni?a, de 12. Cuando oye hablar de valores familiares, Hope piensa en que lo mejor que se puede hacer por la familia es criar a los hijos en un entorno seguro y educarlos en valores que les densconfianza en si mismos.
Un modelo cl¨¢sico
Por lo dem¨¢s, Hope responde al modelo cl¨¢sico de las mam¨¢s del f¨²tbol: se siente razonablemente satisfecha de la situaci¨®n econ¨®mica preocupada por el estado deficiente de la atenci¨®n sanitaria y la baja calidad de la educaci¨®n, un poco m¨¢s aliviada de la presi¨®n de la delincuencia e indefinida en relaci¨®n con la pena de muerte, por unas razones est¨¢ en contra y por otras a favor.Pero, ?cu¨¢l es el misterio con las mam¨¢s del f¨²tbol? ?Por qu¨¦ no hay mam¨¢s del b¨¦isbol o pap¨¢s del f¨²tbol? Nadie lo sabe explicar todav¨ªa bien. Hasta hace apenas un a?o, las mamas del f¨²tbol ni siquiera eran todav¨ªa reconocidas como un grupo social caracteristico. Quiz¨¢s ni siquiera lo sean, todav¨ªa. Quiz¨¢s todo sea una moda que desaparezca r¨¢pidamente. Pero, por ahora, como afirm la congresista dem¨®crata Pat Schroeder, "todo el mundo est¨¢ hablando de las mam¨¢s del f¨²tbol, es el t¨¦rmino m¨¢s utilizado de esta campa?a".
Algunas diferencias s¨ª est¨¢n claras. Las mam¨¢s del b¨¦isbol representan, un deporte y unos vaIores mucho m¨¢s tradicionales, casi arcaicos. Las mam¨¢s del f¨²tbol americano pr¨¢cticamente no existen, porque ese deporte se practica en el entorno de las escuelas y bajo la supervisi¨®n de profesores y entrenadores. Las mam¨¢s del esqu¨ª o de la h¨ªpica, obviamente, constituyen una ¨¦lite poco representantiva.
Tampoco se puede hablar de los pap¨¢s del f¨²tbol. En primer lugar, porque los pap¨¢s son mucho menos sacrificadoe para madrugar en un d¨ªa de descanso y pase la ma?ana entreteniendo a su hijo. En segundo lugar, porque los padres no han creado una corriente de opini¨®n tan homogen¨¦a ni tan orientada hacia los problemas generales.
Fuera del esfuerzo del madrug¨®n sabatino, el oficio de mam?¨¢ del f¨²tbol es sencillo. S¨®lo requiere presencia constante, comprensi¨®n hacia el ni?o y vocaci¨®n por socializar. Basicamente consiste en acudir al campo con algunas bebidas, un poco de caf¨¦, unos d¨®nuts,una silla plegable (de la que se puede prescindir): y una buena:disposicion para pasar por alto las patadas que el ni?o (o la ni?a, los equipos son mixtos) da al aire queriendo dar al bal¨®n. Tras el partido, las mamas se re¨²nen en la banda.
Una fuerza determinante
En plena campa?a electoral, la portada de uno de los grandes semanarios de Estados Unidos estaba dedicada a la pel¨ªcula" The first. wives club (El club de las primeras mujeres). No a la pel¨ªcula, en realidad, sino al efecto del divorcio en las familias norteamericanas Y a otros fen¨®menos que han convertido a la mujer estadounidense en una fuerza determinanten en este pa¨ªs.Los candidatos lo saben y sobre, todo, lo que sabe Bill Clinton. Sus propuestas sobre educaci¨®n est¨¢n derigidas con precisi¨®n a las madres- no a los padres- que cada d¨ªa repasan los deberes con sus hijos. Sus ideas sobre el chip para interrumpir la violencia en la televisi¨®n son del gusto de los madres, no de los padres. o mismo se puede decir de propuestas sobre salud y asistencia social. Las mujeres han evolucionado hacia una mayor sensibilidad por problemas ajenos y preocupaci¨®n por el futuro, y votan dem¨®crata. Los hombres parecen m¨¢s interesados en el dinero y los impuestos y votan republicano.
Bill Clinton, como consecuencia, tiene un margen de m¨¢s de 20 puntos de ventaja entre las mujeres en lasencuestas sobsre intenci¨®n de voro, Incluso entre las mujeres blsncas, casadas y de suburbios -las mam¨¢s del f¨²tbol-, el 49% se inclina entre las mujeres blancas, casadas y de suberbioss - las mama¨¢s del f¨²tbol-, el 49% se inclina a rrelegir al presidente, mientras que s?olo un 30% anuncia su botopor Dole. Enre este grupo, Clinton s?lolo obtuvo hace cuatro a?os un 27% de votos mientras que George Bush, un 4%.
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